Corredor priorizó la agenda progresista de Sánchez a las necesidades reales de Red Eléctrica

Beatriz Corredor llegó a Red Eléctrica en 2020 para sustituir en la presidencia a otro exministro del PSOE, Jordi Sevilla, con el firme objetivo de dar a la entidad un perfil más institucional y crear un equipo a imagen y semejanza del argumentario socialista , algo que su antecesor obvió intencionadamente. La aún presidenta del operador eléctrico español llegó además para calmar las aguas tras el portazo de Sevilla, que dimitió tras enfrentarse a la entonces ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMVC) por el control de las inversiones y la planificación energética. Ya en su carta de dimisión, Sevilla denunciaba que Red Eléctrica (empresa bajo el paraguas del Estado, a través de la SEPI, que cuenta con el 20% del operador del sistema eléctrico español) había perdido autonomía , que la intervención del Gobierno en decisiones técnicas se había convertido en normalidad y que no se le había permitido reforzar el sistema como él creía necesario. Su salida, en enero de 2020, marcó un punto de inflexión en la institución que, incluso, bajo el mandato de Corredor, perdía el ‘España’ de su nombre , que ejecutó con el cambio de marca en junio de 2022, de REE a Redeia. Pero no solo fue esa la obsesión de Corredor desde su llegada al frente de Red Eléctrica. Beatriz Corredor –exministra de Vivienda durante la época de José Luis Rodríguez Zapatero y exdiputada socialista– se marcó como prioridad absoluta, y bajo mandato sanchista , seguir la agenda progresista marcada por el presidente del Gobierno, por encima de todo lo que concierne al núcleo de negocio de la compañía: la electricidad.Mensajes internos a la plantillaSegún desvelan a ABC trabajadores de Red Eléctrica , algunos de ellos directivos de área, desde su llegada Corredor se dedicó a mandar constantes mensajes internos a la plantilla (a través de comunicados por intranet o correos electrónicos) ensalzando las veleidades de las renovables, por las que ha apostado desde sus inicios al 100%, y, además, por todo lo que estuviera relacionado con la agenda progresista del Gobierno de Sánchez sobre LGTBI, todo a lo verde, inclusión, diversidad… Por esta razón, sobre todo durante su primer año de mandato, el de la pandemia –2020–, reforzó esa plantilla con directivos –sobre todo, directivas– ‘DEI’ (siglas en castellano del inglés ‘Chief Diversity Officer’, líderes estratégicos responsables de impulsar la diversidad, la equidad y la inclusión ), sin experiencia ni conocimientos del sector, apartando de la primera línea de negocio, digamos, a técnicos de la compañía con larga trayectoria y, estos sí, con el ‘know how’ necesario. Añaden los empleados consultados que la presidenta ha incidido en sus comparecencias y mensajes internos sobre temas o actividades sociales o ecológicos familiares , y que no transmitía tanto interés por conocer bien la propia Red Eléctrica o el sistema eléctrico del país. Para sus propios técnicos –dicen las fuentes–, que se quejan de no ser escuchados, cerrar las centrales nucleares, como parte de ese argumentario socialista y dirigido a rajatabla por la anterior ministra de Transición Ecológica –si bien ahora como comisaria europea admite todo lo contrario –, y ahora por su sucesora en el cargo, Sara Aagesen, «es una barbaridad, y la electrónica de potencia –la tecnología asociada con la conversión, control y acondicionamiento eficiente de la energía eléctrica por medios estáticos– tiene que cumplir algunos criterios técnicos que , en gran medida, aún no cumple». Además, la gran mayoría de estos técnicos, por raro que suene, consideran «la nuclear más ecológica que la solar o eólica», pero ni siquiera han sido consultados.A finales de 2020, desde el seno de Red Eléctrica se lanzaban esos mismos mensajes ‘progresistas’ internos a los medios : «España está haciendo los deberes marcados por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que vertebra un proceso de transición energética que será cabeza tractora de la economía en los próximos años. De hecho, prevé la atracción de más de 200.000 millones de euros de inversión en este periodo , de los cuales una porción significativa se destinará a la integración de renovables en el sistema eléctrico».Ya desde sus primeros meses al frente de Red Eléctrica, Corredor calificaba al operador como una de las empresas españolas esenciales «en el impulso de una salida verde a la crisis económica resultado de la pandemia del coronavirus en España». Para la compañía, el foco de ese nuevo modelo