EE.UU. empezó a preparar el ataque a instalaciones nucleares subterráneas de Irán en 2009

Las dos figuras principales del ejército de EE.UU. comparecieron este jueves en el Pentágono, en un momento en el que el Gobierno de Donald Trump defiende la narrativa impuesta por el presidente del Gobierno desde que se conocieron los ataques del pasado fin de semana a Irán: que fue una operación militar exitosa que «destrozó por completo» el programa nuclear iraní.Fue una comparecencia tensa, en la que el secretario de Defensa, Pete Hegseth , y el jefe del Estado Mayor, el general Dan Caine , dieron nuevos detalles sobre la operación militar del pasado fin de semana, pero esquivaron ofrecer confirmaciones sobre el daño causado a las instalaciones nucleares de Irán e insistieron en que es algo que corresponde a las agencias de inteligencia. Hegseth acusó a los medios de hacer todo lo posible por menospreciar a Trump, después de que esta semana se filtrara a la prensa un análisis preliminar de inteligencia que contradice las conclusiones del presidente de EE.UU.: que el impacto de los ataques fue limitado y que podría haber retrasado solo en unos meses su programa nuclear. Noticia Relacionada El ayatolá reaparece desafiante estandar No Alí Jamenei: «Irán propinó una dura bofetada a EE.UU. y puede volver a hacerlo» Manuel Trillo El Líder Supremo de Irán, que llevaba una semana oculto, se jacta de la «victoria» de la república islámica sobre Israel«Vais buscando escándalos y os perdéis momentos históricos», acusó Hegseth, que buscó alinearse con la narrativa que ha mantenido Trump. Insistió en que ese informe filtrado era preliminar y se apoyó en otros análisis -uno de la CIA que asegura que el programa nuclear iraní resultó «severamente dañado», otros de las agencias de energía atómica de Israel y de la ONU- para respaldar las palabras de Trump.«Llámalo destrozado, llámalo derrotado, llámalo destruido, lo que prefieras», dijo el líder del Pentágono, que tampoco ofreció evidencias definitivas sobre uno de los asuntos clave: si Irán logró sacar, trasladar y salvar uranio enriquecido que estaba en las instalaciones atacadas. Hay imágenes de satélite en las que se ve a camiones en la instalación subterránea de Fordo, pocos días antes de los ataques.«No tengo conocimiento de inteligencia que diga que eso (el uranio enriquecido) no estaba donde tenía que estar, si se movió u ocurrió otra cosa», aseguró.Es imposible saber si Trump tiene otra información, pero dejó claro que no tiene esas dudas: «Los vehículos en esa instalación eran los que usaron operarios de cemento para tratar de tapar la salida de los túneles de ventilación«, escribió en su red social, en la que defendió que el traslado del uranio enriquecido sería «demasiado peligroso y pesado».El general Caine trató de huir de cualquier cuestión relacionada con el análisis del impacto de los ataques y rechazó que esté sufriendo presiones políticas al respecto. El jefe del Estado Mayor se centró en explicar la operación militar al detalle.Génesis del planContó como su génesis está en 2009, cuando la inteligencia estadounidense detectó la construcción por parte de Irán de la planta subterránea de enriquecimiento de uranio de Fordo, a unos 80-90 metros de profundidad. El Pentágono analizó la geología del lugar y la fortificación de la instalación y reconoció que no tenía armas para atacarlo, en caso de que lo necesitara. Ahí comenzó el desarrollo de las bombas anti-búnker de casi 15.000 kilos que se utilizaron el pasado sábado para el ataque.Caine explicó que el plan era lanzar esas bombas sobre dos túneles de ventilación y sobre un conducto de salida de humo. Las bombas fueron preparadas a medida para que tuvieran ángulos de caída específicos y con temporizadores para provocar explosiones a diferentes profundidades.El general aseguró que los iraníes habían aplicado una capa de cemento sobre esas salidas de la instalación, pero que el bombardeo estaba preparado para ello. En la operación participaron siete bombarderos indetectables B-2, que utilizaron doce de esas bombas. Se lanzó una primera para eliminar esa protección de cemento y el resto para penetrar por los túneles de ventilación y de humo.Para demostrar la eficacia, Caine mostró vídeos de pruebas de la bomba anti-búnker logrando explosiones subterráneas. Pero todavía está por demostrar el efecto específico