Pakistán, militarizado por China, y la India reduciendo su dependencia de Rusia: el juego de alianzas en Cachemira

En una sesión conjunta del Congreso de EE.UU., durante una visita al país en 2023 en la que fue recibido con todos los honores por Joe Biden, el primer ministro de la India, Narenda Modri , proclamó entre aplausos: «Éramos unos extraños en cooperación en defensa a principios de siglo; ahora Estados Unidos se ha convertido en uno de nuestros principales socios».Aquella declaración de amistad mutua, que ambos países han renovado tras el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca pese a la guerra arancelaria, subrayaba los cambios en marcha en el juego de alianzas en el continente asiático que alimentan el conflicto por Cachemira entre la India y Pakistán y lo enmarcan en el pulso global que mantienen EE.UU. y China.Nueva Delhi lanzó este martes un ataque contra nueve supuestos objetivos «terroristas» en Pakistán y la parte de Cachemira controlada por Islamabad, después del atentado en esa región en disputa que costó la vida el pasado 22 de abril en el que murieron 26 turistas. El bombardeo indio y la respuesta paquistaní han costado la vida a al menos 38 personas –26 causados por el primero y 12 por la segunda–, en lo que supone el peor choque en décadas entre los dos países vecinos , ambos potencias nucleares.Noticia Relacionada estandar No La India y Pakistán, la historia de dos potencias nucleares enfrentadas desde 1947 por Cachemira Lorena Gamarra En 1962, China reclamó su trozo del pastel y acabó controlando parte de dicha región del HimalayaEl respaldo de Donald Trump y del vicepresidente J. D. Vance a Modi poco después del atentado de abril habría sido visto por numerosos funcionarios indios como una suerte de ‘luz verde’ para tomar represalias contra Pakistán, según recoge ‘The New York Times’.Este apoyo de Washington en el terreno de la defensa supone un significativo cambio en las tradicionales alianzas de la India. Durante la Guerra Fría, este país se declaraba entre los «no alineados», pero mantuvo gran dependencia de la Unión Soviética, que se convirtió en su principal proveedor de armas y municiones. Tras la caída del Telón de Acero, Rusia ha seguido ejerciendo ese papel, de manera que aún entre 2006 y 2010 en torno al 80% del armamento de la India procedía de allí, de acuerdo con los datos del Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI) .Pero desde entonces el peso de las importaciones rusas ha ido disminuyendo en favor de los países occidentales. Entre 2020 y 2024, esa proporción había caído al 36%, mientras que el armamento procedente de Francia alcanzó el 33%, el de Israel el 13% y el de EE.UU. el 10%.Estos datos ilustran el papel que la India ha pasado a representar para Washington en su pulso geoestratégico con Pekín. «Para contrarrestar a China, que es una prioridad máxima, India puede ser el país más importante», aseguraba en 2023, con motivo de la visita de Modi a EE.UU., el vicepresidente del Atlantic Council, Matt Kroenig, según recogía entonces el diario ‘Wall Street Journal’.El viraje en las alianzas de la India responde a su búsqueda de un complejo equilibrio en el nuevo panorama global, con una creciente cercanía a Occidente y una menor dependencia de Rusia, aunque sin perder completamente sus lazos con Moscú. De hecho, evitó condenar la invasión rusa de Ucrania en 2022, desmarcándose de la postura que entonces mostraron Europa y EE.UU.A su vez, el realineamiento de la India está favoreciendo que Pakistán, en su momento un firme aliado estadounidense, se esté echando en brazos de China . En los años 80, prestó una ayuda crucial a EE.UU. a la hora de combatir a los soviéticos en Afganistán, gracias a lo cual pudo reforzar su arsenal con material norteamericano, incluyendo la adquisición de los valiosos cazas F-16. Después de que EE.UU. castigara con sanciones tanto a la India como a Pakistán por realizar pruebas nucleares y cortara el suministro de los aviones a Islamabad, los atentados del 11-S volvieron a situarlo como aliado clave en la lucha contra el terrorismo. De hecho, fue en territorio paquistaní donde se acabó liquidando al líder de Al Qaida, Osama bin Laden.Cambio de escenario Pero el nuevo escenario ha alterado esa estrecha colaboración. «La creciente convergencia de intereses entre Estados Unidos y la India en torno a la rivalidad con China aleja a Pakistán de Washington y lo acerca más a Pekín», afirma Ana Ballesteros Peiró, investigadora sénior asociada del Real Instituto Elcano, en un reciente artículo sobre el conflicto en Cachemira publicado por ese ‘think tank’.Ese volantazo en las alianzas se plasma, al igual que en el caso de la India, en la compra de armamento. China se ha convertido en el principal suministrador de Pakistán, con el 81% del total en el periodo 2020-2024, cuando menos de dos décadas antes se situaba en el 36%. En cambio, EE.UU. ha pasado en ese tiempo de proporcionarle el 36% en ese año a desaparecer como proveedor.El enfrentamiento por Cachemira entre la India y Pakistán –dos países que figuran entre los cinco primeros importadores de armas del mundo– ha desatado el temor internacional a una escalada de las hostilidades, que se vendría a sumar a la guerra en Ucrania y a la ofensiva israelí en Gaza, entre otros puntos de conflicto. La pugna entre EE.UU. y China