económico debía ser el impulso de la transición energética, que se articulaba en torno a cinco vectores: la descarbonización de la economía, la integración de las energías renovables, el impulso de la eficiencia energética, la protección del medioambiente y la apuesta por una transición justa e inclusiva. «Todos debemos asumir nuestra responsabilidad individual, institucional y corporativa», afirmaba Beatriz Corredor en prensa.Noticia Relacionada estandar Si El Gobierno afirma que no sabrá las causas del apagón hasta dentro de seis meses Emilio V. Escudero Sara Aagesen califica de «éxito» la gestión de la crisis por parte del Ejecutivo que dejó sin electricidad a la península ibérica durante doce horasHoy, todos esos esfuerzos por adherirse a la agenda progresista del Gobierno –un nuevo modelo económico, eso sí, que hundía sus raíces en la apuesta de la Comisión Europea conocida como el Pacto Verde– han sufrido un duro golpe tras el día del apagón, el pasado lunes 28 de abril. Corredor no hizo acto de presencia ante los medios ese día hasta 48 horas después, apenas una nota institucional, sin firma, en la que se descartaban ciberataques externos y se atribuía el apagón a un brusco descenso de la energía. Las fuentes del sector hablaban de la «desaparición» de 15 gigavatios en cinco segundos, que obligó a desconectar la red ibérica para evitar daños mayores. Pero nada más.Según ha podido saber ABC, ayer, sí quiso reunirse con los suyos, con todo el equipo directivo -que hoy, a su vez, han trasladado al resto de sus equipos-, para transmitirles un mensaje de calma y «dejar claro que hace falta tiempo para tener una respuesta rigurosa. Son muchos millones de datos en esos segundos críticos». Mensajes internos que han transmitido y que son lógicos, oportunos y tranquilizadores, según las fuentes consultadas.Corredor dijo a sus empleados que hay que desdeñar «el debate político y el de responsabilidades». «Tenemos máxima confianza en la labor del operador. El operador siempre tiene y ha tenido mentalidad de aversión al riesgo. Los ‘Procedimientos de Operación’ son muy garantistas y marcan mucho. Es posible que haya cosas en las que haya que evolucionar. Pero también es posible que no se haya hecho nada mal. No se puede hacer ninguna aseveración. Fuera hay mucho ruido, pero nos debemos aislar de eso» . Beatriz Corredor llegó a Red Eléctrica en 2020 para sustituir en la presidencia a otro exministro del PSOE, Jordi Sevilla, con el firme objetivo de dar a la entidad un perfil más institucional y crear un equipo a imagen y semejanza del argumentario socialista , algo que su antecesor obvió intencionadamente. La aún presidenta del operador eléctrico español llegó además para calmar las aguas tras el portazo de Sevilla, que dimitió tras enfrentarse a la entonces ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMVC) por el control de las inversiones y la planificación energética. Ya en su carta de dimisión, Sevilla denunciaba que Red Eléctrica (empresa bajo el paraguas del Estado, a través de la SEPI, que cuenta con el 20% del operador del sistema eléctrico español) había perdido autonomía , que la intervención del Gobierno en decisiones técnicas se había convertido en normalidad y que no se le había permitido reforzar el sistema como él creía necesario. Su salida, en enero de 2020, marcó un punto de inflexión en la institución que, incluso, bajo el mandato de Corredor, perdía el ‘España’ de su nombre , que ejecutó con el cambio de marca en junio de 2022, de REE a Redeia. Pero no solo fue esa la obsesión de Corredor desde su llegada al frente de Red Eléctrica. Beatriz Corredor –exministra de Vivienda durante la época de José Luis Rodríguez Zapatero y exdiputada socialista– se marcó como prioridad absoluta, y bajo mandato sanchista , seguir la agenda progresista marcada por el presidente del Gobierno, por encima de todo lo que concierne al núcleo de negocio de la compañía: la electricidad.Mensajes internos a la plantillaSegún desvelan a ABC trabajadores de Red Eléctrica , algunos de ellos directivos de área, desde su llegada Corredor se dedicó a mandar constantes mensajes internos a la plantilla (a través de comunicados por intranet o correos electrónicos) ensalzando las veleidades de las renovables, por las que ha apostado desde sus inicios al 100%, y, además, por todo lo que estuviera relacionado con la agenda progresista del Gobierno de Sánchez sobre LGTBI, todo a lo verde, inclusión, diversidad… Por esta razón, sobre todo durante su primer año de mandato, el de la pandemia –2020–, reforzó esa plantilla con