Romper unilateralmente un contrato, un mal precedente

Para que un país y una economía sean fiables, los agentes económicos deben tener claras las reglas del juego y saber a qué atenerse, de otro modo se extenderá el caos y la incertidumbre, se paralizarán operaciones e inversiones, e incluso los ciudadanos aplazarán sus decisiones de compra de bienes de consumo duradero o de inmuebles. Es lo que está ocurriendo en Estados Unidos con un presidente del Gobierno que por la mañana dice una cosa y por la tarde otra, pero algo parecido está ocurriendo en España y lo hemos visto esta misma semana. La cancelación de manera unilateral de un contrato con Israel para la compra de munición para la Guardia Civil por parte del Gobierno de España por las presiones de la izquierda radical deja, sin duda, en muy mala posición a nuestro país. En primer lugar porque el argumento de que a Israel ni agua mientras continúe con la matanza en Gaza, es una falacia. Sin duda que la actuación del Gobierno de Netanyahu no tiene nada que ver con la legítima defensa de cualquier país ante un atentado como el sucedido ese fatídico 7 de octubre de 2023 y es absolutamente condenable. Y todos podríamos estar de acuerdo en que hay que tomar medidas para presionar a Israel. ¿Pero cancelar un contrato y pagar por algo que no vas a recibir? Al final sigues financiando al país, y además serán los contribuyentes españoles quienes tendrán que hacer frente al pago de ese contrato. Pero no sólo eso. ¿Por qué vas a rescindir ese contrato y no todos los demás? ¿Alguien ha tenido en cuenta los muchos acuerdos y ‘joint venture’ que hay entre empresas españolas, especialmente en el ámbito de la defensa, e israelíes? ¿Han tenido en cuenta las patentes israelíes que utilizamos? Me da la impresión de que no. De que se trata de una decisión para contentar a los socios de Gobierno y de cara a la galería, sin pensar en todo lo que puede venir detrás. El Gobierno de Pedro Sánchez ha defendido por activa y por pasiva que quiere crear un campeón nacional de la defensa en nuestro país. Y eso está muy bien. Si Europa va a incrementar la inversión en este área hasta los 800.000 millones de euros y España cumple sus compromisos y la aumenta 10.000 millones este año y al menos otros 10.000 en los próximos ejercicios, ¿vamos a utilizar este dinero para comprar armas de otros países? Está bien que la industria de defensa española coja músculo para mirar de tú a tú a otras empresas europeas y de que a la hora de crear consorcios estemos en las mismas condiciones y no nos quedemos, como con Airbus, para ensamblar piezas.Esta semana Indra ha reconocido que está estudiando fórmulas para aumentar su tamaño, como podría ser integrar a la antigua Escribano, ¿pero qué va a hacer el Gobierno de Pedro Sánchez? ¿Va a obligar a Indra y a Escribano, y a todas las empresas españolas de defensa a romper sus acuerdos con las firmas israelíes? Mucho me temo que eso va a ser muy complicado si queremos ser punteros. Me dirán quienes me lean que llevo meses si no años denunciando la incertidumbre económica que generan las políticas de Sánchez, con impuestos de quita y pon, con aumentos de cotizaciones sociales, con medidas que se presentan pero no se aprueban porque no hay apoyos suficientes, con presupuestos prorrogados… y aún así la economía española se está comportando mejor que las europeas, incluso en un momento de tensión geopolítica como el actual. Quizás la incertidumbre no hace tanto daño, argumentarán. Pues imagina cómo irían las cosas si hubiera certidumbre económica, me comentan los empresarios a los que les hago esta misma reflexión. Para que un país y una economía sean fiables, los agentes económicos deben tener claras las reglas del juego y saber a qué atenerse, de otro modo se extenderá el caos y la incertidumbre, se paralizarán operaciones e inversiones, e incluso los ciudadanos aplazarán sus decisiones de compra de bienes de consumo duradero o de inmuebles. Es lo que está ocurriendo en Estados Unidos con un presidente del Gobierno que por la mañana dice una cosa y por la tarde otra, pero algo parecido está ocurriendo en España y lo hemos visto esta misma semana. La cancelación de manera unilateral de un contrato con Israel para la compra de munición para la Guardia Civil por parte del Gobierno de España por las presiones de la izquierda radical deja, sin duda, en muy mala posición a nuestro país. En primer lugar porque el argumento de que a Israel ni agua mientras continúe con la matanza en Gaza, es una falacia. Sin duda que la actuación del Gobierno de Netanyahu no tiene nada que ver con la legítima defensa de cualquier país ante un atentado como el sucedido ese fatídico 7 de octubre de 2023 y es absolutamente condenable. Y todos podríamos estar de acuerdo en que hay que tomar medidas para presionar a Israel. ¿Pero cancelar un contrato y pagar por algo que no vas a recibir? Al final sigues financiando al país, y además serán los contribuyentes españoles quienes tendrán que hacer frente al pago de ese contrato. Pero no sólo eso. ¿Por qué vas a rescindir ese contrato y no todos los demás? ¿Alguien ha tenido en cuenta los muchos acuerdos y ‘joint venture’ que hay entre empresas españolas, especialmente en el ámbito de la defensa, e israelíes? ¿Han tenido en cuenta las patentes israelíes que utilizamos? Me da la impresión de que no. De que se trata de una decisión para contentar a los socios de Gobierno y de cara a la galería, sin pensar en todo lo que puede venir detrás. El Gobierno de Pedro Sánchez ha defendido por activa y por pasiva que quiere crear un campeón nacional de la defensa en nuestro país. Y eso está muy bien. Si Europa va a incrementar la inversión en este área hasta los 800.000 millones de euros y España cumple sus compromisos y la aumenta 10.000 millones este año y al menos otros 10.000 en los próximos ejercicios, ¿vamos a utilizar este dinero para comprar armas de otros países? Está bien que la industria de defensa española coja músculo para mirar de tú a tú a otras empresas europeas y de que a la hora de crear consorcios estemos en las mismas condiciones y no nos quedemos, como con Airbus, para ensamblar piezas.Esta semana Indra ha reconocido que está estudiando fórmulas para aumentar su tamaño, como podría ser integrar a la antigua Escribano, ¿pero qué va a hacer el Gobierno de Pedro Sánchez? ¿Va a obligar a Indra y a Escribano, y a todas las empresas españolas de defensa a romper sus acuerdos con las firmas israelíes? Mucho me temo que eso va a ser muy complicado si queremos ser punteros. Me dirán quienes me lean que llevo meses si no años denunciando la incertidumbre económica que generan las políticas de Sánchez, con impuestos de quita y pon, con aumentos de cotizaciones sociales, con medidas que se presentan pero no se aprueban porque no hay apoyos suficientes, con presupuestos prorrogados… y aún así la economía española se está comportando mejor que las europeas, incluso en un momento de tensión geopolítica como el actual. Quizás la incertidumbre no hace tanto daño, argumentarán. Pues imagina cómo irían las cosas si hubiera certidumbre económica, me comentan los empresarios a los que les hago esta misma reflexión.  

