Los proyectos de corredores verdes proliferan en los núcleos urbanos, como redes de espacios naturales interconectados con el propósito de mantener el ecosistema natural. También generan beneficios ambientales y bienestar a los ciudadanos en forma de calidad de vida.Figuran entre las bondades de estas iniciativas el aumento de la biodiversidad, el impulso de una movilidad no contaminante, la reducción de la contaminación atmosférica y acústica, y la gestión eficaz del agua de lluvia. Se menciona también el impacto económico derivado del reclamo turístico que representan.Entre los más famosos del planeta están Manhattan Waterfront Greenway (Nueva York), Parque Lineal Ferrocarril de Cuernavaca (Ciudad de México), Madrid Río (Madrid) y Cheonggyecheon (Seúl). Entre las ciudades precursoras en España se encuentra Vitoria, que en 2012 recibió el título de Capital Verde Europea por su innovador proyecto del Anillo Verde.Noticia Relacionada innovación estandar No Biorresiduos para impulsar la agricultura urbana NATURAL La mezcla de materiales creada por el Instituto de Ciencias Agrarias (ICA-CSIC) a partir de compost y residuos orgánicos permite cultivar hortalizas en azoteas con una productividad similar a la obtenida en el campoAgustín Hernández Aja, catedrático emérito de Urbanismo de la Universidad Politécnica de Madrid, define el corredor verde como «un concepto en evolución». «Según la más radical, la ecologista, es una manera de relacionar la ciudad con su entorno natural a través de una reconstrucción o recreación de unas áreas que permitirían, por ejemplo, que llegara aves hasta el centro de la ciudad, situación que ahora no se produce. O que hubiese una sucesión de elementos del jardín a los huertos, a lo natural», considera.«Otras visiones contemplan las vías de traslado desde la ciudad», aclara Hernández Aja. En Madrid, por ejemplo, «hay dos sendas, una, la GR-124, la senda real, que va desde la Estación del Norte, pasa por la Dehesa de la Villa, por la Tapia del Pardo y se alcanza Tres Cantos y Manzanares el Real. Luego hay otra al sur que permite recorrer andando la antigua senda de las Merinas».Distintas divisionesLa multitud de interpretaciones coinciden en que lo que se busca es el acceso a la naturaleza, a poder ser a pie. No faltan los expertos que entienden que pueden convivir los corredores verdes con el acompañamiento de las grandes infraestructuras. Hernández sostiene que son «elementos que permiten acceder desde el interior de la ciudad a una sucesión articulada de elementos naturales de valor». Los pasillos verdes obviamente transforman la configuración de las ciudades. En Madrid, el Parque Lineal de Manzanares, unía el Monte del Pardo con Getafe. Según el catedrático ese fue «un primer intento de transición, en este caso muy lateral, basada en la existencia del río, que es un eje fundamental». «Madrid no ha sabido repensar el proyecto. Se ve en la actualidad, con los crecimientos del sureste. El gran eje verde es periférico a la ciudad, la rodea», apunta.El agua es fundamental en este concepto de los pasillos verdes. En cuanto a la biodiversidad, Hernández apuesta por «introducir especies en el centro de las ciudades, respetar a los polinizadores y dar hospedaje a parte de nuestros compañeros en el planeta».Valladolid aprobó esta semana la adjudicación de su Corredor Ecológico InteriorLos corredores verdes tienen que compaginarse con la movilidad. La solución que propone el experto es «hacer estructuras de acompañamiento, zonas de protección de autovías y de carreteras que pueden contener dentro de sus límites toda esta variedad». La colaboración público-privada, pero también la ciudadana, es un factor de éxito para los corredores verdes. Valladolid es un ejemplo de ciudad que construye un corredor verde conectado con la ciudad. El pasado mes de marzo, la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento aprobó la adjudicación del contrato de las obras del Corredor Ecológico Interior, más conocida como VA-20. La actuación, que fue adjudicada a la UTE Caminos de Biodiversidad Urbana