Miguel Assal, experto en primeros auxilios: «Esta pastilla, que antes tenías en casa y ahora no, te puede salvar del infarto»

«Mastícala aunque sepa mal, romperemos el recubrimiento entérico de la pastilla y el efecto será mucho más rápido que si lo hace el ácido de tu estómago», recomienda el experto.
Más información: Este es el peligro de tomar aspirina en edades avanzadas: la alerta de los médicos «Mastícala aunque sepa mal, romperemos el recubrimiento entérico de la pastilla y el efecto será mucho más rápido que si lo hace el ácido de tu estómago», recomienda el experto.
Más información: Este es el peligro de tomar aspirina en edades avanzadas: la alerta de los médicos  

En un mundo donde las enfermedades cardiovasculares han sido tradicionalmente la principal causa de muerte, tanto en hombres como en mujeres, una vieja conocida en los botiquines podría marcar la diferencia entre la vida y la muerte: la aspirina. Este medicamento, cuyo principio activo es el ácido acetilsalicílico, no solo alivia el dolor o reduce la fiebre, también posee una poderosa capacidad para prevenir coágulos sanguíneos, lo que la convierte en una herramienta crucial ante la sospecha de un infarto.

Miguel Assal, experto en primeros auxilios y divulgador en redes sociales, así lo ha asegurado en sus redes sociales, donde ha recordado el valor vital de este medicamento. «Esta pastilla que antes teníais todos en vuestra casa y ahora ya no, te puede salvar la vida», afirma en uno de sus videos. «Y sí, es la mítica aspirina, y te puede salvar la vida ante un infarto».

Pero ¿cómo puede una pastilla tan común ser tan efectiva en una emergencia cardíaca? La respuesta está en su acción como antiagregante plaquetario. Lo cierto es que la aspirina reduce la capacidad de las plaquetas —células de la sangre responsables de la coagulación— para agruparse. Esta propiedad es esencial cuando se trata de evitar la formación de un trombo, es decir, un coágulo que puede obstruir una arteria coronaria y desencadenar un infarto agudo de miocardio.

Assal lo explica de manera clara: «Esto tan pequeño es un antiagregante plaquetario. Reduciéndolo, evita la formación del tapón en la arteria e incluso podría romperlo». De esta forma, la aspirina no solo previene la obstrucción, sino que incluso podría ayudar a disolver un coágulo incipiente.

Sin embargo, no basta con tomarla: la forma en que se administra también es fundamental. «No olvides esto: media aspirina, entre 250 y 300 miligramos, y atento a este detalle. Mastícala aunque sepa mal, romperemos el recubrimiento entérico de la pastilla y el efecto será mucho más rápido que si lo hace el ácido de tu estómago», añade Assal. Masticarla permite que el fármaco actúe en cuestión de minutos, algo crítico cuando el tiempo apremia.

La aspirina no es un sustituto de la atención médica, pero puede ser una medida temporal muy eficaz mientras se solicita ayuda de emergencia. Ante los primeros síntomas de un infarto —dolor intenso en el pecho, dificultad para respirar, sudor frío o sensación de opresión—, tomar una dosis adecuada de aspirina masticada podría ganar minutos valiosísimos antes de llegar al hospital.

No obstante, como todo medicamento, tiene contraindicaciones. Assal advierte: «Toma aspirina ante sospecha de infarto siempre que no seas alérgico o hipersensible al ácido acetilsalicílico. Si padeces úlceras digestivas o riesgo de hemorragia intestinal, hay alternativas. Pero que sepas que ni el ibuprofeno ni el paracetamol tienen esta función».

Ni ibuprofeno ni paracetamol

Este último punto es crucial. Muchas personas podrían pensar que cualquier analgésico sirve en estos casos, pero ni el ibuprofeno ni el paracetamol actúan como antiagregantes plaquetarios. De hecho, el ibuprofeno puede interferir con los efectos de la aspirina si se toman juntos. Por eso es importante tener claro qué medicamento utilizar y cómo.

En la práctica clínica, la aspirina forma parte del protocolo de atención ante un infarto agudo de miocardio. Incluso los servicios de emergencia la administran de inmediato al llegar al lugar. Según diversas guías médicas, su uso temprano se asocia con una reducción significativa de la mortalidad.

¿Por qué entonces ha desaparecido de muchos botiquines caseros? En parte, por el auge de otros medicamentos más específicos o por la creencia de que la aspirina es «cosa del pasado». También influye el temor a los efectos secundarios gastrointestinales. Sin embargo, como señala Assal, en una situación de emergencia, los beneficios superan ampliamente los riesgos para la mayoría de las personas.

Reintroducir la aspirina en los hogares como un recurso de primeros auxilios no significa tomarla de forma indiscriminada, sino tenerla disponible por si acaso, sabiendo cómo y cuándo usarla. Una media pastilla, masticada y administrada en el momento adecuado, puede evitar una tragedia.

La aspirina, ese comprimido que muchos relegaron al fondo del botiquín, puede ser una auténtica salvavidas. Ante la sospecha de un infarto, cada segundo cuenta, y contar con la información y los recursos adecuados puede marcar la diferencia. Miguel Assal lo resume con contundencia y sencillez: «Ya sabes. Media aspirina puede salvarte la vida».

 elespanol – Salud

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