Francisco Camps se reivindica. En la búsqueda de su resurrección política, el presidente valenciano entre 2003 y 2011 espera reunir a cerca de 1.500 militantes del PP en el edificio Veles e Vents de Valencia, icono de la Copa del América y de los tiempos de los “grandes proyectos” en los que el PP ganaba con mayorías absolutas mientras afloran los casos de corrupción. Camps, sin embargo, fue absuelto el pasado año por la Audiencia Nacional en la última de las piezas del abigarrado caso Gürtel. Y desde entonces, pide la palabra, llama a las puertas de su partido y se abre paso entre la ignorancia y la incomodidad de sus correligionarios en el poder invocando el calor de la vieja guardia, de militantes que fueron concejales, alcaldes y cargos diversos en sus tres mayorías absolutas y desde 1995 en que el PP tomó las riendas del Consell de la mano de Eduardo Zaplana. Quiere una nueva oportunidad.
El ‘expresident’ espera convocar a cerca de 1.500 personas este sábado. “Queremos democracia interna y que no se nos imponga un líder”, dice el exconsejero Fernando Villalonga
Francisco Camps se reivindica. En la búsqueda de su resurrección política, el presidente valenciano entre 2003 y 2011 espera reunir a cerca de 1.500 militantes del PP en el edificio Veles e Vents de Valencia, icono de la Copa del América y de los tiempos de los “grandes proyectos” en los que el PP ganaba con mayorías absolutas mientras afloran los casos de corrupción. Camps, sin embargo, fue absuelto el pasado año por la Audiencia Nacional en la última de las piezas del abigarrado caso Gürtel. Y desde entonces, pide la palabra, llama a las puertas de su partido y se abre paso entre la ignorancia y la incomodidad de sus correligionarios en el poder invocando el calor de la vieja guardia, de militantes que fueron concejales, alcaldes y cargos diversos en sus tres mayorías absolutas y desde 1995 en que el PP tomó las riendas del Consell de la mano de Eduardo Zaplana. Quiere una nueva oportunidad.
Sus reuniones de pequeño formato en más de una docena de poblaciones han jalonado su camino hasta el esmorzar mañanero del sábado, que tendrá lugar bajo el lema: “Gran celebración popular 30 años de gobiernos”. De este modo, incluye también a su otrora adversario, Eduardo Zaplana (condenado a 10 años por corrupción en el caso Erial), con quien se le vio intercambiar gestos de complicidad en la calle el pasado mes, como atestiguó una fotografía publicada por el Levante EMV.
Si la masa crítica responde, Camps, de 62 años, tiene previsto dar el salto y presentar su candidatura para la presidencia del partido en la Comunidad Valenciana, que ahora desempeña Carlos Mazón, según su entorno. Lo de aspirar de nuevo a la Generalitat es otro cantar que parece muy remoto. Pero para conseguir su principal objetivo debe convocarse el congreso regional ordinario previsto para este verano que, sin embargo, está en el aire. Tanto que se da por seguro su aplazamiento. La cúpula popular no quiere añadir conflictos internos a la extrema debilidad política de Carlos Mazón por su gestión de la dana.
“Queremos que se haga un congreso para que no nos vuelvan a poner un líder desde Murcia. Estamos cansados de que nos impongan el líder. Reclamo democracia interna y un congreso, que es lo que toca estatutariamente, y que hablen las bases y la militancia”, explica Fernando Villalonga, que fue el primer consejero de Educación y Cultura con Zaplana y posteriormente, delegado de las Artes en el Ayuntamiento de Madrid, presidido por Ana Botella.
El que fuera embajador de España en Brasil se refiera a la elección de Mazón por el ex secretario general del PP, el murciano Teodoro García Egea, y por el expresidente, Pablo Casado, como candidato a presidir el partido en el congreso de 2021. “Paco Camps es un líder moral del PP. Después de 15 años de tortuosos procesos judiciales, sale absuelto, reclama democracia y reivindica los valores del PP de las mayorías absoluta, el de los grandes proyectos, el de los mapas escolares… No se ha contado con gente con mucha experiencia ni con la militancia”, asegura el diplomático en declaraciones a este periódico, que ha intentado contactar infructuosamente con Camps para recabar su opinión.
Villalonga desvincula por completo la movilización de Camps, que es anterior, a la dana del 29 de octubre que causó 228 muertos. Y critica tanto la gestión del Gobierno central como la del autonómico. “Este movimiento no va en contra de Mazón, sino a favor de una democratización del partido en la Comunidad Valenciana”, añade. En estos meses, Camps ha señalado al Gobierno presidido por el socialista Pedro Sánchez como el responsable.
En su último juicio, el tribunal concluyó que “no existe prueba o indicio” de que el expresident influyera para que se concediera a una de las compañías de la red unos trabajos del stand de Grandes Proyectos de la feria de turismo Fitur 2009. Los jueces sí condenaron a los principales cabecillas de Gürtel, al igual que fueron condenados decenas de miembros de los gobiernos de Zaplana y Camps y de cargos del PP en las ramificaciones de esta red corrupta (como la visita del Papa en 2006) y en otros casos ya juzgados.
El entorno de Camps sostiene que Camps ha conectado también con la gente joven, no solo con la vieja guardia, y será visible la presencia de militantes de Nuevas Generaciones. “Será un acto emotivo, en el que se dejará hablar a la gente, que es lo que quiere”, apuntan. El expresidente de la diputación de Castellón, Carlos Fabra (también condenado por corrupción) o la exalcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, se han dejado ver en los actos previos de Camps.
En el entorno de la dirección del PP autonómico, los movimientos de Camps molestan, pero le restan importancia y alguno califica de zombis políticos a algunos de sus miembros. Fuentes de la actual dirección del PPCV señalan a este diario que sobre el acto “privado” del sábado “el partido no tiene nada que ver”. “El partido lo único que puede decir es que siempre ha defendido la honorabilidad de Camps que, después de tantos años de acusaciones, se ha demostrado que estas eran inciertas y, sin embargo, ni Ximo Puig ni Mónica Oltra han sido capaces de pedir perdón”, afirma.
La dirección nacional del PP, por su parte, ha tenido muy en cuenta los movimientos de Camps para decidir que no es el momento de abrir el proceso para forzar un relevo de Mazón. Génova temía que el expresidente valenciano agitara las aguas internas en el caso de que se hubiera pedido a Mazón que diera un paso atrás. La posibilidad de una división interna pesó para que Alberto Núñez Feijóo optara por esperar. La cúpula popular rechaza la pretensión de Camps que se celebre este verano el congreso del PP en la Comunidad Valenciana. Al contrario, la voluntad de Génova es posponerlo, y en eso coincide con Mazón, porque no interesa a unos ni a otros abrir todavía el melón sucesorio. La dirección de Feijóo piensa en la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, y en ningún caso en Camps para suceder llegado el momento a Mazón como cabeza de cartel a las próximas elecciones autonómicas.
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