Ante un «mundo cambiante y turbulento», China es «una fuerza progresista que defiende la justicia, la paz mundial, y el verdadero multilateralismo». Así, al menos, ha tratado de presentarla esta mañana su ministro de Exteriores, Wang Yi, durante su tradicional comparecencia ante los medios de comunicación con motivo de las «Dos Sesiones», la reunión anual del aparato legislativo del régimen, la cita más importante en el calendario político del país.En un cónclave introspectivo por definición, aún más si cabe dada la aguda ralentización estructural de la economía, Wang Yi ha sacado el dedo para señalar con nombres y apellidos la visión geopolítica de China , protagonizando otra escena clave de una coreografía gubernamental guionizada hasta el interrogante, en este caso un monólogo sobre preguntas cribadas por adelantado. La prensa internacional constituye, por tanto, un resignado intérprete posibilitante y la mano erguida, preñada de esperanza, revela al periodista novel en esta zarzuela.Wang ha dibujado un panorama caótico, «repleto de desafíos», en el que « la certidumbre es un recurso cada vez más escaso ». «Hay más de 190 países, si cada uno de ellos quiere ponerse el primero este mundo volverá a ser regido por la ley de la selva, y los países pequeños serán los más afectados », ha comentado, en referencia apenas velada al eslogan trumpista que amaga con sintetizar un tiempo nuevo.Noticia Relacionada estandar Si China responde a EE.UU. con aranceles de hasta el 15% a productos agropecuarios Jaime Santirso | Corresponsal en Pekín Esta medianoche entraban en vigor los aranceles anunciados por Trump, con gravámenes del 25% a las importaciones de México y Canadá y doblando al 20% las del país asiáticoChina, por contra, «se pone del lado de la justicia contra la fuerza y la hegemonía […]. El país que tenga presentes los intereses de todos será el verdadero ganador». Una potencia justa, sí, pero temible. « Nunca hacemos provocaciones ni nos dejamos amedrentar. Mientras los 1.400 millones de chinos estemos unidos ningún chantaje o amenaza podrá detener nuestros pasos».Amigos todosEn reveladora jerarquía, el ministro ha tenido a bien empezar destacando los lazos con Rusia. «Hoy quiero recalcar que no importa cómo cambie la lógica internacional, la relación y su fuerza motriz no disminuirá». «No se altera por las coyunturas ni mucho menos está sujeta a las interferencias de terceras partes», ha reincidido, por si el desdén al «modelo Nixon» pretendido por Estados Unidos para medrar entre ambos no había quedado claro. Xi Jinping y Vladímir Putin mantuvieron tres encuentros «cara a cara» a lo largo de 2024, y el «momento estelar» previsto para 2025 propiciará otros: «el 80º aniversario de la guerra de resistencia del pueblo chino contra la invasión japonesa y la guerra antifascista mundial» o, en corto, la II Guerra Mundial, una oportunidad para «celebrar de manera conjunta» y «promover el orden internacional hasta un rumbo más justo y razonable».El ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, asiste a una conferencia de prensa en el marco de la Asamblea Popular Nacional, en Pekín REUTERSCon respecto a Donald Trump y su actitud ambivalente, «ningún país puede contener a China y a la vez desarrollar una buena relación», ha asegurado. «Siendo respectivamente el mayor país en desarrollo y el mayor desarrollado del mundo, China y EE.UU. van a existir largamente en este planeta, y por eso, deben convivir de manera pacífica». Wang ha citado la aseveración de Xi en su última conversación telefónica con Trump: « Los conflictos y las confrontaciones no deben ser una opción . Dados los amplios intereses comunes y el espacio extensivo de cooperación entre los dos países pueden ser socios, contribuir al éxito del otro y fomentar la prosperidad común».Esta inestabilidad atañe asimismo a la relación con la Unión Europea. Wang ha recurrido a otra llamada de Xi, en este caso con António Costa, presidente del Consejo Europeo: «Cuando el mundo se vuelve más desafiante y complejo, China y la UE tienen más razones para renovar los propósitos originales de sus relaciones diplomáticas ». «Ambas partes tienen