Deriva bolivariana, discurso tan infantil como absurdo… son algunos de los comentarios que se hacen en el sector empresarial español de la defensa ante la decisión de Sánchez de romper su acuerdo con Israel por la presión de la izquierda radical

Para que un país y una economía sean fiables, los agentes económicos deben tener claras las reglas del juego y saber a qué atenerse, de otro modo se extenderá el caos y la incertidumbre, se paralizarán operaciones e inversiones, e incluso los ciudadanos aplazarán sus … decisiones de compra de bienes de consumo duradero o de inmuebles. Es lo que está ocurriendo en Estados Unidos con un presidente del Gobierno que por la mañana dice una cosa y por la tarde otra, pero algo parecido está ocurriendo en España y lo hemos visto esta misma semana.

La cancelación de manera unilateral de un contrato con Israel para la compra de munición para la Guardia Civil por parte del Gobierno de España por las presiones de la izquierda radical deja, sin duda, en muy mala posición a nuestro país. En primer lugar porque el argumento de que a Israel ni agua mientras continúe con la matanza en Gaza, es una falacia. Sin duda que la actuación del Gobierno de Netanyahu no tiene nada que ver con la legítima defensa de cualquier país ante un atentado como el sucedido ese fatídico 7 de octubre de 2023 y es absolutamente condenable. Y todos podríamos estar de acuerdo en que hay que tomar medidas para presionar a Israel. ¿Pero cancelar un contrato y pagar por algo que no vas a recibir? Al final sigues financiando al país, y además serán los contribuyentes españoles quienes tendrán que hacer frente al pago de ese contrato.

Pero no sólo eso. ¿Por qué vas a rescindir ese contrato y no todos los demás? ¿Alguien ha tenido en cuenta los muchos acuerdos y ‘joint venture’ que hay entre empresas españolas, especialmente en el ámbito de la defensa, e israelíes? ¿Han tenido en cuenta las patentes israelíes que utilizamos? Me da la impresión de que no. De que se trata de una decisión para contentar a los socios de Gobierno y de cara a la galería, sin pensar en todo lo que puede venir detrás.

El Gobierno de Pedro Sánchez ha defendido por activa y por pasiva que quiere crear un campeón nacional de la defensa en nuestro país. Y eso está muy bien. Si Europa va a incrementar la inversión en este área hasta los 800.000 millones de euros y España cumple sus compromisos y la aumenta 10.000 millones este año y al menos otros 10.000 en los próximos ejercicios, ¿vamos a utilizar este dinero para comprar armas de otros países? Está bien que la industria de defensa española coja músculo para mirar de tú a tú a otras empresas europeas y de que a la hora de crear consorcios estemos en las mismas condiciones y no nos quedemos, como con Airbus, para ensamblar piezas.

Esta semana Indra ha reconocido que está estudiando fórmulas para aumentar su tamaño, como podría ser integrar a la antigua Escribano, ¿pero qué va a hacer el Gobierno de Pedro Sánchez? ¿Va a obligar a Indra y a Escribano, y a todas las empresas españolas de defensa a romper sus acuerdos con las firmas israelíes?

Mucho me temo que eso va a ser muy complicado si queremos ser punteros.

Me dirán quienes me lean que llevo meses si no años denunciando la incertidumbre económica que generan las políticas de Sánchez, con impuestos de quita y pon, con aumentos de cotizaciones sociales, con medidas que se presentan pero no se aprueban porque no hay apoyos suficientes, con presupuestos prorrogados… y aún así la economía española se está comportando mejor que las europeas, incluso en un momento de tensión geopolítica como el actual. Quizás la incertidumbre no hace tanto daño, argumentarán. Pues imagina cómo irían las cosas si hubiera certidumbre económica, me comentan los empresarios a los que les hago esta misma reflexión.

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