Cristina Fernández de Kirchner, tras recibir a Lula da Silva en su prisión domiciliaria: «Él también fue perseguido»

Este jueves en Buenos Aires se ha concretado finalmente la visita del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva , a la exmandataria argentina Cristina Kirchner, quien cumple condena en su domicilio por corrupción desde hace más de dos semanas. El encuentro, cuyo horario fue mantenido en secreto hasta último momento por cuestiones de seguridad, se produjo apenas terminada la Cumbre del Mercosur , donde el jefe de Estado brasileño –quien aterrizó en la capital argentina al cierre de la tarde del miércoles- asumió la presidencia pro témpore. La reunión se ha extendido durante casi una hora. Finalizado el encuentro entre ambos aliados políticos, la expresidenta se jactó de la visita recibida en sus redes sociales, donde compartió varias imágenes del encuentro e incluso publicó un texto. «Lula también fue perseguido, también le hicieron lawfare hasta meterlo preso, también intentaron callarlo. No pudieron. Volvió con el voto del pueblo brasileño y la frente en alto», escribió desde su arresto domiciliario. A continuación, celebró el gesto de Lula da Silva. «Su visita fue mucho más que un gesto personal: fue un acto político de solidaridad», sostuvo. También se pronunció contra la Justicia, al afirmar que se encuentra condenada «por decisión de un Poder Judicial que hace tiempo dejó de disimular su subordinación política».Noticia Relacionada Condenada a 6 años por corrupción estandar Si «Argentina con Cristina», miles de kirchneristas apoyan a la expresidenta tras sus primeras horas en arresto domiciliario Guadalupe Piñeiro Michel La exmandataria se quejó en sus redes sociales de algunas condiciones impuestas por el tribunal. «¿Puedo salir o no al balcón de mi casa?», ironizóPara finalizar, la expresidenta argentina disparó –una vez más – contra el Gobierno del presidente Javier Milei. En el texto, se refirió a su gestión como «terrorismo de Estado de baja intensidad» y consideró que su país actualmente «vive una autentica deriva autoritaria». La dos veces ocupante de la Casa Rosada cumple desde hace dos semanas en su domicilio su condena a seis años de prisión por corrupción en la Causa Vialidad. La visita de la ‘contracumbre’Apenas finalizada la Cumbre del Mercosur, en la que Lula da Silva no ocultó su incomodidad y la distancia ideológica con su par argentino, el mandatario brasileño se dirigió con velocidad al barrio porteño de Constitución con el objetivo de visitar a Cristina Kirchner –el permiso para hacerlo le fue concedido por la Justicia argentina el día anterior-. Allí un grupo de militantes lo esperaba en la puerta del edificio donde se encuentra el domicilio de la expresidenta con gran entusiasmo. El mismo recibimiento había tenido el político el día anterior, cuando sus seguidores se dieron cita en la Embajada de Brasil en Buenos Aires para celebrar su llegada. «Lula, guerrero del pueblo brasilero», rezaban algunos de los cánticos. Se trata de la primera vez que la líder peronista recibe a un presidente extranjero en su domicilio desde que comenzara el cumplimiento de su condena el mes pasado. Por tratarse de una reunión no diplomática, el jefe de Estado brasileño no hizo declaraciones a la prensa una vez finalizado el encuentro.La visita había sido coordinada con anticipación y fue autorizada esta semana por el Tribunal Oral Federal 2 después de que la defensa de la exmandataria argentina, a cargo del abogado Carlos Alberto Beraldi, presentara un escrito solicitando que se