La jornada electoral de este domingo en México no fue grata para Andrés López Beltrán , hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador y que pretende ser su heredero en la política.El secretario de Organización del oficialista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) tuvo dos varapalos: por un lado, la baja participación de la población en la elección de jueces –que no llegaría al 14% del padrón de casi cien millones de lectores-, y por el otro la derrota de Morena en la ciudad de Durango, donde el candidato de López Beltrán fue arrasado por el aspirante de la alianza entre el Partido Acción Nacional (PAN) y el histórico Partido Revolucionario Institucional (PRI).López Beltrán tenía a su cargo movilizar a los electores para que votaran por ministros de la Corte Suprema, magistrados y jueces. El resultado quedó muy lejos del objetivo base que era una concurrencia del 20% del padrón.Noticia Relacionada estandar Si Elección de jueces en México: poca asistencia y denuncias de la oposición por supuestas irregularidades Milton Merlo Se estima que este lunes se informe quienes integraran la Corte Suprema compuesta por nueve ministrosCon este panorama, la elección judicial se convirtió en un golpe para el oficialismo que se propuso «democratizar» la justicia, pero el resultado fue un casi nulo interés por parte de la ciudadanía. Es el primer signo de una desconexión marcada entre Morena y el interés de las masas.Alcaldía de DurangoEn cuanto a Durango, López Beltrán se instaló desde hace un mes en la ciudad del norte del país, trazó estrategias electorales y tejió todo tipo de alianzas, pero nada alcanzó para evitar que su candidato quedara en tercer lugar.Y es que a Morena todavía le cuesta penetrar en las sociedades del norte del país. Se trata de entidades compuestas mayoritariamente por personas de clases medias donde los programas de apoyo que reparte el Gobierno tiene menor impacto en las preferencias electorales.Se confirma así una tesis extendida en el oficialismo: el hijo de López Obrador es un gerente eficaz de la política y tiene un gran talento para financiar campañas, pero su capacidad de estrategia y persuasión todavía queda a deber.A diferencia de su, padre López Beltrán tiene poca disposición a hablar en público, no tiene una gran oratorio ni ha mostrado todavía una fuerte consistencia ideológica y prefiere la lejanía de los medios de comunicación.Sus movimientos son seguidos de cerca además porque opera con una autonomía que sigue más las coordenadas de su padre, ya retirado en Chiapas, que las de la presidenta Claudia Sheinbaum, cuyo entorno lo cuestiona por llevar a cabo una agenda personal en lugar de traducir en el movimiento las metas de la administración.López Beltrán tiene, de momento, dos proyectos políticos hacia el año 2030. Uno sería ser candidato a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México y, el más ambicioso, consistiría en ir directamente por la candidatura presidencial. La jornada electoral de este domingo en México no fue grata para Andrés López Beltrán , hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador y que pretende ser su heredero en la política.El secretario de Organización del oficialista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) tuvo dos varapalos: por un lado, la baja participación de la población en la elección de jueces –que no llegaría al 14% del padrón de casi cien millones de lectores-, y por el otro la derrota de Morena en la ciudad de Durango, donde el candidato de López Beltrán fue arrasado por el aspirante de la alianza entre el Partido Acción Nacional (PAN) y el histórico Partido Revolucionario Institucional (PRI).López Beltrán tenía a su cargo movilizar a los electores para que votaran por ministros de la Corte Suprema, magistrados y jueces. El resultado quedó muy lejos del objetivo base que era una concurrencia del 20% del padrón.Noticia Relacionada estandar Si Elección de jueces en México: poca asistencia y denuncias de la oposición por supuestas irregularidades Milton Merlo Se estima que este lunes se informe quienes integraran la Corte Suprema compuesta por nueve ministrosCon este panorama, la elección judicial se convirtió en un golpe para el oficialismo que se propuso «democratizar» la justicia, pero el resultado fue un casi nulo interés por parte de la ciudadanía. Es el primer signo de una desconexión marcada entre Morena y el interés de las masas.Alcaldía de DurangoEn