Su escasa representación entre quienes superan los 110 años puede deberse a varios factores, que van desde las diferencias biológicas hasta el estilo de vida.
Más información: El misterio gallego de los 100 años: por qué hay más centenarios en Ourense que en ningún otro lugar Su escasa representación entre quienes superan los 110 años puede deberse a varios factores, que van desde las diferencias biológicas hasta el estilo de vida.
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Con la muerte, el pasado 30 de abril, de la monja brasileña Inah Canabarro Lucas a los 116 años, la británica Ethel Caterham pasaba a ser la persona más longeva del mundo, con 115 años y una máxima que ha tratado de mantener a lo largo de su vida: «No discutir con nadie». Más allá de su ‘secreto’, no es de extrañar que el relevo de este título se produzca entre mujeres. Aunque también hay hombres que han llegado a ostentarlo, ellas siguen siendo las más longevas.
Según la lista que elabora LongeviQuest (la empresa encargada de verificar las edades para Guinness World Records), en la actualidad sólo hay un hombre entre las 50 personas más longevas del mundo. Es el brasileño João Marinho Neto, de 112 años. La diferencia sigue siendo abismal incluso entre los 100 primeros, puesto que únicamente aparecen tres hombres más: Josino Levino Ferreira (112), Ilie Ciocan (111) y Ken Weeks (111).
En el listado histórico, que encabeza la francesa Jeanne Calment con 122 años, la participación masculina es algo mayor: hay cinco hombres entre los 100 más longevos de toda la historia (tres están entre los 50 primeros). Es cierto que todos son supercentenarios —aquellos que superan los 110 años—, aunque convertirse en uno de ellos siendo hombre parece que es ‘misión imposible’.
La investigación acerca de los supercentenarios es muy reciente (y algunos estudios incluso se han puesto en duda). Esto hace que se desconozcan con claridad los motivos por los que hay más mujeres que hombres entre este grupo que ha sobrepasado el siglo de vida. Uno de los científicos que más se ha especializado en esta materia es el genetista Manel Esteller, quien ha completado la investigación más completa a un supercentenario, realizada a Maria Branyas, la catalana que se convirtió en la más longeva del mundo a los 116 años.
Peores hábitos de vida
La primera causa a la que señala Esteller es la esperanza de vida, que sigue una tendencia en paralelo a la de los supercentenarios. Por ello habría que preguntarse entonces por qué las mujeres suelen ser más longevas. Las respuestas a esta cuestión aún se encuentran en investigación. Hasta ahora, los hallazgos apuntan tanto a diferencias biológicas (los estrógenos pueden jugar un papel importante en el envejecimiento) como a las malas conductas de los hombres, que «participan en más actividades de riesgo y tienen peores hábitos de vida».
El genetista sospecha que, conforme las mujeres vayan incorporando aquellos factores que se asocian a una menor expectativa de vida, la brecha de género se reducirá. Así ha sido al menos durante los últimos años, como se observa en este trabajo que analizó el envejecimiento de la población. Los resultados demostraron que, tanto a nivel mundial como en España, la diferencia en la mortalidad entre hombres y mujeres se había reducido de manera progresiva.
Para el autor principal del estudio, el invetigador de la Universidad de Alcalá de Henares David Atance, uno de los motivos por los que la diferencia ahora es menor es «la incorporación de la mujer al mundo laboral». También cree que ha influido que hayan adquirido malos hábitos como el consumo de tabaco. A ello se le añade que «se han producido mejor en los hombres en los últimos 15 años».
Atance entiende que esta realidad no encaja con la de los supercentenerios actuales, quienes muchos de ellos nacieron en una época en la que el hombre estaba más expuesto a problemas de salud ya que solía ser el que realizaba su trabajo fuera de casa, mientras que las mujeres se dedicaban a las tareas del hogar.
Mayor pérdida de salud
Esta diferencia entre hombres y mujeres también puede deberse a la genética. Hay estudios que, tras analizar las variantes genéticas de los supercentenarios, han encontrado mutaciones raras en algunos genes como, por ejemplo, la apolipoproteína B, que se relaciona con el conocido como colesterol malo. Otras investigaciones también han demostrado que el riesgo de sufrir una pérdida de salud es mayor en el caso de los hombres. También son más propensos a tener enfermedades que les conducen a una muerte prematura.
Las mujeres, sin embargo, experimentan más otras patologías como el dolor lumbar o la depresión. El deterioro de su función cognitiva también es mayor que el de los hombres, según este estudio español que analizó las diferencias que existen entre ambos sexos en las trayectorias de envejecimiento cognitivo.
Como explica la autora principal, la investigadora de la Universidad de Zaragoza Elena Lobo, los factores que se asocian a este deterioro cognitivo tampoco son iguales: en los hombres, el consumo de alcohol ayudaba a predecir la trayectoria cognitiva, mientras que en el caso de las mujeres los factores predictores eran la depresión y la diabetes.
Pese a que la función cogntivia que mantienen los hombres a lo largo del tiempo es mayor, las mujeres parecen tener una mayor protección frente al envejecimiento. En Finlandia, un grupo de investigadores comparó el ritmo de envejecimiento entre parejas de gemelos de distinto sexo. Los resultados demostraron que el hermano varón era aproximadamente un año biológicamente mayor. Por ello los autores aseguran que «biológicamente, los hombres son más viejos que las mujeres de su misma edad cronológica».
El ‘fracaso’ de España
En España, no se puede cónocer de qué manera impacta la brecha de género entre los supercentenarios, puesto que los datos del Instituto Nacional de Estadística no diferen por año a partir de los 100. En términos absolutos se observa que la diferencia entre hombres y mujeres que superan la centena en nuestro país se ha incrementado alrededor de un 228% en tan sólo 20 años.
En 2024, había censadas 13.083 mujeres en España que habían alcanzado los 100 años. Una de ellas era precisamente Maria Branyas. Tras su muerte, la población española ha dejado de tener actualmente representación entre las 50 personas más longevas del mundo. Entre las 100 primeras sí que aparecen cuatro (todas ellas son mujeres).
Para Atance, se trata de «un hecho circunstancial» que no puede esconder que «España es uno de los países con mayor esperanza de vida a nivel mundial». Las estimaciones apuntan que para 2040 será el primero del mundo en la lista de los más longevos. Es probable que incluso entonces la representación femenina siga siendo mayor: «Por las predicciones que hicimos hasta 2030, vimos que la brecha, aunque se reducía, se iba a seguir manteniendo«, concliye Atance.
elespanol – Salud