compuesta por las empresas Acciona Medio Ambienten y Acciona Construcción, está integrada en el proyecto ‘Valladolid: Caminos de Biodiversidad Urbana’. La iniciativa cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado por la Unión Europea. Alejandro García Pellitero, concejal de Medio Ambiente, explica que «la VA-20 se va a transformar». «Va a pasar de ser una carretera de 80 kilómetros por hora a una calle de 50 kilómetros por hora, con carril bici, aceras más anchas y más seguridad, y se va a integrar en el callejero de Valladolid», añade. El plan permitirá la conexión de los espacios verdes adheridos a este corredor (el Cerro San Cristóbal, El Tomillo, Parque La Ribera) con los corredores naturales de la ciudad como la acequia de Valladolid, Canal del Duero, río Esgueva, río Pisuerga, hasta terminar otra vez en el Canal del Duero.el Jardín del Turia, el parque lineal más grande de EuropaRecuperar espaciosPara el concejal, el ciudadano saldrá beneficiado sobre todo «por la recuperación de espacios que ahora mismo no se utilizan, porque son zonas como la escombrera ilegal, prácticamente intransitables, que estaban llenos de suciedad, con mucha vegetación pasiva». «Se ha realizado una selección de especies en aquello lugares, que son forestales, y ahora tendrán caminos, tal vez bancos, pero no iluminación para respetar la fauna y que el entorno sea lo más natural posible», subraya. En definitiva, se trata de «recuperar espacios degradados para el tránsito y el uso de los ciudadanos».Hay otras iniciativas que confluyen con el proyecto principal, dice Iván Ruano, director de Parques y Jardines del Ayuntamiento: «’Caminos de Sombra’ es un análisis de las zonas verdes de la ciudad para revegetar calles que carecen de árboles. Y luego, la creación de bosques isla, tanto para la fauna como para los ciudadanos».Además de ser un concepto en evolución, los corredores ecológicos son cada vez más ambiciososLa previsión es plantar entre árboles y arbustos –41.961 unidades– y la superficie liberada para la renaturalización será de 31,20 hectáreas con la consiguiente reducción de emisiones. Estaba fijada la fecha de terminación el 31 de diciembre, pero se ha pedido una prórroga a nivel nacional por parte de los ayuntamientos beneficiarios de las ayudas.Ruano destaca la colaboración ciudadana: «Europa nos ha pedido que hiciéramos un inventario de la fauna y de la flora antes de la actuación. Las asociaciones medioambientales de la ciudad han prestado su apoyo».El ejemplo chinoLa nueva Ruta de la Seda que está abriendo China como una extensa red de rutas comerciales terrestres y marítimas presenta un componente de sostenibilidad muy importante. Se trata de grandes infraestructuras que, al menos en la declaración de intenciones, se apoyan en lo ecológico. Amplían el concepto de corredor verde.En España, en fase de estudio y de estructuración, se encuentra el proyecto auspiciado por la Fundación Conexus para convertir el Eje Madrid-Comunitad Valenciana en un corredor verde, sostenible y digital. Un modelo a pequeña escala del ejemplo chino. Enrique Sánchez de León, director general de la Fundación Conexus, indica que «los Gobiernos autonómicos y empresarios nacionales y de ambas comunidades están impulsando una estrategia integral para construir un eje entre Madrid y Valencia. Entre las dos comunidades suponen el 25% del PIB y el 30% de la población».ElectromovilidadEste proyecto a 20 años pretende construir el mayor hub de electromovilidad, de energías renovables y de logística de Europa. «Queremos descarbonizar completamente el eje Valencia-Madrid en el tráfico y favorecer la electrificación», asegura Sánchez de León. Es muy probable que Castilla-La Mancha se sume al proyecto.