cuanto a Durango, López Beltrán se instaló desde hace un mes en la ciudad del norte del país, trazó estrategias electorales y tejió todo tipo de alianzas, pero nada alcanzó para evitar que su candidato quedara en tercer lugar.Y es que a Morena todavía le cuesta penetrar en las sociedades del norte del país. Se trata de entidades compuestas mayoritariamente por personas de clases medias donde los programas de apoyo que reparte el Gobierno tiene menor impacto en las preferencias electorales.Se confirma así una tesis extendida en el oficialismo: el hijo de López Obrador es un gerente eficaz de la política y tiene un gran talento para financiar campañas, pero su capacidad de estrategia y persuasión todavía queda a deber.A diferencia de su, padre López Beltrán tiene poca disposición a hablar en público, no tiene una gran oratorio ni ha mostrado todavía una fuerte consistencia ideológica y prefiere la lejanía de los medios de comunicación.Sus movimientos son seguidos de cerca además porque opera con una autonomía que sigue más las coordenadas de su padre, ya retirado en Chiapas, que las de la presidenta Claudia Sheinbaum, cuyo entorno lo cuestiona por llevar a cabo una agenda personal en lugar de traducir en el movimiento las metas de la administración.López Beltrán tiene, de momento, dos proyectos políticos hacia el año 2030. Uno sería ser candidato a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México y, el más ambicioso, consistiría en ir directamente por la candidatura presidencial.
Debía impulsar el voto en las primeras, en las que apenas hubo un 13% de participación; y al candidato de Morena en Durango, que no fue elegido
La jornada electoral de este domingo en México no fue grata para Andrés López Beltrán, hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador y que pretende ser su heredero en la política.
El secretario de Organización del oficialista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) tuvo … dos varapalos: por un lado, la baja participación de la población en la elección de jueces –que no llegaría al 14% del padrón de casi cien millones de lectores-, y por el otro la derrota de Morena en la ciudad de Durango, donde el candidato de López Beltrán fue arrasado por el aspirante de la alianza entre el Partido Acción Nacional (PAN) y el histórico Partido Revolucionario Institucional (PRI).
López Beltrán tenía a su cargo movilizar a los electores para que votaran por ministros de la Corte Suprema, magistrados y jueces. El resultado quedó muy lejos del objetivo base que era una concurrencia del 20% del padrón.
Con este panorama, la elección judicial se convirtió en un golpe para el oficialismo que se propuso «democratizar» la justicia, pero el resultado fue un casi nulo interés por parte de la ciudadanía. Es el primer signo de una desconexión marcada entre Morena y el interés de las masas.
Alcaldía de Durango
En cuanto a Durango, López Beltrán se instaló desde hace un mes en la ciudad del norte del país, trazó estrategias electorales y tejió todo tipo de alianzas, pero nada alcanzó para evitar que su candidato quedara en tercer lugar.
Y es que a Morena todavía le cuesta penetrar en las sociedades del norte del país. Se trata de entidades compuestas mayoritariamente por personas de clases medias donde los programas de apoyo que reparte el Gobierno tiene menor impacto en las preferencias electorales.
Se confirma así una tesis extendida en el oficialismo: el hijo de López Obrador es un gerente eficaz de la política y tiene un gran talento para financiar campañas, pero su capacidad de estrategia y persuasión todavía queda a deber.
A diferencia de su, padre López Beltrán tiene poca disposición a hablar en público, no tiene una gran oratorio ni ha mostrado todavía una fuerte consistencia ideológica y prefiere la lejanía de los medios de comunicación.
Sus movimientos son seguidos de cerca además porque opera con una autonomía que sigue más las coordenadas de su padre, ya retirado en Chiapas, que las de la presidenta Claudia Sheinbaum, cuyo entorno lo cuestiona por llevar a cabo una agenda personal en lugar de traducir en el movimiento las metas de la administración.
López Beltrán tiene, de momento, dos proyectos políticos hacia el año 2030. Uno sería ser candidato a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México y, el más ambicioso, consistiría en ir directamente por la candidatura presidencial.
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