la capacidad y la sabiduría para solucionar adecuadamente las cuestiones pendientes a través de consultas amistosas», ha subrayado.En luchaTodos estos actores están involucrados, de un modo u otro, en la más acuciante crisis geopolítica: Ucrania. «China ha apostado desde el primer día por el diálogo, las negociaciones y la solución política. Nuestra postura siempre ha sido objetiva e imparcial, calmada y equilibrada, tratando de aglutinar consensos», ha apuntado. Por eso, «China saluda y apoya todo compromiso con la paz», hasta la conjunción adversativa: «pero debemos ser conscientes de las raíces de este conflicto, como dice el refrán, el río no se congela en un día. […] En una mirada retrospectiva, esta tragedia hubiera podido evitarse, todos deben extraer lecciones». ¿Cuáles? «Ningún país puede construir su seguridad sobre la inseguridad del otro», ha afirmado, en clara legitimización de la narrativa rusa contra la OTAN.«China está dispuesta a esforzarse junto a la comunidad internacional por seguir jugando un rol constructivo y materializar una paz duradera», ha añadido Wang, aunque no ha contestado si su país está dispuesto a movilizar tropas sobre el terreno para garantizar la paz en caso de hipotético acuerdo.El ministro se ha referido también a otro frente sangrante. «Gaza pertenece al pueblo palestino, y forma parte inalienable del territorio palestino. Cualquier acción que cambie forzosamente el estatus de Gaza no traerá la paz, y solo conducirá a nuevas turbulencias. Apoyamos el plan para restaurar la paz en Gaza lanzado conjuntamente por Egipto y otros países árabes», ha sentenciado. « Sin la paz en Oriente Próximo, el mundo no será estable . La cuestión de Palestina siempre ha sido el quid de Oriente Medio. El conflicto palestino-israelí sucede una y otra vez simplemente porque la solución de los Dos Estados se ha quedado a medio cumplir». En paralelo, la sombra de conflictos futuros –y, en el caso de China, existenciales– se alarga. «Taiwán forma parte inalienable del territorio chino, esa es la historia y la realidad […]. Taiwán nunca es un país, no en el pasado, ni jamás en el futuro», ha proclamado Wang. «Hacer realidad la reunificación completa de la patria es un anhelo compartido por todos los hijos de la nación china, lo cual corresponde a la tendencia predominante y la justicia global. […] China va a lograr la reunificación, y esto es imparable». Más allá de eso, Wang ha tenido tiempo de ensalzar al Sur Global como «el signo cambiante de nuestro tiempo», con los BRICS por «columna vertebral y motor de crecimiento»; de comprometerse a defender «el estatus central de la ONU» como «la decisión mas importante de la comunidad internacional»; de criticar el militarismo japonés; de sostener que Latinoamérica no es «el patio trasero de nadie»; de proponer «la danza del dragón y el elefante como la única opción posible» para China e India; de anunciar el desmantelamiento de todos los centros de estafas digitales en la frontera de Tailandia y Myanmar; y de revelar que Tianjin acogerá en otoño la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái. Una representación rebosante, en suma, hasta el año que viene. Ante un «mundo cambiante y turbulento», China es «una fuerza progresista que defiende la justicia, la paz mundial, y el verdadero multilateralismo». Así, al menos, ha tratado de presentarla esta mañana su ministro de Exteriores, Wang Yi, durante su tradicional comparecencia ante los medios de comunicación con motivo de las «Dos Sesiones», la reunión anual del aparato legislativo del régimen, la cita más importante en el calendario político del país.En un cónclave introspectivo por definición, aún más si cabe dada la aguda ralentización estructural de la economía, Wang Yi ha sacado el dedo para señalar con nombres y apellidos la visión geopolítica de China , protagonizando otra escena clave de una coreografía gubernamental guionizada hasta el interrogante, en este caso un monólogo sobre preguntas cribadas por adelantado. La prensa internacional constituye, por tanto, un resignado intérprete posibilitante y la mano erguida, preñada de esperanza, revela al periodista