directivos –sobre todo, directivas– ‘DEI’ (siglas en castellano del inglés ‘Chief Diversity Officer’, líderes estratégicos responsables de impulsar la diversidad, la equidad y la inclusión ), sin experiencia ni conocimientos del sector, apartando de la primera línea de negocio, digamos, a técnicos de la compañía con larga trayectoria y, estos sí, con el ‘know how’ necesario. Añaden los empleados consultados que la presidenta ha incidido en sus comparecencias y mensajes internos sobre temas o actividades sociales o ecológicos familiares , y que no transmitía tanto interés por conocer bien la propia Red Eléctrica o el sistema eléctrico del país. Para sus propios técnicos –dicen las fuentes–, que se quejan de no ser escuchados, cerrar las centrales nucleares, como parte de ese argumentario socialista y dirigido a rajatabla por la anterior ministra de Transición Ecológica –si bien ahora como comisaria europea admite todo lo contrario –, y ahora por su sucesora en el cargo, Sara Aagesen, «es una barbaridad, y la electrónica de potencia –la tecnología asociada con la conversión, control y acondicionamiento eficiente de la energía eléctrica por medios estáticos– tiene que cumplir algunos criterios técnicos que , en gran medida, aún no cumple». Además, la gran mayoría de estos técnicos, por raro que suene, consideran «la nuclear más ecológica que la solar o eólica», pero ni siquiera han sido consultados.A finales de 2020, desde el seno de Red Eléctrica se lanzaban esos mismos mensajes ‘progresistas’ internos a los medios : «España está haciendo los deberes marcados por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que vertebra un proceso de transición energética que será cabeza tractora de la economía en los próximos años. De hecho, prevé la atracción de más de 200.000 millones de euros de inversión en este periodo , de los cuales una porción significativa se destinará a la integración de renovables en el sistema eléctrico».Ya desde sus primeros meses al frente de Red Eléctrica, Corredor calificaba al operador como una de las empresas españolas esenciales «en el impulso de una salida verde a la crisis económica resultado de la pandemia del coronavirus en España». Para la compañía, el foco de ese nuevo modelo económico debía ser el impulso de la transición energética, que se articulaba en torno a cinco vectores: la descarbonización de la economía, la integración de las energías renovables, el impulso de la eficiencia energética, la protección del medioambiente y la apuesta por una transición justa e inclusiva. «Todos debemos asumir nuestra responsabilidad individual, institucional y corporativa», afirmaba Beatriz Corredor en prensa.Noticia Relacionada estandar Si El Gobierno afirma que no sabrá las causas del apagón hasta dentro de seis meses Emilio V. Escudero Sara Aagesen califica de «éxito» la gestión de la crisis por parte del Ejecutivo que dejó sin electricidad a la península ibérica durante doce horasHoy, todos esos esfuerzos por adherirse a la agenda progresista del Gobierno –un nuevo modelo económico, eso sí, que hundía sus raíces en la apuesta de la Comisión Europea conocida como el Pacto Verde– han sufrido un duro golpe tras el día del apagón, el pasado lunes 28 de abril. Corredor no hizo acto de presencia ante los medios ese día hasta 48 horas después, apenas una nota institucional, sin firma, en la que se descartaban ciberataques externos y se atribuía el apagón a un brusco descenso de la energía. Las fuentes del sector hablaban de la «desaparición» de 15 gigavatios en cinco segundos, que obligó a desconectar la red ibérica para evitar daños mayores. Pero nada más.Según ha podido saber ABC, ayer, sí quiso reunirse con los suyos, con todo el equipo directivo -que hoy, a su vez, han trasladado al resto de sus equipos-, para transmitirles un mensaje de calma y «dejar claro que hace falta tiempo para tener una respuesta rigurosa. Son muchos millones de datos en esos segundos críticos». Mensajes internos que han transmitido y que son lógicos, oportunos y tranquilizadores, según las fuentes consultadas.Corredor dijo a sus empleados que hay que desdeñar «el debate político y el de responsabilidades». «Tenemos máxima confianza en la labor del operador. El operador siempre tiene y ha tenido mentalidad de aversión al riesgo. Los ‘Procedimientos de Operación’ son muy garantistas y marcan mucho. Es posible que haya cosas en las que haya que evolucionar. Pero también es posible que no se haya hecho nada mal. No se puede hacer ninguna aseveración. Fuera hay mucho ruido, pero nos debemos aislar de eso» .  