«La idea exige un esfuerzo inversor y de planificación en el que tienen que estar involucradas también las empresas», sentencia el director general de la Fundación Conexus. Un paso adelante más en una nueva realidad que busca reforzadas conexiones verdes para impulsar una economía más sostenible y unos entornos urbanos más habitables y racionales. Los proyectos de corredores verdes proliferan en los núcleos urbanos, como redes de espacios naturales interconectados con el propósito de mantener el ecosistema natural. También generan beneficios ambientales y bienestar a los ciudadanos en forma de calidad de vida.Figuran entre las bondades de estas iniciativas el aumento de la biodiversidad, el impulso de una movilidad no contaminante, la reducción de la contaminación atmosférica y acústica, y la gestión eficaz del agua de lluvia. Se menciona también el impacto económico derivado del reclamo turístico que representan.Entre los más famosos del planeta están Manhattan Waterfront Greenway (Nueva York), Parque Lineal Ferrocarril de Cuernavaca (Ciudad de México), Madrid Río (Madrid) y Cheonggyecheon (Seúl). Entre las ciudades precursoras en España se encuentra Vitoria, que en 2012 recibió el título de Capital Verde Europea por su innovador proyecto del Anillo Verde.Noticia Relacionada innovación estandar No Biorresiduos para impulsar la agricultura urbana NATURAL La mezcla de materiales creada por el Instituto de Ciencias Agrarias (ICA-CSIC) a partir de compost y residuos orgánicos permite cultivar hortalizas en azoteas con una productividad similar a la obtenida en el campoAgustín Hernández Aja, catedrático emérito de Urbanismo de la Universidad Politécnica de Madrid, define el corredor verde como «un concepto en evolución». «Según la más radical, la ecologista, es una manera de relacionar la ciudad con su entorno natural a través de una reconstrucción o recreación de unas áreas que permitirían, por ejemplo, que llegara aves hasta el centro de la ciudad, situación que ahora no se produce. O que hubiese una sucesión de elementos del jardín a los huertos, a lo natural», considera.«Otras visiones contemplan las vías de traslado desde la ciudad», aclara Hernández Aja. En Madrid, por ejemplo, «hay dos sendas, una, la GR-124, la senda real, que va desde la Estación del Norte, pasa por la Dehesa de la Villa, por la Tapia del Pardo y se alcanza Tres Cantos y Manzanares el Real. Luego hay otra al sur que permite recorrer andando la antigua senda de las Merinas».Distintas divisionesLa multitud de interpretaciones coinciden en que lo que se busca es el acceso a la naturaleza, a poder ser a pie. No faltan los expertos que entienden que pueden convivir los corredores verdes con el acompañamiento de las grandes infraestructuras. Hernández sostiene que son «elementos que permiten acceder desde el interior de la ciudad a una sucesión articulada de elementos naturales de valor». Los pasillos verdes obviamente transforman la configuración de las ciudades. En Madrid, el Parque Lineal de Manzanares, unía el Monte del Pardo con Getafe. Según el catedrático ese fue «un primer intento de transición, en este caso muy lateral, basada en la existencia del río, que es un eje fundamental». «Madrid no ha sabido repensar el proyecto. Se ve en la actualidad, con los crecimientos del sureste. El gran eje verde es periférico a la ciudad, la rodea», apunta.El agua es fundamental en este concepto de los pasillos verdes. En cuanto a la biodiversidad, Hernández apuesta por «introducir especies en el centro de las ciudades, respetar a los polinizadores y dar hospedaje a parte de nuestros compañeros en el planeta».Valladolid aprobó esta semana la adjudicación de su Corredor Ecológico InteriorLos corredores verdes tienen que compaginarse con la movilidad. La solución que propone el experto es «hacer estructuras de acompañamiento, zonas de protección de autovías y de carreteras que pueden contener dentro de sus límites toda esta variedad». La colaboración público-privada, pero también la ciudadana, es un factor de éxito para los corredores verdes. Valladolid es un ejemplo de ciudad que construye un corredor verde conectado con la ciudad. El pasado mes de marzo, la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento aprobó la adjudicación del contrato de las obras del Corredor Ecológico Interior, más conocida como VA-20. La actuación, que fue adjudicada a la UTE Caminos de Biodiversidad Urbana