que tuvo en las instalaciones de Irán. Las dos figuras principales del ejército de EE.UU. comparecieron este jueves en el Pentágono, en un momento en el que el Gobierno de Donald Trump defiende la narrativa impuesta por el presidente del Gobierno desde que se conocieron los ataques del pasado fin de semana a Irán: que fue una operación militar exitosa que «destrozó por completo» el programa nuclear iraní.Fue una comparecencia tensa, en la que el secretario de Defensa, Pete Hegseth , y el jefe del Estado Mayor, el general Dan Caine , dieron nuevos detalles sobre la operación militar del pasado fin de semana, pero esquivaron ofrecer confirmaciones sobre el daño causado a las instalaciones nucleares de Irán e insistieron en que es algo que corresponde a las agencias de inteligencia. Hegseth acusó a los medios de hacer todo lo posible por menospreciar a Trump, después de que esta semana se filtrara a la prensa un análisis preliminar de inteligencia que contradice las conclusiones del presidente de EE.UU.: que el impacto de los ataques fue limitado y que podría haber retrasado solo en unos meses su programa nuclear. Noticia Relacionada El ayatolá reaparece desafiante estandar No Alí Jamenei: «Irán propinó una dura bofetada a EE.UU. y puede volver a hacerlo» Manuel Trillo El Líder Supremo de Irán, que llevaba una semana oculto, se jacta de la «victoria» de la república islámica sobre Israel«Vais buscando escándalos y os perdéis momentos históricos», acusó Hegseth, que buscó alinearse con la narrativa que ha mantenido Trump. Insistió en que ese informe filtrado era preliminar y se apoyó en otros análisis -uno de la CIA que asegura que el programa nuclear iraní resultó «severamente dañado», otros de las agencias de energía atómica de Israel y de la ONU- para respaldar las palabras de Trump.«Llámalo destrozado, llámalo derrotado, llámalo destruido, lo que prefieras», dijo el líder del Pentágono, que tampoco ofreció evidencias definitivas sobre uno de los asuntos clave: si Irán logró sacar, trasladar y salvar uranio enriquecido que estaba en las instalaciones atacadas. Hay imágenes de satélite en las que se ve a camiones en la instalación subterránea de Fordo, pocos días antes de los ataques.«No tengo conocimiento de inteligencia que diga que eso (el uranio enriquecido) no estaba donde tenía que estar, si se movió u ocurrió otra cosa», aseguró.Es imposible saber si Trump tiene otra información, pero dejó claro que no tiene esas dudas: «Los vehículos en esa instalación eran los que usaron operarios de cemento para tratar de tapar la salida de los túneles de ventilación«, escribió en su red social, en la que defendió que el traslado del uranio enriquecido sería «demasiado peligroso y pesado».El general Caine trató de huir de cualquier cuestión relacionada con el análisis del impacto de los ataques y rechazó que esté sufriendo presiones políticas al respecto. El jefe del Estado Mayor se centró en explicar la operación militar al detalle.Génesis del planContó como su génesis está en 2009, cuando la inteligencia estadounidense detectó la construcción por parte de Irán de la planta subterránea de enriquecimiento de uranio de Fordo, a unos 80-90 metros de profundidad. El Pentágono analizó la geología del lugar y la fortificación de la instalación y reconoció que no tenía armas para atacarlo, en caso de que lo necesitara. Ahí comenzó el desarrollo de las bombas anti-búnker de casi 15.000 kilos que se utilizaron el pasado sábado para el ataque.Caine explicó que el plan era lanzar esas bombas sobre dos túneles de ventilación y sobre un conducto de salida de humo. Las bombas fueron preparadas a medida para que tuvieran ángulos de caída específicos y con temporizadores para provocar explosiones a diferentes profundidades.El general aseguró que los iraníes habían aplicado una capa de cemento sobre esas salidas de la instalación, pero que el bombardeo estaba preparado para ello. En la operación participaron siete bombarderos indetectables B-2, que utilizaron doce de esas bombas. Se lanzó una primera para eliminar esa protección de cemento y el resto para penetrar por los túneles de ventilación y de humo.Para demostrar la eficacia, Caine mostró vídeos de pruebas de la bomba anti-búnker logrando explosiones subterráneas. Pero todavía está por demostrar el efecto específico que tuvo en las instalaciones de Irán.  

