Ignacio de la Calzada, abogado laborista: «La jubilación es un engaño que no premia a la gente que trabaja»

La jubilación, pensada como un reconocimiento al esfuerzo laboral, revela las desigualdades del sistema de pensiones.
Más información: Manuel Llamas, economista: «El patrimonio de Amancio Ortega es el equivalente a siete meses de pensiones en España» La jubilación, pensada como un reconocimiento al esfuerzo laboral, revela las desigualdades del sistema de pensiones.
Más información: Manuel Llamas, economista: «El patrimonio de Amancio Ortega es el equivalente a siete meses de pensiones en España»  

La jubilación, en teoría, debería representar un premio al esfuerzo de toda una vida laboral. Sin embargo, según explica Ignacio de la Calzada, abogado laborista conocido en redes sociales como @laboral_tips, la realidad dista mucho de esa premisa.

Para él, «la jubilación es un engaño que no premia a la gente que trabaja», y lo fundamenta con una crítica estructurada al sistema de pensiones vigente.

En este contexto, De la Calzada expone una queja recurrente entre los jubilados: aquellas personas que han cotizado durante más de 40 años terminan cobrando una pensión similar a la de quienes han cotizado poco más de 27 años. 

Ignacio de la Calzada: un sistema injusto 

El sistema de pensiones toma en cuenta tres elementos principales que, a juicio del abogado, representan la base del problema. El primero es cuánto te va a quedar de pensión, lo cual depende de cuánto hayas cotizado a lo largo de tu vida laboral.

Según explica el abogado, «a partir de los 36 años y 6 meses cotizados tienes derecho al 100% de tu base reguladora», que se calcula a partir de las cotizaciones de los últimos 25 años laborales aplicando una fórmula específica. Sin embargo, quien no alcance este tiempo de cotización verá reducida su pensión proporcionalmente.

El segundo factor determinante a la hora de jubilarse es la edad establecida por la ley. No basta con haber trabajado y cotizado durante décadas; cumplir con el requisito de la edad también es imprescindible.

Si no se alcanza la edad mínima de jubilación fijada, no se puede acceder a la pensión completa. Esto significa que, aunque se tengan suficientes años de cotización, será necesario seguir trabajando hasta alcanzar el umbral exigido.

Como recuerda De la Calzada, «hay personas con más de 50 años que ya han cotizado 40, pero aun así deben seguir trabajando hasta alcanzar la edad legal de jubilación», que no siempre es a los 65 años.

Debido a un régimen transitorio, esta edad se va incrementando progresivamente hasta alcanzar los 67 años en 2027, salvo para quienes hayan cotizado más de 38 años y 3 meses, que podrán jubilarse antes. En este sentido, De la Calzada advierte: «Teniendo 65 años y 36 y medio cotizados, a lo mejor te has de jubilar casi a los 67».

El tercer criterio es si se opta por adelantar la jubilación. De la Calzada distingue entre jubilación anticipada voluntaria e involuntaria. La voluntaria permite jubilarse hasta dos años antes de la edad ordinaria, pero a cambio de una reducción de la pensión.

«Pongamos el caso de que tienes 40 años cotizados y te quieres jubilar a los 63: te van a quitar pasta«, señala el abogado. Por otro lado, la jubilación anticipada involuntaria (por causas como despidos colectivos o enfermedades) puede adelantarse hasta cuatro años, aunque igualmente con recortes.

El problema de fondo, según Ignacio de la Calzada, es que el sistema de pensiones no funciona como una cuenta de ahorro personal. «Si el sistema fuera una especie de mochila en la que vas metiendo tu dinero, quien haya cotizado 40 o más años tendría mucho más dinero que alguien que solo hubiera cotizado 27″, afirma.

Sin embargo, el modelo actual es de reparto: los trabajadores actuales financian las pensiones de los jubilados actuales. No existe una “hucha personal” que acumule las cotizaciones individuales a lo largo de la vida laboral.

Fallos del sistema

Este diseño genera injusticias palpables: trabajadores que cotizaron más de 40 años ven cómo su pensión es muy similar, o apenas superior, a la de otros que apenas alcanzaron los 15 años cotizados, ya que a partir de ese mínimo se tiene derecho al 50% de la base reguladora.

Además, gracias al llamado «complemento de mínimos», las pensiones de quienes menos cotizaron pueden incrementarse, reduciendo aún más la diferencia respecto a quienes trabajaron toda su vida.

Ante esta situación, Ignacio de la Calzada advierte que «hay que dar gracias si nos podemos jubilar», pero insiste en que no se debe caer en el engaño de pensar que el sistema premia a quienes más han trabajado.

 elespanol – Sociedad

Noticias Relacionadas