compuesta por las empresas Acciona Medio Ambienten y Acciona Construcción, está integrada en el proyecto ‘Valladolid: Caminos de Biodiversidad Urbana’. La iniciativa cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado por la Unión Europea. Alejandro García Pellitero, concejal de Medio Ambiente, explica que «la VA-20 se va a transformar». «Va a pasar de ser una carretera de 80 kilómetros por hora a una calle de 50 kilómetros por hora, con carril bici, aceras más anchas y más seguridad, y se va a integrar en el callejero de Valladolid», añade. El plan permitirá la conexión de los espacios verdes adheridos a este corredor (el Cerro San Cristóbal, El Tomillo, Parque La Ribera) con los corredores naturales de la ciudad como la acequia de Valladolid, Canal del Duero, río Esgueva, río Pisuerga, hasta terminar otra vez en el Canal del Duero.el Jardín del Turia, el parque lineal más grande de EuropaRecuperar espaciosPara el concejal, el ciudadano saldrá beneficiado sobre todo «por la recuperación de espacios que ahora mismo no se utilizan, porque son zonas como la escombrera ilegal, prácticamente intransitables, que estaban llenos de suciedad, con mucha vegetación pasiva». «Se ha realizado una selección de especies en aquello lugares, que son forestales, y ahora tendrán caminos, tal vez bancos, pero no iluminación para respetar la fauna y que el entorno sea lo más natural posible», subraya. En definitiva, se trata de «recuperar espacios degradados para el tránsito y el uso de los ciudadanos».Hay otras iniciativas que confluyen con el proyecto principal, dice Iván Ruano, director de Parques y Jardines del Ayuntamiento: «’Caminos de Sombra’ es un análisis de las zonas verdes de la ciudad para revegetar calles que carecen de árboles. Y luego, la creación de bosques isla, tanto para la fauna como para los ciudadanos».Además de ser un concepto en evolución, los corredores ecológicos son cada vez más ambiciososLa previsión es plantar entre árboles y arbustos –41.961 unidades– y la superficie liberada para la renaturalización será de 31,20 hectáreas con la consiguiente reducción de emisiones. Estaba fijada la fecha de terminación el 31 de diciembre, pero se ha pedido una prórroga a nivel nacional por parte de los ayuntamientos beneficiarios de las ayudas.Ruano destaca la colaboración ciudadana: «Europa nos ha pedido que hiciéramos un inventario de la fauna y de la flora antes de la actuación. Las asociaciones medioambientales de la ciudad han prestado su apoyo».El ejemplo chinoLa nueva Ruta de la Seda que está abriendo China como una extensa red de rutas comerciales terrestres y marítimas presenta un componente de sostenibilidad muy importante. Se trata de grandes infraestructuras que, al menos en la declaración de intenciones, se apoyan en lo ecológico. Amplían el concepto de corredor verde.En España, en fase de estudio y de estructuración, se encuentra el proyecto auspiciado por la Fundación Conexus para convertir el Eje Madrid-Comunitad Valenciana en un corredor verde, sostenible y digital. Un modelo a pequeña escala del ejemplo chino. Enrique Sánchez de León, director general de la Fundación Conexus, indica que «los Gobiernos autonómicos y empresarios nacionales y de ambas comunidades están impulsando una estrategia integral para construir un eje entre Madrid y Valencia. Entre las dos comunidades suponen el 25% del PIB y el 30% de la población».ElectromovilidadEste proyecto a 20 años pretende construir el mayor hub de electromovilidad, de energías renovables y de logística de Europa. «Queremos descarbonizar completamente el eje Valencia-Madrid en el tráfico y favorecer la electrificación», asegura Sánchez de León. Es muy probable que Castilla-La Mancha se sume al proyecto.«La idea exige un esfuerzo inversor y de planificación en el que tienen que estar involucradas también las empresas», sentencia el director general de la Fundación Conexus. Un paso adelante más en una nueva realidad que busca reforzadas conexiones verdes para impulsar una economía más sostenible y unos entornos urbanos más habitables y racionales.