permitiera el encuentro. La cita comenzó apenas pasadas las 12.30 locales y el político llegó al domicilio de Cristina Fernández de Kirchner, emplazado en la calle San José 1111, escoltado por un gran despliegue policial. Algunos medios locales se refirieron a la reunión entre ambos como la «contracumbre». Una visita con condicionesTanto el horario de llegada a Buenos Aires el miércoles como el de la visita a la líder kirchnerista se mantuvieron bajo reserva para evitar concentraciones de gente. Cabe recordar que una de las condiciones que le había impuesto el juez a la dos veces presidenta argentina para otorgarle el permiso de recibir a su aliado político fue la de no causar revuelo en el barrio en el que se encuentra presa. Concretamente, le pidió «abstenerse de adoptar comportamientos» que perturben la zona. La visita fue concebida en carácter «privado y no humanitario».El encuentro entre ambos líderes políticos fue fruto de celebraciones, pero también de cuestionamientos tanto a nivel local como en Brasil. Parte de la Casa Rosada interpretó este gesto como un desafío al Gobierno, con el que los vínculos son gélidos desde la asunción presidencial del presidente Javier Milei, un año y medio atrás, periodo en el cual el jefe de Estado brasileño se abstuvo de pisar suelo argentino.Sin embargo, finalizada la reunión, el kirchnerismo celebró con creces la visita de Lula da Silva. La misma Cristina Fernández de Kirchner, en el texto publicado en su cuenta de X, trazó un paralelo entre ambos países. Desde su arresto domiciliario, incluso anticipó un posible regreso al poder. «Tenemos algo que ellos jamás van a tener: un nosotros. Y un nosotros del tamaño y la historia del pueblo argentino… ni se calla ni se detiene. Este nosotros, siempre vuelve. Lula lo demostró en Brasil. Y nosotros también lo haremos», sentenció. Este jueves en Buenos Aires se ha concretado finalmente la visita del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva , a la exmandataria argentina Cristina Kirchner, quien cumple condena en su domicilio por corrupción desde hace más de dos semanas. El encuentro, cuyo horario fue mantenido en secreto hasta último momento por cuestiones de seguridad, se produjo apenas terminada la Cumbre del Mercosur , donde el jefe de Estado brasileño –quien aterrizó en la capital argentina al cierre de la tarde del miércoles- asumió la presidencia pro témpore. La reunión se ha extendido durante casi una hora. Finalizado el encuentro entre ambos aliados políticos, la expresidenta se jactó de la visita recibida en sus redes sociales, donde compartió varias imágenes del encuentro e incluso publicó un texto. «Lula también fue perseguido, también le hicieron lawfare hasta meterlo preso, también intentaron callarlo. No pudieron. Volvió con el voto del pueblo brasileño y la frente en alto», escribió desde su arresto domiciliario. A continuación, celebró el gesto de Lula da Silva. «Su visita fue mucho más que un gesto personal: fue un acto político de solidaridad», sostuvo. También se pronunció contra la Justicia, al afirmar que se encuentra condenada «por decisión de un Poder Judicial que hace tiempo dejó de disimular su subordinación política».Noticia Relacionada Condenada a 6 años por corrupción estandar Si «Argentina con Cristina», miles de kirchneristas apoyan a la expresidenta tras sus primeras horas en arresto domiciliario Guadalupe Piñeiro Michel La exmandataria se quejó en sus redes sociales de algunas condiciones impuestas por el tribunal. «¿Puedo salir o no al balcón de mi casa?», ironizóPara finalizar, la