Beatriz Corredor llegó a Red Eléctrica en 2020 para sustituir en la presidencia a otro exministro del PSOE, Jordi Sevilla, con el firme objetivo de dar a la entidad un perfil más institucional y crear un equipo a imagen y semejanza del argumentario socialista, … algo que su antecesor obvió intencionadamente. La aún presidenta del operador eléctrico español llegó además para calmar las aguas tras el portazo de Sevilla, que dimitió tras enfrentarse a la entonces ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMVC) por el control de las inversiones y la planificación energética.

Ya en su carta de dimisión, Sevilla denunciaba que Red Eléctrica (empresa bajo el paraguas del Estado, a través de la SEPI, que cuenta con el 20% del operador del sistema eléctrico español) había perdido autonomía, que la intervención del Gobierno en decisiones técnicas se había convertido en normalidad y que no se le había permitido reforzar el sistema como él creía necesario. Su salida, en enero de 2020, marcó un punto de inflexión en la institución que, incluso, bajo el mandato de Corredor, perdía el ‘España’ de su nombre, que ejecutó con el cambio de marca en junio de 2022, de REE a Redeia.

Pero no solo fue esa la obsesión de Corredor desde su llegada al frente de Red Eléctrica. Beatriz Corredor –exministra de Vivienda durante la época de José Luis Rodríguez Zapatero y exdiputada socialista– se marcó como prioridad absoluta, y bajo mandato sanchista, seguir la agenda progresista marcada por el presidente del Gobierno, por encima de todo lo que concierne al núcleo de negocio de la compañía: la electricidad.

Mensajes internos a la plantilla

Según desvelan a ABC trabajadores de Red Eléctrica, algunos de ellos directivos de área, desde su llegada Corredor se dedicó a mandar constantes mensajes internos a la plantilla (a través de comunicados por intranet o correos electrónicos) ensalzando las veleidades de las renovables, por las que ha apostado desde sus inicios al 100%, y, además, por todo lo que estuviera relacionado con la agenda progresista del Gobierno de Sánchez sobre LGTBI, todo a lo verde, inclusión, diversidad…

Por esta razón, sobre todo durante su primer año de mandato, el de la pandemia –2020–, reforzó esa plantilla con directivos –sobre todo, directivas– ‘DEI’ (siglas en castellano del inglés ‘Chief Diversity Officer’, líderes estratégicos responsables de impulsar la diversidad, la equidad y la inclusión), sin experiencia ni conocimientos del sector, apartando de la primera línea de negocio, digamos, a técnicos de la compañía con larga trayectoria y, estos sí, con el ‘know how’ necesario.