Los proyectos de corredores verdes proliferan en los núcleos urbanos, como redes de espacios naturales interconectados con el propósito de mantener el ecosistema natural. También generan beneficios ambientales y bienestar a los ciudadanos en forma de calidad de vida.
Figuran entre las bondades de estas … iniciativas el aumento de la biodiversidad, el impulso de una movilidad no contaminante, la reducción de la contaminación atmosférica y acústica, y la gestión eficaz del agua de lluvia. Se menciona también el impacto económico derivado del reclamo turístico que representan.
Entre los más famosos del planeta están Manhattan Waterfront Greenway (Nueva York), Parque Lineal Ferrocarril de Cuernavaca (Ciudad de México), Madrid Río (Madrid) y Cheonggyecheon (Seúl). Entre las ciudades precursoras en España se encuentra Vitoria, que en 2012 recibió el título de Capital Verde Europea por su innovador proyecto del Anillo Verde.
Agustín Hernández Aja, catedrático emérito de Urbanismo de la Universidad Politécnica de Madrid, define el corredor verde como «un concepto en evolución». «Según la más radical, la ecologista, es una manera de relacionar la ciudad con su entorno natural a través de una reconstrucción o recreación de unas áreas que permitirían, por ejemplo, que llegara aves hasta el centro de la ciudad, situación que ahora no se produce. O que hubiese una sucesión de elementos del jardín a los huertos, a lo natural», considera.
«Otras visiones contemplan las vías de traslado desde la ciudad», aclara Hernández Aja. En Madrid, por ejemplo, «hay dos sendas, una, la GR-124, la senda real, que va desde la Estación del Norte, pasa por la Dehesa de la Villa, por la Tapia del Pardo y se alcanza Tres Cantos y Manzanares el Real. Luego hay otra al sur que permite recorrer andando la antigua senda de las Merinas».
Distintas divisiones
La multitud de interpretaciones coinciden en que lo que se busca es el acceso a la naturaleza, a poder ser a pie. No faltan los expertos que entienden que pueden convivir los corredores verdes con el acompañamiento de las grandes infraestructuras. Hernández sostiene que son «elementos que permiten acceder desde el interior de la ciudad a una sucesión articulada de elementos naturales de valor».
Los pasillos verdes obviamente transforman la configuración de las ciudades. En Madrid, el Parque Lineal de Manzanares, unía el Monte del Pardo con Getafe. Según el catedrático ese fue «un primer intento de transición, en este caso muy lateral, basada en la existencia del río, que es un eje fundamental». «Madrid no ha sabido repensar el proyecto. Se ve en la actualidad, con los crecimientos del sureste. El gran eje verde es periférico a la ciudad, la rodea», apunta.
El agua es fundamental en este concepto de los pasillos verdes. En cuanto a la biodiversidad, Hernández apuesta por «introducir especies en el centro de las ciudades, respetar a los polinizadores y dar hospedaje a parte de nuestros compañeros en el planeta».
Valladolid aprobó esta semana la adjudicación de su Corredor Ecológico Interior
Los corredores verdes tienen que compaginarse con la movilidad. La solución que propone el experto es «hacer estructuras de acompañamiento, zonas de protección de autovías y de carreteras que pueden contener dentro de sus límites toda esta variedad». La colaboración público-privada, pero también la ciudadana, es un factor de éxito para los corredores verdes.
Valladolid es un ejemplo de ciudad que construye un corredor verde conectado con la ciudad. El pasado mes de marzo, la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento aprobó la adjudicación del contrato de las obras del Corredor Ecológico Interior, más conocida como VA-20. La actuación, que fue adjudicada a la UTE Caminos de Biodiversidad Urbana compuesta por las empresas Acciona Medio Ambienten y Acciona Construcción, está integrada en el proyecto ‘Valladolid: Caminos de Biodiversidad Urbana’.