novel en esta zarzuela.Wang ha dibujado un panorama caótico, «repleto de desafíos», en el que « la certidumbre es un recurso cada vez más escaso ». «Hay más de 190 países, si cada uno de ellos quiere ponerse el primero este mundo volverá a ser regido por la ley de la selva, y los países pequeños serán los más afectados », ha comentado, en referencia apenas velada al eslogan trumpista que amaga con sintetizar un tiempo nuevo.Noticia Relacionada estandar Si China responde a EE.UU. con aranceles de hasta el 15% a productos agropecuarios Jaime Santirso | Corresponsal en Pekín Esta medianoche entraban en vigor los aranceles anunciados por Trump, con gravámenes del 25% a las importaciones de México y Canadá y doblando al 20% las del país asiáticoChina, por contra, «se pone del lado de la justicia contra la fuerza y la hegemonía […]. El país que tenga presentes los intereses de todos será el verdadero ganador». Una potencia justa, sí, pero temible. « Nunca hacemos provocaciones ni nos dejamos amedrentar. Mientras los 1.400 millones de chinos estemos unidos ningún chantaje o amenaza podrá detener nuestros pasos».Amigos todosEn reveladora jerarquía, el ministro ha tenido a bien empezar destacando los lazos con Rusia. «Hoy quiero recalcar que no importa cómo cambie la lógica internacional, la relación y su fuerza motriz no disminuirá». «No se altera por las coyunturas ni mucho menos está sujeta a las interferencias de terceras partes», ha reincidido, por si el desdén al «modelo Nixon» pretendido por Estados Unidos para medrar entre ambos no había quedado claro. Xi Jinping y Vladímir Putin mantuvieron tres encuentros «cara a cara» a lo largo de 2024, y el «momento estelar» previsto para 2025 propiciará otros: «el 80º aniversario de la guerra de resistencia del pueblo chino contra la invasión japonesa y la guerra antifascista mundial» o, en corto, la II Guerra Mundial, una oportunidad para «celebrar de manera conjunta» y «promover el orden internacional hasta un rumbo más justo y razonable».El ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, asiste a una conferencia de prensa en el marco de la Asamblea Popular Nacional, en Pekín REUTERSCon respecto a Donald Trump y su actitud ambivalente, «ningún país puede contener a China y a la vez desarrollar una buena relación», ha asegurado. «Siendo respectivamente el mayor país en desarrollo y el mayor desarrollado del mundo, China y EE.UU. van a existir largamente en este planeta, y por eso, deben convivir de manera pacífica». Wang ha citado la aseveración de Xi en su última conversación telefónica con Trump: « Los conflictos y las confrontaciones no deben ser una opción . Dados los amplios intereses comunes y el espacio extensivo de cooperación entre los dos países pueden ser socios, contribuir al éxito del otro y fomentar la prosperidad común».Esta inestabilidad atañe asimismo a la relación con la Unión Europea. Wang ha recurrido a otra llamada de Xi, en este caso con António Costa, presidente del Consejo Europeo: «Cuando el mundo se vuelve más desafiante y complejo, China y la UE tienen más razones para renovar los propósitos originales de sus relaciones diplomáticas ». «Ambas partes tienen la capacidad y la sabiduría para solucionar adecuadamente las cuestiones pendientes a través de consultas amistosas», ha subrayado.En luchaTodos estos actores están involucrados, de un modo u otro, en la más acuciante crisis geopolítica: Ucrania. «China ha apostado desde el primer día por el diálogo, las negociaciones y la solución política. Nuestra postura siempre ha sido objetiva e imparcial, calmada y equilibrada, tratando de aglutinar consensos», ha apuntado. Por eso, «China saluda y apoya todo compromiso con la paz», hasta la conjunción adversativa: «pero debemos ser conscientes de las raíces de este conflicto, como dice el refrán, el río no se congela en un día. […] En una mirada retrospectiva, esta tragedia hubiera podido evitarse, todos deben extraer lecciones». ¿Cuáles? «Ningún país puede construir su seguridad sobre la inseguridad del otro», ha afirmado, en clara legitimización de la narrativa rusa contra la OTAN.