Añaden los empleados consultados que la presidenta ha incidido en sus comparecencias y mensajes internos sobre temas o actividades sociales o ecológicos familiares, y que no transmitía tanto interés por conocer bien la propia Red Eléctrica o el sistema eléctrico del país.

Para sus propios técnicos –dicen las fuentes–, que se quejan de no ser escuchados, cerrar las centrales nucleares, como parte de ese argumentario socialista y dirigido a rajatabla por la anterior ministra de Transición Ecológica –si bien ahora como comisaria europea admite todo lo contrario–, y ahora por su sucesora en el cargo, Sara Aagesen, «es una barbaridad, y la electrónica de potencia –la tecnología asociada con la conversión, control y acondicionamiento eficiente de la energía eléctrica por medios estáticos– tiene que cumplir algunos criterios técnicos que , en gran medida, aún no cumple». Además, la gran mayoría de estos técnicos, por raro que suene, consideran «la nuclear más ecológica que la solar o eólica», pero ni siquiera han sido consultados.

A finales de 2020, desde el seno de Red Eléctrica se lanzaban esos mismos mensajes ‘progresistas’ internos a los medios: «España está haciendo los deberes marcados por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que vertebra un proceso de transición energética que será cabeza tractora de la economía en los próximos años. De hecho, prevé la atracción de más de 200.000 millones de euros de inversión en este periodo , de los cuales una porción significativa se destinará a la integración de renovables en el sistema eléctrico».

Ya desde sus primeros meses al frente de Red Eléctrica, Corredor calificaba al operador como una de las empresas españolas esenciales «en el impulso de una salida verde a la crisis económica resultado de la pandemia del coronavirus en España». Para la compañía, el foco de ese nuevo modelo económico debía ser el impulso de la transición energética, que se articulaba en torno a cinco vectores: la descarbonización de la economía, la integración de las energías renovables, el impulso de la eficiencia energética, la protección del medioambiente y la apuesta por una transición justa e inclusiva. «Todos debemos asumir nuestra responsabilidad individual, institucional y corporativa», afirmaba Beatriz Corredor en prensa.

Hoy, todos esos esfuerzos por adherirse a la agenda progresista del Gobierno –un nuevo modelo económico, eso sí, que hundía sus raíces en la apuesta de la Comisión Europea conocida como el Pacto Verde– han sufrido un duro golpe tras el día del apagón, el pasado lunes 28 de abril. Corredor no hizo acto de presencia ante los medios ese día hasta 48 horas después, apenas una nota institucional, sin firma, en la que se descartaban ciberataques externos y se atribuía el apagón a un brusco descenso de la energía. Las fuentes del sector hablaban de la «desaparición» de 15 gigavatios en cinco segundos, que obligó a desconectar la red ibérica para evitar daños mayores. Pero nada más.

Según ha podido saber ABC, ayer, sí quiso reunirse con los suyos, con todo el equipo directivo -que hoy, a su vez, han trasladado al resto de sus equipos-, para transmitirles un mensaje de calma y «dejar claro que hace falta tiempo para tener una respuesta rigurosa. Son muchos millones de datos en esos segundos críticos». Mensajes internos que han transmitido y que son lógicos, oportunos y tranquilizadores, según las fuentes consultadas.

Corredor dijo a sus empleados que hay que desdeñar «el debate político y el de responsabilidades». «Tenemos máxima confianza en la labor del operador. El operador siempre tiene y ha tenido mentalidad de aversión al riesgo. Los ‘Procedimientos de Operación’ son muy garantistas y marcan mucho. Es posible que haya cosas en las que haya que evolucionar. Pero también es posible que no se haya hecho nada mal. No se puede hacer ninguna aseveración. Fuera hay mucho ruido, pero nos debemos aislar de eso«.

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