Dime en qué comunidad vives y te diré de qué es probable que mueras: estas son las cinco enfermedades que más matan

El Instituto Nacional de Estadística desglosa las tasas por habitante de las principales causas de muerte en nuestro país.
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En España —y, por extensión, en el mundo desarrollado— los jinetes del apocalipsis son cinco y no cuatro. En cada región, además, impactan de forma distinta.

El hambre, la peste, la guerra y la muerte de los tiempos bíblicos ha dado lugar, en pleno siglo XXI, a los más prosaicos cáncer, enfermedades cardiovasculares, enfermedades respiratorias, alzhéimer y diabetes.

Estas son las principales causas de muerte en España según los datos del Instituto Nacional de Estadística que detallan las defunciones que hubo en 2024 según la causa de muerte.

La primera causa fueron los tumores, que representaron el 26,6% del total de muertes, 0,5 puntos porcentuales por encima de las enfermedades cardiovasculares, que tradicionalmente habían estaba a la cabeza de las defunciones en España.

Es la primera vez que esto sucede. En 2023, los datos provisionales del INE mostraban un número de muertes por cáncer ligeramente por encima de las patologías del sistema circulatorio, pero al consolidarse fueron estas las que se situaron por encima.

La tendencia, sin embargo, parece clara. A pesar de que uno de cada diez españoles está aquejado de un problema cardiovascular, la mortalidad por estas enfermedades ha disminuido paulatinamente en la última década, con la excepción de los años de la pandemia.

Quizá por ello, al retomar la tendencia descendente en 2023, la disminución ha sido más que notable: en solo dos años, la tasa de defunciones por cada 100.000 habitantes se ha reducido nada menos que un 8,7%.

Frente a ello, las muertes por tumores están experimentando una disminución mucho más paulatina: en el mismo plazo de tiempo han bajado un 1,6%.

Esta es la situación a vista de pájaro. Para hacerse una imagen más rica de la realidad española, sin embargo, hay que aterrizar a nivel regional, pues las diferencias en la mortalidad por las principales causas son notables.

Por ejemplo, la tasa de mortalidad por cáncer es muy elevada en el Principado de Asturias. Registra 74,85 fallecimientos por cáncer de pulmón por cada 100.000 habitantes, 31,38 de cáncer de colon, 20,59 de cáncer de mama y 29,11 de cáncer de páncreas.

En el lado opuesto, Madrid registra las menores tasas para cáncer de pulmón (38,85), colon (16,13) o mama (11). También es la comunidad que menos mortalidad registra en enfermedad renal crónica (10,75 defunciones por cada 100.000 habitantes).

¿Y qué comunidad tiene la mayor mortalidad por esta razón? Nuevamente, Asturias. «Es una de las comunidades con mayor mortalidad en muchas enfermedades por una razón: es la más envejecida».

Emilio Sánchez, jefe del servicio de Nefrología del Hospital Universitario de Cabueñes, en Gijón, y presidente de la Sociedad Española de Nefrología, lo tiene claro.

«En gente joven, las personas con enfermedad renal crónica avanzada pueden recibir un trasplante y eso mejora la supervivencia. Pero en edades avanzadas, el trasplante no es una opción, hay que hacer diálisis y tiene mucha mayor mortalidad».

En Asturias hay 2,57 personas mayores de 64 años por cada menor de 16. Es la comunidad más envejecida y le siguen Galicia (2,24) y Castilla y León (2,23).

Ceuta y Melilla tienen la población más joven y, si hablamos de comunidades, son Andalucía (1,22) y Murcia (0,98).

La edad es el principal factor de riesgo en las enfermedades más prevalentes. Así, Galicia es la que registra más mortalidad por insuficiencia cardiaca (62,38) y demencia (108,3), mientras que Castilla y León registra los mayores número de mortalidad por diabetes (38,27) e hipertensión (44,04).

Ignacio Fernández Lozano, presidente electo de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), también señala la edad como el mayor factor de riesgo y por eso no le extraña que estas regiones sean las que copan los primeros puestos en buena parte de las enfermedades.

«Eso se ve en la hipertensión, que, a medida que la gente envejece y otras enfermedades están más controladas, la mortalidad por esta causa ha ido aumentando».

Sin embargo, afirma que, para completar este mapa, hace falta un análisis más profundo de otros factores, como el tabaquismo o la obesidad, que no están repartidos de igual forma según las regiones.

«Hay que tener en cuenta que, probablemente, la atención sanitaria no sea un factor mayor para explicar estas diferencias», incide.

Una persona apuntándolo todo

No tan envejecidas como el triángulo del noroeste peninsular pero con una edad media alta, Extremadura y Aragón también aparecen en los primeros lugares al desglosar las condiciones según región.

Los extremeños tienen las mayores tasas de mortalidad en enfermedad crónica de las vías respiratorias inferiores (39,19 por 100.000) y neumonía (35,24), mientras que los aragoneses registran las mayores tasas en enfermedad cerebrovascular (79,9) y alzhéimer (54,06).

Desde la Sociedad Española de Neurología se muestran escépticos con estas diferencias regionales. «Al no haber una única persona que apunte las causas de la defunción, puede clasificar una muerte en categorías distintas«.

Por ejemplo, una persona con esclerosis lateral amiotrófica o ELA que muere por un fallo respiratorio puede clasificarse por este fallo o por la enfermedad que lo ha provocado.

Pasa lo mismo en el caso del alzhéimer. «Si no se le ha diagnosticado bien, se puede incluir en la categoría demencia. O el ictus: alguien puede morir tras haber pasado por uno pero a consecuencia del mismo».

Por eso, los neurólogos consideran que estas cifras son ilustrativas «pero no se pueden seguir al pie de la letra».

Los expertos consultados por EL ESPAÑOL tienen claro que el envejecimiento de la población explica qué comunidades registran mayores tasas de mortalidad según la causa del fallecimiento.

Hay otros factores más puntuales, como el tabaquismo o la obesidad, que varían de forma regional y pueden influir en ellas.

También hay factores ambientales, como la presencia de radón, un gas clasificado como cancerígeno y que está muy presente en Galicia, o la contaminación industrial, presente en Asturias o País Vasco.

Como los resume el nefrólogo asturiano Emilio Sánchez, «contaminación, estilos de vida, tabaquismo… Son factores, uno por uno, que van sumando».

 elespanol – Salud

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