«China está dispuesta a esforzarse junto a la comunidad internacional por seguir jugando un rol constructivo y materializar una paz duradera», ha añadido Wang, aunque no ha contestado si su país está dispuesto a movilizar tropas sobre el terreno para garantizar la paz en caso de hipotético acuerdo.El ministro se ha referido también a otro frente sangrante. «Gaza pertenece al pueblo palestino, y forma parte inalienable del territorio palestino. Cualquier acción que cambie forzosamente el estatus de Gaza no traerá la paz, y solo conducirá a nuevas turbulencias. Apoyamos el plan para restaurar la paz en Gaza lanzado conjuntamente por Egipto y otros países árabes», ha sentenciado. « Sin la paz en Oriente Próximo, el mundo no será estable . La cuestión de Palestina siempre ha sido el quid de Oriente Medio. El conflicto palestino-israelí sucede una y otra vez simplemente porque la solución de los Dos Estados se ha quedado a medio cumplir». En paralelo, la sombra de conflictos futuros –y, en el caso de China, existenciales– se alarga. «Taiwán forma parte inalienable del territorio chino, esa es la historia y la realidad […]. Taiwán nunca es un país, no en el pasado, ni jamás en el futuro», ha proclamado Wang. «Hacer realidad la reunificación completa de la patria es un anhelo compartido por todos los hijos de la nación china, lo cual corresponde a la tendencia predominante y la justicia global. […] China va a lograr la reunificación, y esto es imparable». Más allá de eso, Wang ha tenido tiempo de ensalzar al Sur Global como «el signo cambiante de nuestro tiempo», con los BRICS por «columna vertebral y motor de crecimiento»; de comprometerse a defender «el estatus central de la ONU» como «la decisión mas importante de la comunidad internacional»; de criticar el militarismo japonés; de sostener que Latinoamérica no es «el patio trasero de nadie»; de proponer «la danza del dragón y el elefante como la única opción posible» para China e India; de anunciar el desmantelamiento de todos los centros de estafas digitales en la frontera de Tailandia y Myanmar; y de revelar que Tianjin acogerá en otoño la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái. Una representación rebosante, en suma, hasta el año que viene.
El ministro de Exteriores, Wang Yi, realiza la tradición aparición anual ante la prensa y resalta el papel de la diplomacia china ante un mundo «cambiante y turbulento»
El ministro de Exteriores, Wang Yi, ha realizado este viernes su tradicional aparición ante la prensa con motivo de las «Dos Sesiones», la reunión anual del aparato legislativo del régimen que representa la cita política más importante en el calendario del país.
Durante su comparecencia, Wang Yi ha presentado a China como una potencia constructiva ante «un mundo cambiante y turbulento». «Hay más de 190 países en el mundo, si cada país quiere ponerse primero este mundo volverá a ser regido por la ley de la selva y los países pequeños serán los más afectados», ha denunciado. «La diplomacia china siempre se pone del lado de la justicia contra la fuerza y la hegemonía […]. El país que tenga presente los intereses de todos será el verdadero ganador».
El ministro de Exteriores ha realizado un repaso general de la situación global vista desde Pekín, destacando en primer lugar los vínculos con Rusia. «No importa cómo cambie la lógica internacional, la relación y su fuerza motriz no disminuirá […]. No se altera por la coyuntura ni mucho menos está sujeta a interferencias de terceras partes». En ese sentido, «el año presente coincide con el 80º aniversario del final de la II Guerra Mundial», lo que representa «una oportunidad para celebrar de manera conjunta […] y promover el orden internacional hacia un rumbo más justo y razonable».
Wang Yi ha criticado la política de aranceles de Donald Trump, que complica «el establecimiento de la confianza mutua», mientras resaltaba la «relación amistosa» con la Unión Europea. China, según ha afirmado, defiende el comienzo de un proceso de paz en Ucrania así como la creación de un Estado palestino. Con respecto a Taiwán, ha proclamado que la «reunificación completa es imparable».
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