El último destacamento español en el Sahel echa el cierre

La expulsión de los soldados franceses de los países de África occidental se ha llevado por delante el último destacamento militar español en el Sahel, el llamado destacamento Marfil, que el pasado sábado se despidió con una ceremonia oficial de arriado de bandera. El operativo, que llevaba desde hace 12 años y medio prestando apoyo de transporte aéreo a las operaciones de Francia, la ONU y la Unión Europea en la región, tenía su base en Senegal, pero la devolución a dicho país de las instalaciones gestionadas por París que albergaban a las tropas españolas, prevista para el próximo mes de agosto, lo deja sin sede ni cobertura de seguridad, por lo que el Ministerio de Defensa ha decidido poner punto y final a esta misión.

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 La expulsión de las tropas francesas de Senegal provoca el fin de la Operación Marfil, que prestaba transporte aéreo desde 2013  

La expulsión de los soldados franceses de los países de África occidental se ha llevado por delante el último destacamento militar español en el Sahel, el llamado destacamento Marfil, que el pasado sábado se despidió con una ceremonia oficial de arriado de bandera. El operativo, que llevaba desde hace 12 años y medio prestando apoyo de transporte aéreo a las operaciones de Francia, la ONU y la Unión Europea en la región, tenía su base en Senegal, pero la devolución a dicho país de las instalaciones gestionadas por París que albergaban a las tropas españolas, prevista para el próximo mes de agosto, lo deja sin sede ni cobertura de seguridad, por lo que el Ministerio de Defensa ha decidido poner punto y final a esta misión.

“Las tropas españolas no han sido expulsadas. No nos han dicho que nos vayamos ni que nos quedemos”, asegura el coronel Fernando Lechuga, agregado de defensa de la Embajada de España en Dakar, “pero nosotros compartíamos base con los franceses y ellos ahora entregan la llave. Ellos se van, nosotros también tenemos que mudarnos”.

El destacamento español del Ejército del Aire y del Espacio estaba ubicado en la base francesa Comandante Lemaitre, situada en el aeropuerto internacional Blaise Diagne, que será devuelta por Francia a las autoridades senegalesas en agosto dentro de un plan conjunto de restitución de instalaciones militares tras el fin de la presencia militar gala en este país africano.

El destacamento aéreo táctico (DAT) Marfil, una de las misiones más longevas y estables de las Fuerzas Armadas españolas en el exterior, vio la luz en enero de 2013, como respuesta a la petición de apoyo de Francia en el marco de la operación Serval de intervención militar en Malí para combatir el yihadismo. Dotado en un primer momento con un avión de transporte Hércules C-130 y unos 50 efectivos entre pilotos, mecánicos y personal de apoyo, la transformación de Serval en Barkhane y su extensión a Burkina Faso y Níger hizo que Marfil llegara a contar con hasta dos aviones y unos 70 militares.

En estos 12 años y medio, el destacamento ha prestado apoyo de transporte no solo al Ejército francés, sino también a la Unión Europea, la ONU y la organización regional G5 del Sahel, así como al despliegue de la Guardia Civil y la Policía Nacional en Senegal para frenar la salida de cayucos. Los aviones españoles han realizado misiones en Senegal, pero también en otros países como Malí, la República Centroafricana, Chad, Costa de Marfil, Guinea Conakry o la República Democrática del Congo, cubriendo distancias de más de 5.000 kilómetros.

Sin embargo, la ola de soberanismo y sentimiento antifrancés que barre África Occidental se ha llevado por delante una operación que, según el Ministerio de Defensa, era “un pilar esencial de la presencia española en el Sahel” y una importante herramienta de la diplomacia de defensa española en África. Tras la llegada al poder de juntas militares en Malí, Burkina Faso y Níger, entre 2020 y 2023, una de sus primeras decisiones fue la expulsión de las tropas francesas y de la ONU; lo que, unido al fin de la misión europea de adiestramiento del Ejército maliense (EUTM Malí), provocó un reajuste de la operación Marfil, privada de su principal objetivo.

En 2020 se disolvió el destacamento aéreo Mamba, desplegado en Gabón desde 2014, y el año pasado su gemelo Marfil pasó de tener un avión permanentemente desplegado en Dakar a contar solo con la presencia intermitente de un Airbus C-295 que iba y venía desde su base en Gran Canaria en función de las necesidades.

Sin embargo, el pasado 28 de noviembre, el presidente senegalés, Bassirou Diomaye Faye, anunció públicamente su exigencia de retirada de todas las tropas francesas de Senegal, así como la devolución de las instalaciones militares que las albergaban. Ambos países negociaron un plan conjunto de repliegue que deberá concluir a finales de 2025 y que implica la vuelta a casa de 165 soldados franceses, así como la restitución de numerosa infraestructura. La presencia militar española en Senegal también se ve abocada a echar el cierre como una consecuencia colateral. “Es un efecto dominó”, asegura el coronel Lechuga, “pero nuestras relaciones con Senegal siguen siendo excelentes y mantenemos una estrecha colaboración en aspectos como la formación”.

Fuentes de Defensa aseguran que España mantendrá la cooperación bilateral con Senegal, mediante las denominadas actividades de seguridad cooperativa, que incluyen tareas de instrucción y formación, así como el despliegue de un Buque de Acción Marítima (BAM) de la Armada durante varios meses al año en tareas de vigilancia y seguridad marítima en el golfo de Guinea, amenazado por la piratería. Además de Senegal, estas actividades, de carácter bilateral, se realizan con Mauritania, Cabo Verde y Túnez; y también se quieren ampliar a Malí, en este caso centrada en campos como la sanidad militar o la desactivación de explosivos.

Tras la retirada del destacamento Marfil, la presencia militar española al sur del Sahara se limita a media docena de oficiales integrados en la misión de la UE en la República Centroafricana (EUTM-RCA). Fuentes militares aducen que el apoyo aéreo a esta misión se puede prestar directamente con aviones desplegados en Canarias, sin necesidad de tener un destacamento aéreo en zona continental.

Pese a la salida del último destacamento español de la región, fuentes de Defensa aseguran que el Sahel sigue siendo un área esencial para la seguridad de España en ámbitos como la lucha contra el yihadismo, la inmigración irregular o el tráfico de drogas y armas, por lo que va a seguir siendo una prioridad.

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