expresidenta argentina disparó –una vez más – contra el Gobierno del presidente Javier Milei. En el texto, se refirió a su gestión como «terrorismo de Estado de baja intensidad» y consideró que su país actualmente «vive una autentica deriva autoritaria». La dos veces ocupante de la Casa Rosada cumple desde hace dos semanas en su domicilio su condena a seis años de prisión por corrupción en la Causa Vialidad. La visita de la ‘contracumbre’Apenas finalizada la Cumbre del Mercosur, en la que Lula da Silva no ocultó su incomodidad y la distancia ideológica con su par argentino, el mandatario brasileño se dirigió con velocidad al barrio porteño de Constitución con el objetivo de visitar a Cristina Kirchner –el permiso para hacerlo le fue concedido por la Justicia argentina el día anterior-. Allí un grupo de militantes lo esperaba en la puerta del edificio donde se encuentra el domicilio de la expresidenta con gran entusiasmo. El mismo recibimiento había tenido el político el día anterior, cuando sus seguidores se dieron cita en la Embajada de Brasil en Buenos Aires para celebrar su llegada. «Lula, guerrero del pueblo brasilero», rezaban algunos de los cánticos. Se trata de la primera vez que la líder peronista recibe a un presidente extranjero en su domicilio desde que comenzara el cumplimiento de su condena el mes pasado. Por tratarse de una reunión no diplomática, el jefe de Estado brasileño no hizo declaraciones a la prensa una vez finalizado el encuentro.La visita había sido coordinada con anticipación y fue autorizada esta semana por el Tribunal Oral Federal 2 después de que la defensa de la exmandataria argentina, a cargo del abogado Carlos Alberto Beraldi, presentara un escrito solicitando que se permitiera el encuentro. La cita comenzó apenas pasadas las 12.30 locales y el político llegó al domicilio de Cristina Fernández de Kirchner, emplazado en la calle San José 1111, escoltado por un gran despliegue policial. Algunos medios locales se refirieron a la reunión entre ambos como la «contracumbre». Una visita con condicionesTanto el horario de llegada a Buenos Aires el miércoles como el de la visita a la líder kirchnerista se mantuvieron bajo reserva para evitar concentraciones de gente. Cabe recordar que una de las condiciones que le había impuesto el juez a la dos veces presidenta argentina para otorgarle el permiso de recibir a su aliado político fue la de no causar revuelo en el barrio en el que se encuentra presa. Concretamente, le pidió «abstenerse de adoptar comportamientos» que perturben la zona. La visita fue concebida en carácter «privado y no humanitario».El encuentro entre ambos líderes políticos fue fruto de celebraciones, pero también de cuestionamientos tanto a nivel local como en Brasil. Parte de la Casa Rosada interpretó este gesto como un desafío al Gobierno, con el que los vínculos son gélidos desde la asunción presidencial del presidente Javier Milei, un año y medio atrás, periodo en el cual el jefe de Estado brasileño se abstuvo de pisar suelo argentino.Sin embargo, finalizada la reunión, el kirchnerismo celebró con creces la visita de Lula da Silva. La misma Cristina Fernández de Kirchner, en el texto publicado en su cuenta de X, trazó un paralelo entre ambos países. Desde su arresto domiciliario, incluso anticipó un posible regreso al poder. «Tenemos algo que ellos jamás van a tener: un nosotros. Y un nosotros del tamaño y la historia del pueblo argentino… ni se calla ni se detiene. Este nosotros, siempre vuelve. Lula lo demostró en Brasil. Y nosotros también lo haremos», sentenció.  

