Queríamos ser periodistas y lo hemos conseguido. De los 14 matriculados en la primera promoción, siete hemos acabado firmando un contrato en el diario de Pedro J. Ramírez. Cinco de ellos continuamos. Esta es nuestra historia y lo que hacemos.
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Aquel 16 de octubre de 2023, tan lejano y tan próximo, comenzó la primera edición del Máster de Periodismo Multimedia EL ESPAÑOL. Ese día, Pedro J. Ramírez, presidente y director del periódico, y Miguel Ángel Mellado, creador y director del Máster, destacaban la vocación práctica del programa, orientado a una formación dirigida a la empleabilidad y a la utilidad social.
Veinte meses después, quienes escuchamos con los ojos de par en par aquellas palabras y tras una formación de seis meses de clases en el campus y otros seis de prácticas en el periódico, podemos decir que lo hemos conseguido.
«En el máster aprendí a estructurar bien un reportaje, pero también a utilizar las herramientas necesarias para moverme en el ámbito del periodismo», cuenta Victoria Villafranca, de 25 años, nacida en Alcázar de San Juan (Ciudad Real), alumna de la primera edición 23/24.
«El Máster me sirvió para conocer cómo funciona de verdad el periodismo desde dentro«, afirma también Inés Gilabert, de 25 años, nacida en Santander. «La carrera me dio una base muy elemental para aprender a escribir. Pero el Máster me ayudó a entrar de lleno en la profesión».
Al tratarse de la primera edición, fue una apuesta entre incierta y arriesgada para aquellos alumnos que decidieron matricularse en el Máster de Periodismo ofrecido por EL ESPAÑOL y por la Universidad Camilo José Cela.
Pero los datos hablan por sí solos: de los catorce alumnos iniciales, siete han conseguido un contrato en EL ESPAÑOL tras finalizar el periodo de prácticas remuneradas en septiembre de 2024. Es decir, el 50% de empleo directo. En este momento están haciendo las prácticas los alumnos de la segunda edición.
Victoria Villafranca, Andrea G. Cilleruelo, Juan Villanueva, Álvaro Guzguti, Clara Arrabal, Inés Gilabert y yo, Angélica Francesca Rimini, autora de este reportaje, comprobamos el cumplimiento de la promesa de empleo del Máster de EL ESPAÑOL.

Angelica Rimini.
José Verdugo
Con distintos recorridos, con idas y venidas, el diario digital líder en España nos acogió en su cada vez más extensa estructura, en consonancia con su éxito entre los lectores. El Máster nos ofreció el comienzo de una carrera periodística en una redacción exigente, donde el aprendizaje es constante y la profesión se vive desde dentro. Y aquí estamos.
El fantasma de Invertia
Todos recordamos el momento en que nos asignaron las secciones donde haríamos las prácticas, entre marzo y septiembre de 2024. Algunos teníamos claro dónde queríamos trabajar.
La gran incógnita era quién acabaría en Invertia, el portal económico del periódico, «el mejor sitio posible para trabajar», nos repetía Miguel Ángel Mellado.
Es posible que el director del Máster llevara razón sobre el futuro que nos abriría trabajar en Invertia, pero todos estábamos asustados de que pudiera tocarnos allí, por un sentimiento de responsabilidad y al no creernos capaces del reto.
Un fantasma que nos persiguió durante semanas. Cuando Mellado nos comunicó la sección donde iríamos cada uno de nosotros y supimos que a Victoria le había tocado Invertia, una especie de silencio fúnebre recorrió la clase.
Ella había pedido Ciencia y Salud. «Me sentía superperdida, no sabía por dónde empezar», recuerda la víctima que en absoluto lo fue. Tras un tiempo de adaptación, logró encontrar su sitio y, para su sorpresa, disfrutarlo.

Victoria Villafranca
José Verdugo
Poco antes de acabar las prácticas, fue trasladada a la sección de Redes Sociales, donde se creó un nuevo puesto de trabajo y fue contratada. Allí se enfrentó a uno de sus mayores miedos: la cámara. «Me daba pánico, pero lo he superado. He grabado muchos vídeos. Descubrí un periodismo más interactivo».
La historia de Victoria Villafranca es paradigmática para entender las oportunidades que se abren en un periódico joven, dinámico y profesional como EL ESPAÑOL, donde se valora y mucho el trabajo bien hecho de un día tras otro.
«Resulta que finalmente he vuelto a Invertia», bromea. Ahora trabaja en una nueva subsección, enfocada en temas de Sanidad.
Desde lo que parecía el infierno, Victoria se abrió paso hasta su lugar en el periodismo. «Quiero crecer, especializarme en esto. La sanidad me gusta, y aunque aún me falta mucho por aprender y disfruto del camino».
Historias de reportajes
Como Victoria, también Andrea, Juan y Álvaro -los cuatro estudiaron Periodismo y recalaron en la primera edición del Máster-, experimentaron y conocieron por dentro diferentes áreas del periódico.
Andrea Gómez Cilleruelo, nacida en Valladolid, comenzó en la sección de Reportajes. En los últimos meses de prácticas fue trasladada a Magas, donde alcanzó su soñado contrato en EL ESPAÑOL. Actualmente trabaja en Enclave ODS, la sección dedicada principalmente a temas de Medio Ambiente.
«Estoy muy contenta con esta sección porque engloba mucho de lo que me gusta: reportajes sociales, aunque toco todo tipo de temas», explica. Haber pasado por distintas secciones le permitió cubrir una gran variedad de historias y acontecimientos que, de otro modo, no habría vivido.