por la hegemonía global puede desempeñar un papel clave. En una sesión conjunta del Congreso de EE.UU., durante una visita al país en 2023 en la que fue recibido con todos los honores por Joe Biden, el primer ministro de la India, Narenda Modri , proclamó entre aplausos: «Éramos unos extraños en cooperación en defensa a principios de siglo; ahora Estados Unidos se ha convertido en uno de nuestros principales socios».Aquella declaración de amistad mutua, que ambos países han renovado tras el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca pese a la guerra arancelaria, subrayaba los cambios en marcha en el juego de alianzas en el continente asiático que alimentan el conflicto por Cachemira entre la India y Pakistán y lo enmarcan en el pulso global que mantienen EE.UU. y China.Nueva Delhi lanzó este martes un ataque contra nueve supuestos objetivos «terroristas» en Pakistán y la parte de Cachemira controlada por Islamabad, después del atentado en esa región en disputa que costó la vida el pasado 22 de abril en el que murieron 26 turistas. El bombardeo indio y la respuesta paquistaní han costado la vida a al menos 38 personas –26 causados por el primero y 12 por la segunda–, en lo que supone el peor choque en décadas entre los dos países vecinos , ambos potencias nucleares.Noticia Relacionada estandar No La India y Pakistán, la historia de dos potencias nucleares enfrentadas desde 1947 por Cachemira Lorena Gamarra En 1962, China reclamó su trozo del pastel y acabó controlando parte de dicha región del HimalayaEl respaldo de Donald Trump y del vicepresidente J. D. Vance a Modi poco después del atentado de abril habría sido visto por numerosos funcionarios indios como una suerte de ‘luz verde’ para tomar represalias contra Pakistán, según recoge ‘The New York Times’.Este apoyo de Washington en el terreno de la defensa supone un significativo cambio en las tradicionales alianzas de la India. Durante la Guerra Fría, este país se declaraba entre los «no alineados», pero mantuvo gran dependencia de la Unión Soviética, que se convirtió en su principal proveedor de armas y municiones. Tras la caída del Telón de Acero, Rusia ha seguido ejerciendo ese papel, de manera que aún entre 2006 y 2010 en torno al 80% del armamento de la India procedía de allí, de acuerdo con los datos del Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI) .Pero desde entonces el peso de las importaciones rusas ha ido disminuyendo en favor de los países occidentales. Entre 2020 y 2024, esa proporción había caído al 36%, mientras que el armamento procedente de Francia alcanzó el 33%, el de Israel el 13% y el de EE.UU. el 10%.Estos datos ilustran el papel que la India ha pasado a representar para Washington en su pulso geoestratégico con Pekín. «Para contrarrestar a China, que es una prioridad máxima, India puede ser el país más importante», aseguraba en 2023, con motivo de la visita de Modi a EE.UU., el vicepresidente del Atlantic Council, Matt Kroenig, según recogía entonces el diario ‘Wall Street Journal’.El viraje en las alianzas de la India responde a su búsqueda de un complejo equilibrio en el nuevo panorama global, con una creciente cercanía a Occidente y una menor dependencia de Rusia, aunque sin perder completamente sus lazos con Moscú. De hecho, evitó condenar la invasión rusa de Ucrania en 2022, desmarcándose de la postura que entonces mostraron Europa y EE.UU.A su vez, el realineamiento de la India está favoreciendo que Pakistán, en su momento un firme aliado estadounidense, se esté echando en brazos de China . En los años 80, prestó una ayuda crucial a EE.UU. a la hora de combatir a los soviéticos en Afganistán, gracias a lo cual pudo reforzar su arsenal con material norteamericano, incluyendo la adquisición de los valiosos cazas F-16. Después de que EE.UU. castigara con sanciones tanto a la India como a Pakistán por realizar pruebas nucleares y cortara el suministro de los aviones a Islamabad, los atentados del 11-S volvieron a situarlo como aliado clave en la lucha contra el terrorismo. De hecho, fue en territorio paquistaní donde se acabó liquidando al líder de Al Qaida, Osama bin Laden.Cambio de escenario Pero el nuevo escenario ha alterado esa estrecha colaboración. «La creciente convergencia de intereses entre Estados Unidos y la India en torno a la rivalidad con China aleja a Pakistán de Washington y lo acerca más a Pekín», afirma Ana Ballesteros Peiró, investigadora sénior asociada del Real Instituto Elcano, en un reciente artículo sobre el conflicto en Cachemira publicado por ese ‘think tank’.Ese volantazo en las alianzas se plasma, al igual que en el caso de la India, en la compra de armamento. China se ha convertido en el principal suministrador de Pakistán, con el 81% del total en el periodo 2020-2024, cuando menos de dos décadas antes se situaba en el 36%. En cambio, EE.UU. ha pasado en ese tiempo de proporcionarle el 36% en ese año a desaparecer como proveedor.El enfrentamiento por Cachemira entre la India y Pakistán –dos países que figuran entre los cinco primeros importadores de armas del mundo– ha desatado el temor internacional a una escalada de las hostilidades, que se vendría a sumar a la guerra en Ucrania y a la ofensiva israelí en Gaza, entre otros puntos de conflicto. La pugna entre EE.UU. y China por la hegemonía global puede desempeñar un papel clave.  