Este jueves en Buenos Aires se ha concretado finalmente la visita del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, a la exmandataria argentina Cristina Kirchner, quien cumple condena en su domicilio por corrupción desde hace más de dos semanas. El encuentro, cuyo horario fue … mantenido en secreto hasta último momento por cuestiones de seguridad, se produjo apenas terminada la Cumbre del Mercosur, donde el jefe de Estado brasileño –quien aterrizó en la capital argentina al cierre de la tarde del miércoles- asumió la presidencia pro témpore. La reunión se ha extendido durante casi una hora.

Finalizado el encuentro entre ambos aliados políticos, la expresidenta se jactó de la visita recibida en sus redes sociales, donde compartió varias imágenes del encuentro e incluso publicó un texto. «Lula también fue perseguido, también le hicieron lawfare hasta meterlo preso, también intentaron callarlo. No pudieron. Volvió con el voto del pueblo brasileño y la frente en alto», escribió desde su arresto domiciliario.

A continuación, celebró el gesto de Lula da Silva. «Su visita fue mucho más que un gesto personal: fue un acto político de solidaridad», sostuvo. También se pronunció contra la Justicia, al afirmar que se encuentra condenada «por decisión de un Poder Judicial que hace tiempo dejó de disimular su subordinación política».

Para finalizar, la expresidenta argentina disparó –una vez más – contra el Gobierno del presidente Javier Milei. En el texto, se refirió a su gestión como «terrorismo de Estado de baja intensidad» y consideró que su país actualmente «vive una autentica deriva autoritaria». La dos veces ocupante de la Casa Rosada cumple desde hace dos semanas en su domicilio su condena a seis años de prisión por corrupción en la Causa Vialidad.

La visita de la ‘contracumbre’

Apenas finalizada la Cumbre del Mercosur, en la que Lula da Silva no ocultó su incomodidad y la distancia ideológica con su par argentino, el mandatario brasileño se dirigió con velocidad al barrio porteño de Constitución con el objetivo de visitar a Cristina Kirchner –el permiso para hacerlo le fue concedido por la Justicia argentina el día anterior-. Allí un grupo de militantes lo esperaba en la puerta del edificio donde se encuentra el domicilio de la expresidenta con gran entusiasmo. El mismo recibimiento había tenido el político el día anterior, cuando sus seguidores se dieron cita en la Embajada de Brasil en Buenos Aires para celebrar su llegada. «Lula, guerrero del pueblo brasilero», rezaban algunos de los cánticos.

Se trata de la primera vez que la líder peronista recibe a un presidente extranjero en su domicilio desde que comenzara el cumplimiento de su condena el mes pasado. Por tratarse de una reunión no diplomática, el jefe de Estado brasileño no hizo declaraciones a la prensa una vez finalizado el encuentro.

La visita había sido coordinada con anticipación y fue autorizada esta semana por el Tribunal Oral Federal 2 después de que la defensa de la exmandataria argentina, a cargo del abogado Carlos Alberto Beraldi, presentara un escrito solicitando que se permitiera el encuentro. La cita comenzó apenas pasadas las 12.30 locales y el político llegó al domicilio de Cristina Fernández de Kirchner, emplazado en la calle San José 1111, escoltado por un gran despliegue policial. Algunos medios locales se refirieron a la reunión entre ambos como la «contracumbre».

Una visita con condiciones

Tanto el horario de llegada a Buenos Aires el miércoles como el de la visita a la líder kirchnerista se mantuvieron bajo reserva para evitar concentraciones de gente. Cabe recordar que una de las condiciones que le había impuesto el juez a la dos veces presidenta argentina para otorgarle el permiso de recibir a su aliado político fue la de no causar revuelo en el barrio en el que se encuentra presa. Concretamente, le pidió «abstenerse de adoptar comportamientos» que perturben la zona. La visita fue concebida en carácter «privado y no humanitario».

El encuentro entre ambos líderes políticos fue fruto de celebraciones, pero también de cuestionamientos tanto a nivel local como en Brasil. Parte de la Casa Rosada interpretó este gesto como un desafío al Gobierno, con el que los vínculos son gélidos desde la asunción presidencial del presidente Javier Milei, un año y medio atrás, periodo en el cual el jefe de Estado brasileño se abstuvo de pisar suelo argentino.

Sin embargo, finalizada la reunión, el kirchnerismo celebró con creces la visita de Lula da Silva. La misma Cristina Fernández de Kirchner, en el texto publicado en su cuenta de X, trazó un paralelo entre ambos países. Desde su arresto domiciliario, incluso anticipó un posible regreso al poder. «Tenemos algo que ellos jamás van a tener: un nosotros. Y un nosotros del tamaño y la historia del pueblo argentino… ni se calla ni se detiene. Este nosotros, siempre vuelve. Lula lo demostró en Brasil. Y nosotros también lo haremos», sentenció.

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