5.000 personas han salido este domingo por la tarde a las calles de Valencia para reclamar la dimisión de Carlos Mazón, presidente de la Generalitat, por su gestión de la dana, según la estimación de la Delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana (4.500, de acuerdo con la Policía Local). La marcha se ha celebrado sin incidentes con un intenso calor que se ha combatido con abanicos o, en ocasiones, empleando algunos carteles reivindicativos para ventilarse.
La protesta vuelve a pedir la dimisión del presidente de la Generalitat por su gestión con una afluencia que ha ido disminuyendo con el tiempo
5.000 personas han salido este domingo por la tarde a las calles de Valencia para reclamar la dimisión de Carlos Mazón, presidente de la Generalitat, por su gestión de la dana, según la estimación de la Delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana (4.500, según la Policía Local).
“Mazón dimissió” y “El president, a Picassent” (en referencia a la prisión ubicada en esta localidad) han sido los gritos y lemas más repetidos durante la octava manifestación convocada contra la gestión del Consell, justo cuando se cumplen ocho meses de las riadas que causaron 228 muertos y un reguero de daños multimillonarios en la provincia de Valencia.
La presencia de familiares de víctimas mortales en la cabecera ha provocado los aplausos solidarios de numerosos transeúntes que se han encontrado con la marcha en la plaza del Ayuntamiento. Toñi García sostenía un cartel con las fotos de su marido e hija Miguel y Sara Carpio, fallecidos, junto a la reclamación de justicia para todas las víctimas.
Los convocantes, cerca de 200 entidades cívicas, sociales y sindicales, mayoritariamente de izquierdas, mantienen así el pulso contra Mazón, del PP, a pesar de la ola de calor de este domingo, de las fechas prevacacionales y de las convocatorias de carácter mensual.
Los manifestantes han exigido responsabilidades y una reconstrucción “para las personas”. En su manifiesto leído al finalizar en la plaza de la Virgen, han denunciado la falta de “alternativa habitacional para las personas afectadas”, que los trabajadores incluidos en Ertes no están cobrando el 100% del sueldo o que aún no se ha investigado la negligencia de todas las empresas que pusieron en peligro la vida de sus trabajadores», entre otras cuestiones.
La presidenta de la Associació Víctimes Mortals Dana 29-O, Rosa Álvarez, ha señalado en declaraciones a los medios que la reconstrucción tras la dana es “falsa” y “no tiene nada que ver con la realidad”. “Hay muchísimas cosas que están por avanzar” como “los ascensores que siguen sin funcionar” [al menos, un millar] porque “hay dinero, pero faltan piezas, mano de obra”. También ha lamentado que “hay 13 escuelas que hay que reconstruir de cero, empezar de nuevo”. “Los que están en marcha faltan laboratorios, gimnasios, salas de profesores, pero los quieren poner en marcha, de todos modos”, ha detallado. Ha asegurado que continuará con las manifestaciones “hasta que este señor tenga la dignidad de irse y ponerse a disposición judicial”.
La afluencia ha ido disminuyendo con el tiempo desde las cerca de 130.000 personas que acudieron a la primera protesta del 9 de noviembre; 15.000 en la séptima y ahora varios miles, y 5000, este domingo. Una convocatoria se tuvo que anular a causa del gran apagón del 28 de abril.
Nunca en la historia democrática de la Comunidad Valenciana ha habido una sucesión de manifestaciones tan concurridas, con miles de personas en las calles en cada una, como las que organizadas contra la gestión de la Generalitat y en concreto, contra Mazón.
El president sigue sin desvelar con detalle qué hacía y dónde estaba después de una larga comida con una periodista, entre las 18.30 horas, aproximadamente, del 29 de octubre, y las 20.28, cuando entró en el cecopi, el órgano que coordinaba la emergencia, liderada por la entonces consejera de Interior (y responsable de emergencias), Salomé Pradas, cesadas tres semanas después.
Los manifestantes no han cesado de pedir explicaciones, como han vuelto a hacer este domingo, al máximo responsable del Consell sobre su paradero, mientras casi 80 municipios valencianos se inundaban y la mayoría de víctimas perdía la vida o pugnaba por salvarse antes de que la alarma de la Generalitat sonora en los móviles a las 20.11 de aquel fatídico día.
Mazón, no obstante, ha resistido las múltiples presiones, también desde dentro de su partido, para dimitir, favorecido por la dificultad de pactar con Vox un candidato que le sustituyera dentro de la bancada del PP en Les Corts Valencianes. La ultraderecha prefiere mantener a un president herido políticamente, si bien justifica su posición en que la prioridad es centrarse en la reconstrucción. Ahora, además, el foco político se ha desplazado hacia el PSOE y el Gobierno tras estallar el escándalo de corrupción del caso Koldo-Ábalos-Santos Cerdán.
De modo que Mazón ha tomado aire político y multiplica su presencia, aunque sigue sin acercarse a la zona cero de la dana para evitar las críticas y abucheos de la población. Y tampoco se ha reunido aún con tres de las principales asociaciones de víctimas. Pero ha aumentado su actividad política incidiendo a la mínima ocasión en su argumentario que se sintetiza en que la Generalitat está actuando con rapidez en la ayudas y en la reconstrucción y el Gobierno, presidido por el socialista Pedro Sánchez, no hace nada.
Este lunes, ocho meses después, está previsto que Carlos Mazón, presente el Plan de Reconstrucción, encargado al vicepresidente y consejero para la recuperación, el exmilitar Francisco José Gan Pampols, que ha contado para su elaboración a la consultora PricewaterhouseCoopers Asesores de Negocios (PwC), adjudicataria de de un contrato de emergencia cifrado en 2,2 millones de euros (con IVA).
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