El psiquiatra destaca uno de los hallazgos más sorprendentes que se desprenden sobre un gran estudio de longevidad y que podría acortar la vida.
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Son muchos los estudios que continúan impactando en la forma en la que entendemos la salud y uno de ellos, tiene que ver precisamente con la longevidad. Este es un tema que fue tratado hace más de un siglo en un peculiar estudio que todavía, a día de hoy, sigue fascinando a miles de expertos como Daniel Amen.
El psiquiatra ha protagonizado recientemente uno de los últimos vídeos de The Diary of a CEO y en él, reflexiona precisamente sobre uno de los datos más reveladores que aporta dicho estudio. Concretamente apunta a que las personas más despreocupadas tienen más probabilidades de vivir una vida más corta que el resto.
Este estudio mencionado por el experto, se inició en 1921 por el psicólogo Lewis Terman e hizo seguimiento a más de 1.500 niños con alto coeficiente intelectual a lo largo de sus vidas. Una investigación que, paso de enfocarse en el talento de esos niños a convertirse en una de las fuentes de investigación con más valor sobre la longevidad humana.
«Es el estudio de longevidad más largo jamás realizado», explica Amen. Un estudio clave para descubrir los factores que influyen realmente en una vida larga y saludable como resalta también el experto.
Uno de los resultados más chocantes de dicho estudio es que las personas con una actitud aparentemente positiva pero despreocupada vivieron menos. «Fue un poco impactante que las personas tipo ‘don’t worry, be happy’ (no te preocupes, sé feliz) murieran antes por accidentes y enfermedades prevenibles», señala el psiquiatra.
Para Amen, este hallazgo es más que una simple curiosidad estadística: tiene implicaciones personales. «Las personas que dicen ‘no te preocupes, sé feliz’ son como mi hermano. Lo quiero mucho, pero tiene 70 kilos de sobrepeso, sale del trabajo a las 15:00, juega al golf y simplemente no le importa. Es esa actitud indiferente que no se toma las cosas en serio, la que puede matar prematuramente».
Este enfoque de Daniel Amen, cuestiona una de las creencias populares sobre la felicidad y la longevidad, subrayando que una vida larga no solo depende del estado de ánimo, sino también de la responsabilidad y la atención que se presta al propio cuidado.
El experimento de Terman
El Estudio de Lewis Terman o el, también conocido como ‘Estudio Genético del Genio’, comenzó en 1921 en la Universidad de Stanford bajo la dirección del psicólogo. Aunque su objetivo inicial era estudiar a niños superdotados de California, seleccionados por su alto coeficiente intelectual y rendimiento académico, con el tiempo se transformó en una de las investigaciones más ambiciosas y duraderas del siglo XX.
La muestra inicial se componía de 1.541 menores, a quienes se evaluó no solo por su inteligencia, sino también por su entorno familiar, características de personalidad y estilo de vida. A lo largo de los años, el equipo de investigación recopiló una ingente cantidad de datos: nivel educativo, profesiones, matrimonios, salud mental y física y también causas de muerte.
Aunque el propósito inicial era demostrar que los niños superdotados estaban destinados al éxito, lo que el estudio terminó revelando fue mucho más complejo. Se identificaron patrones inesperados, como el hecho de que el CI elevado no garantizaba una vida plena ni larga.
Más relevante aún fue el hallazgo de que ciertos rasgos de personalidad como la prudencia, la perseverancia, la conciencia profesional y la capacidad de planificación eran indicadores mucho más fiables de longevidad. Uno de los aspectos más innovadores del estudio fue la atención al contexto social y emocional de los participantes, algo poco habitual en la época.
Un estudio que por lo tanto, permitió una mirada integral sobre cómo la interacción entre factores psicológicos, sociales y conductuales condiciona nuestra salud a largo plazo. Incluso décadas después de su inicio, el estudio sigue siendo una referencia clave en investigaciones sobre desarrollo humano y envejecimiento.
Actitudes que favorecen la longevidad
Además de la responsabilidad, el estudio Terman y otras investigaciones posteriores han identificado varios factores psicológicos y conductuales que se relacionan con una mayor longevidad. Entre ellos destacan la autodisciplina, la capacidad de establecer metas a largo plazo, la resiliencia frente al estrés y el mantenimiento de relaciones sociales sólidas.
@diaryofaceoclip Brain Surgeon Dr Amen on the longest ever longevity study🤔@The Diary Of A CEO #fyp #foryourepage #foryoupagе #foryоu #diaryofaceo #doac #stevenbartlett ♬ original sound – Diary Of A CEO Clips
Personas que mantienen rutinas saludables, tienen propósitos claros y se implican en actividades significativas, suelen vivir más años y con mejor calidad de vida. Contrariamente a la creencia popular, no es la despreocupación o el «vivir el momento» lo que más alarga la vida, sino la combinación de estabilidad emocional y buenos hábitos constantes.
elespanol – Salud