Las dos figuras principales del ejército de EE.UU. comparecieron este jueves en el Pentágono, en un momento en el que el Gobierno de Donald Trump defiende la narrativa impuesta por el presidente del Gobierno desde que se conocieron los ataques del pasado fin … de semana a Irán: que fue una operación militar exitosa que «destrozó por completo» el programa nuclear iraní.

Fue una comparecencia tensa, en la que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y el jefe del Estado Mayor, el general Dan Caine, dieron nuevos detalles sobre la operación militar del pasado fin de semana, pero esquivaron ofrecer confirmaciones sobre el daño causado a las instalaciones nucleares de Irán e insistieron en que es algo que corresponde a las agencias de inteligencia.

Hegseth acusó a los medios de hacer todo lo posible por menospreciar a Trump, después de que esta semana se filtrara a la prensa un análisis preliminar de inteligencia que contradice las conclusiones del presidente de EE.UU.: que el impacto de los ataques fue limitado y que podría haber retrasado solo en unos meses su programa nuclear.

«Vais buscando escándalos y os perdéis momentos históricos», acusó Hegseth, que buscó alinearse con la narrativa que ha mantenido Trump. Insistió en que ese informe filtrado era preliminar y se apoyó en otros análisis -uno de la CIA que asegura que el programa nuclear iraní resultó «severamente dañado», otros de las agencias de energía atómica de Israel y de la ONU- para respaldar las palabras de Trump.

«Llámalo destrozado, llámalo derrotado, llámalo destruido, lo que prefieras», dijo el líder del Pentágono, que tampoco ofreció evidencias definitivas sobre uno de los asuntos clave: si Irán logró sacar, trasladar y salvar uranio enriquecido que estaba en las instalaciones atacadas. Hay imágenes de satélite en las que se ve a camiones en la instalación subterránea de Fordo, pocos días antes de los ataques.

«No tengo conocimiento de inteligencia que diga que eso (el uranio enriquecido) no estaba donde tenía que estar, si se movió u ocurrió otra cosa», aseguró.

Es imposible saber si Trump tiene otra información, pero dejó claro que no tiene esas dudas: «Los vehículos en esa instalación eran los que usaron operarios de cemento para tratar de tapar la salida de los túneles de ventilación«, escribió en su red social, en la que defendió que el traslado del uranio enriquecido sería «demasiado peligroso y pesado».

El general Caine trató de huir de cualquier cuestión relacionada con el análisis del impacto de los ataques y rechazó que esté sufriendo presiones políticas al respecto. El jefe del Estado Mayor se centró en explicar la operación militar al detalle.

Génesis del plan

Contó como su génesis está en 2009, cuando la inteligencia estadounidense detectó la construcción por parte de Irán de la planta subterránea de enriquecimiento de uranio de Fordo, a unos 80-90 metros de profundidad. El Pentágono analizó la geología del lugar y la fortificación de la instalación y reconoció que no tenía armas para atacarlo, en caso de que lo necesitara. Ahí comenzó el desarrollo de las bombas anti-búnker de casi 15.000 kilos que se utilizaron el pasado sábado para el ataque.

Caine explicó que el plan era lanzar esas bombas sobre dos túneles de ventilación y sobre un conducto de salida de humo. Las bombas fueron preparadas a medida para que tuvieran ángulos de caída específicos y con temporizadores para provocar explosiones a diferentes profundidades.

El general aseguró que los iraníes habían aplicado una capa de cemento sobre esas salidas de la instalación, pero que el bombardeo estaba preparado para ello. En la operación participaron siete bombarderos indetectables B-2, que utilizaron doce de esas bombas. Se lanzó una primera para eliminar esa protección de cemento y el resto para penetrar por los túneles de ventilación y de humo.

Para demostrar la eficacia, Caine mostró vídeos de pruebas de la bomba anti-búnker logrando explosiones subterráneas. Pero todavía está por demostrar el efecto específico que tuvo en las instalaciones de Irán.

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