La iniciativa cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado por la Unión Europea. Alejandro García Pellitero, concejal de Medio Ambiente, explica que «la VA-20 se va a transformar». «Va a pasar de ser una carretera de 80 kilómetros por hora a una calle de 50 kilómetros por hora, con carril bici, aceras más anchas y más seguridad, y se va a integrar en el callejero de Valladolid», añade.
El plan permitirá la conexión de los espacios verdes adheridos a este corredor (el Cerro San Cristóbal, El Tomillo, Parque La Ribera) con los corredores naturales de la ciudad como la acequia de Valladolid, Canal del Duero, río Esgueva, río Pisuerga, hasta terminar otra vez en el Canal del Duero.
Recuperar espacios
Para el concejal, el ciudadano saldrá beneficiado sobre todo «por la recuperación de espacios que ahora mismo no se utilizan, porque son zonas como la escombrera ilegal, prácticamente intransitables, que estaban llenos de suciedad, con mucha vegetación pasiva». «Se ha realizado una selección de especies en aquello lugares, que son forestales, y ahora tendrán caminos, tal vez bancos, pero no iluminación para respetar la fauna y que el entorno sea lo más natural posible», subraya. En definitiva, se trata de «recuperar espacios degradados para el tránsito y el uso de los ciudadanos».
Hay otras iniciativas que confluyen con el proyecto principal, dice Iván Ruano, director de Parques y Jardines del Ayuntamiento: «’Caminos de Sombra’ es un análisis de las zonas verdes de la ciudad para revegetar calles que carecen de árboles. Y luego, la creación de bosques isla, tanto para la fauna como para los ciudadanos».
Además de ser un concepto en evolución, los corredores ecológicos son cada vez más ambiciosos
La previsión es plantar entre árboles y arbustos –41.961 unidades– y la superficie liberada para la renaturalización será de 31,20 hectáreas con la consiguiente reducción de emisiones. Estaba fijada la fecha de terminación el 31 de diciembre, pero se ha pedido una prórroga a nivel nacional por parte de los ayuntamientos beneficiarios de las ayudas.
Ruano destaca la colaboración ciudadana: «Europa nos ha pedido que hiciéramos un inventario de la fauna y de la flora antes de la actuación. Las asociaciones medioambientales de la ciudad han prestado su apoyo».
El ejemplo chino
La nueva Ruta de la Seda que está abriendo China como una extensa red de rutas comerciales terrestres y marítimas presenta un componente de sostenibilidad muy importante. Se trata de grandes infraestructuras que, al menos en la declaración de intenciones, se apoyan en lo ecológico. Amplían el concepto de corredor verde.
En España, en fase de estudio y de estructuración, se encuentra el proyecto auspiciado por la Fundación Conexus para convertir el Eje Madrid-Comunitad Valenciana en un corredor verde, sostenible y digital. Un modelo a pequeña escala del ejemplo chino.
Enrique Sánchez de León, director general de la Fundación Conexus, indica que «los Gobiernos autonómicos y empresarios nacionales y de ambas comunidades están impulsando una estrategia integral para construir un eje entre Madrid y Valencia. Entre las dos comunidades suponen el 25% del PIB y el 30% de la población».
Electromovilidad
Este proyecto a 20 años pretende construir el mayor hub de electromovilidad, de energías renovables y de logística de Europa. «Queremos descarbonizar completamente el eje Valencia-Madrid en el tráfico y favorecer la electrificación», asegura Sánchez de León. Es muy probable que Castilla-La Mancha se sume al proyecto.
«La idea exige un esfuerzo inversor y de planificación en el que tienen que estar involucradas también las empresas», sentencia el director general de la Fundación Conexus.
Un paso adelante más en una nueva realidad que busca reforzadas conexiones verdes para impulsar una economía más sostenible y unos entornos urbanos más habitables y racionales.
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