En una sesión conjunta del Congreso de EE.UU., durante una visita al país en 2023 en la que fue recibido con todos los honores por Joe Biden, el primer ministro de la India, Narenda Modri, proclamó entre aplausos: «Éramos unos extraños en cooperación … en defensa a principios de siglo; ahora Estados Unidos se ha convertido en uno de nuestros principales socios».

Aquella declaración de amistad mutua, que ambos países han renovado tras el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca pese a la guerra arancelaria, subrayaba los cambios en marcha en el juego de alianzas en el continente asiático que alimentan el conflicto por Cachemira entre la India y Pakistán y lo enmarcan en el pulso global que mantienen EE.UU. y China.

Nueva Delhi lanzó este martes un ataque contra nueve supuestos objetivos «terroristas» en Pakistán y la parte de Cachemira controlada por Islamabad, después del atentado en esa región en disputa que costó la vida el pasado 22 de abril en el que murieron 26 turistas. El bombardeo indio y la respuesta paquistaní han costado la vida a al menos 38 personas –26 causados por el primero y 12 por la segunda–, en lo que supone el peor choque en décadas entre los dos países vecinos, ambos potencias nucleares.

El respaldo de Donald Trump y del vicepresidente J. D. Vance a Modi poco después del atentado de abril habría sido visto por numerosos funcionarios indios como una suerte de ‘luz verde’ para tomar represalias contra Pakistán, según recoge ‘The New York Times’.

Este apoyo de Washington en el terreno de la defensa supone un significativo cambio en las tradicionales alianzas de la India. Durante la Guerra Fría, este país se declaraba entre los «no alineados», pero mantuvo gran dependencia de la Unión Soviética, que se convirtió en su principal proveedor de armas y municiones. Tras la caída del Telón de Acero, Rusia ha seguido ejerciendo ese papel, de manera que aún entre 2006 y 2010 en torno al 80% del armamento de la India procedía de allí, de acuerdo con los datos del Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI).

Pero desde entonces el peso de las importaciones rusas ha ido disminuyendo en favor de los países occidentales. Entre 2020 y 2024, esa proporción había caído al 36%, mientras que el armamento procedente de Francia alcanzó el 33%, el de Israel el 13% y el de EE.UU. el 10%.

A quién compran las armas

India y Pakistán

2006-10

2020-24

Israel

EE.UU.

Francia

Aunque Rusia sigue siendo el

principal suministrador de armas,

los países occidentales han ganado

cuota de mercado.

Pakistán

2006-10

2020-24

EE.UU.

Francia

Países B.

China es el principal proveedor en detrimento,

sobre todo, de Estados Unidos. Países Bajos

ha remplazado a Francia.

Fuente

Stockholm International Peace Research Intitute

A quién compran las armas India y Pakistán

Pakistán

2006-10

2020-24

2006-10

2020-24

EE.UU.