Andre G. Cilleruelo
José Verdugo
Ahora en Enclave ODS, sigue descubriendo nuevas temáticas. Andrea venía de un medio regional y como Juan Villanueva, 34 años, Málaga, asegura que trabajar en un medio nacional le ha abierto la puerta a historias que nunca imaginó contar.
Villanueva pasó por dos secciones muy distintas durante sus prácticas. En ODS recuerda que firmó un reportaje especialmente importante para él sobre la conservación de la costa cantábrica. Destaca que lo que más le gusta del periodismo es conocer a personas extraordinarias.
Más tarde se incorporó al equipo de Redes, donde continúa hoy. “Ahora se nos pide de todo: audiencias, viralización, engagement», dice.
Juan estudió Periodismo en Málaga y, tras un máster en Inglaterra, trabajó como autónomo durante años. “El Máster de EL ESPAÑOL me abrió una puerta en España. Gracias al peso del periódico, pude salvarme profesionalmente».
Un giro inesperado
El camino de Álvaro Guzguti, 29 años, de Jaén, y de Clara Arrabal, 26 años, de Guadalajara, dio un giro inesperado. Como varios de nosotros, Álvaro entró al máster con las ideas muy claras: quería escribir sobre política. Pero cuando, en abril de 2024, fue destinado a la sección de España, estaba nervioso.
«Es una sección muy exigente, con periodistas de mucha experiencia. Al principio me asusté, pero logré adaptarme y avanzar bastante«, recuerda.

Juanele Villanueva.
José Verdugo
Meses después, fue trasladado a Redes. «No esperaba que me gustara tanto. Es muy mecánica, haces lo mismo cada día, pero es muy divertida». Al finalizar las prácticas, Álvaro fue contratado por EL ESPAÑOL para la delegación de Sevilla. «Solo pensaba: ‘Te han contratado, tienes que darlo todo’. Y así lo hice».
Seis meses después decidió iniciar un nuevo camino en el Diario de Jaén. Ahora trabaja en un periódico en papel, con dinámicas muy distintas.
«Prefiero el digital. El papel deja menos espacio a la creatividad y requiere mucho más tiempo para preparar un tema». Añora poder escribir sobre lo que le interesa: «En EL ESPAÑOL no era así. Esa es la gran diferencia. El formato lo cambia todo».
Clara Arrabal, por su parte, comenzó sus prácticas en Magas y, gracias a su determinación y buen trabajo, logró quedarse y ser contratada. Sin embargo, unos meses después recibió una oferta de una revista médica y decidió seguir ese camino.
Volver, un año después
Más allá de Victoria, Andrea, Juan y el resto de compañeros contratados por el periódico, Inés Gilabert y yo, Angélica Rimini, también dimos muchas vueltas antes de acabar en el mismo lugar donde nos conocimos.
Inés estudió Periodismo en Madrid. Nació hace 25 años en Santander. Nunca había pisado una redacción hasta que inició el Máster. Asignada a la sección de Madrid Total, dirigida por Carmen Serna, profesora a su vez del Máster, es donde ha acabado siendo contratada tras una temporada como colaboradora.
Los alumnos del Máster tienen una cierta prioridad cuando queda una plaza libre. “Lo que me gusta de Madrid Total es que he hecho de todo: desde cubrir un desayuno con consejeros de la Comunidad hasta entrevistar a chicos que bailan K-pop en la calle», recuerda.

Inés Gilabert.
José Verdugo
“Fue entonces cuando entendí que, una vez sales, estás sola». Pero trabajar bien siempre da sus frutos, como está demostrando tras su regreso a Madrid Total.
Yo, autora de este reportaje, nací en Milán, llegué a España para estudiar Literaturas Comparadas en la Universidad de Granada. Al acabar la carrera, no sabía muy bien qué hacer con mi vida.
Descubrí el Máster de EL ESPAÑOL porque me gustó el planteamiento multimedia del mismo. Aposté y creo haber acertado.
Veo que en la edición de este año, 25/26, la que comenzará en octubre, se refuerzan las prácticas: habrá siete meses, no seis, como hasta ahora. Otra gran novedad es la creación de un Laboratorio de Inteligencia Artificial aplicada al periodismo por secciones.
Hice las prácticas en EL CULTURAL, pero desgraciadamente no había una plaza vacante y no pude quedarme a trabajar. Pero mantuve la relación con el director, Alberto Ojeda, donde he estado colaborando en esta sección así como en otras del diario.
Al salir del mundo laboral, como Inés, me sentí sola. Con el tiempo, comprendí el valor de lo que el director del Máster y nos repetía en el Campus: «Haced contactos y cultivadlos».
Hace dos semanas, Mellado me llamó y me preguntó si me gustaban los animales. No imaginaba a dónde quería llegar. Nunca habría pensado en llevar una sección dedicada a ellos.
Al final, todos los alumnos que hemos tenido oportunidad de quedarnos en EL ESPAÑOL, uno de cada dos alumnos del Máster 23/24, sabemos que no hay caminos rectos en esta profesión. Y, que a veces, como nos ha sucedido a muchos, la ventana de un Máster interesado y preocupado por los alumnos te abre las puertas en un periódico como EL ESPAÑOL.
elespanol – Sociedad