Israel

Francia

Países Bajos

Francia

Aunque Rusia sigue siendo el

principal suministrador de armas,

los países occidentales han ganado

cuota de mercado.

China es el principal proveedor

en detrimento, sobre todo,

de Estados Unidos. Países Bajos

ha remplazado a Francia.

Fuente: Stockholm International Peace Research Intitute

Estos datos ilustran el papel que la India ha pasado a representar para Washington en su pulso geoestratégico con Pekín. «Para contrarrestar a China, que es una prioridad máxima, India puede ser el país más importante», aseguraba en 2023, con motivo de la visita de Modi a EE.UU., el vicepresidente del Atlantic Council, Matt Kroenig, según recogía entonces el diario ‘Wall Street Journal’.

El viraje en las alianzas de la India responde a su búsqueda de un complejo equilibrio en el nuevo panorama global, con una creciente cercanía a Occidente y una menor dependencia de Rusia, aunque sin perder completamente sus lazos con Moscú. De hecho, evitó condenar la invasión rusa de Ucrania en 2022, desmarcándose de la postura que entonces mostraron Europa y EE.UU.

A su vez, el realineamiento de la India está favoreciendo que Pakistán, en su momento un firme aliado estadounidense, se esté echando en brazos de China. En los años 80, prestó una ayuda crucial a EE.UU. a la hora de combatir a los soviéticos en Afganistán, gracias a lo cual pudo reforzar su arsenal con material norteamericano, incluyendo la adquisición de los valiosos cazas F-16. Después de que EE.UU. castigara con sanciones tanto a la India como a Pakistán por realizar pruebas nucleares y cortara el suministro de los aviones a Islamabad, los atentados del 11-S volvieron a situarlo como aliado clave en la lucha contra el terrorismo. De hecho, fue en territorio paquistaní donde se acabó liquidando al líder de Al Qaida, Osama bin Laden.

Pero el nuevo escenario ha alterado esa estrecha colaboración. «La creciente convergencia de intereses entre Estados Unidos y la India en torno a la rivalidad con China aleja a Pakistán de Washington y lo acerca más a Pekín», afirma Ana Ballesteros Peiró, investigadora sénior asociada del Real Instituto Elcano, en un reciente artículo sobre el conflicto en Cachemira publicado por ese ‘think tank’.

Ese volantazo en las alianzas se plasma, al igual que en el caso de la India, en la compra de armamento. China se ha convertido en el principal suministrador de Pakistán, con el 81% del total en el periodo 2020-2024, cuando menos de dos décadas antes se situaba en el 36%. En cambio, EE.UU. ha pasado en ese tiempo de proporcionarle el 36% en ese año a desaparecer como proveedor.

Comparativa del poder militar

de India y Pakistán

Datos 2024

1.480.000

personal en activo

Pakistán

660.000

personal en activo

Ejército

1.237.000

Ejército

560.000

Marina

30.000

Marina

75.500

Fuerza aérea

70.000

Fuerza aérea

149.900

Guardacostas

13.350

Fuerzas terrestres

Artillería

Tanques

Fuerza aérea

Aviones

de combate

Arsenal nuclear

Ojivas

Fuerza naval

Submarinos

Portaaviones

Destructores

Fragatas

Fuentes

The Military Balance 2024, International Institute for

Strategic Studies; Yearbook 2024, Stockholm

International Peace Research Institute / REUTERS

Comparativa del poder militar de India y Pakistán

Datos 2024

1.480.000

personal en activo

Pakistán

660.000

personal en activo

Ejército

1.237.000

Ejército

560.000

Marina

30.000

Marina

75.500

Fuerza aérea

70.000

Fuerza aérea

149.900

Guardacostas

13.350

Fuerzas terrestres

Artillería

Tanques

Fuerza aérea

Aviones de combate

Arsenal nuclear

Ojivas

Fuerza naval

Submarinos

Portaaviones

Destructores

Fragatas

Fuentes: The Military Balance 2024, International Institute for Strategic Studies; Yearbook 2024,

Stockholm International Peace Research Institute / REUTERS

El enfrentamiento por Cachemira entre la India y Pakistán –dos países que figuran entre los cinco primeros importadores de armas del mundo– ha desatado el temor internacional a una escalada de las hostilidades, que se vendría a sumar a la guerra en Ucrania y a la ofensiva israelí en Gaza, entre otros puntos de conflicto. La pugna entre EE.UU. y China por la hegemonía global puede desempeñar un papel clave.

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