Benjamín Netanyahu vivió un día con el que soñaba desde hace décadas y aplaudió a Donald Trump por haber tomado una decisión «audaz». Después de una semana de guerra contra Irán en solitario, Estados Unidos se unió a su aliado con el bombardeo de tres instalaciones nucleares y, en palabras del primer ministro, esto servirá para «traer la paz a través de la fuerza». Netanyahu, muy cuestionado a nivel interno por su gestión de la guerra en Gaza y sus escándalos de corrupción, dirigió un mensaje a la nación en el que dijo que «recuerdan que desde el principio de la operación les prometí que las instalaciones nucleares de Irán serían destruidas, de una forma u otra. Esa promesa se ha cumplido». La lucha contra el régimen iraní, considerado una amenaza existencial, ha unido a Israel. El líder de la oposición y una de las voces más críticas con el primer ministro, Yair Lapid, declaró que «no me molesta que disfrute de este momento. Este es un éxito para Netanyahu, un éxito para Trump y un éxito para el mundo libre. Esto es lo que tenía que suceder». El presidente, Isaac Herzog, aseguró que el paso dado por Trump «es una decisión histórica, una decisión excepcional que claramente puede cambiar el rumbo de Oriente Próximo hacia un futuro mucho mejor». En opinión del presidente, el «cambio de régimen» no es uno de los «objetivos oficiales de esta guerra», pero sería un «efecto secundario bendito».El jefe de Estado Mayor, general Eyal Zamir , señaló que «hemos llegado a un punto de inflexión en la campaña. El Ejército de Estados Unidos ha atacado las instalaciones nucleares centrales de forma letal, muy precisa e impresionante. Consideramos la coordinación entre los ejércitos como un activo estratégico importante». Israel despertó con las alarmas por la llegada de decenas de misiles lanzados por el enemigo, algunos de ellos impactaron en Tel Aviv y Haifa y dejaron decenas de heridos y una importante destrucción, pero el ánimo estaba más alto que nunca al conocer los bombardeos de Estados Unidos en Fordo, Isfahán y Natanz. «En el país hay una enorme cohesión, todos están unidos con una especie de silencio cómplice. Hay un consenso en que había que enfrentarse a la amenaza iraní tarde o temprano y este es el momento», opina el analista argentino Ezequiel Kopel, autor de libros como ‘La disputa por el control de Medio Oriente’, a quien la guerra sorprendió en Tel Aviv.Nuevos bombardeosLos israelíes bombardearon un día más objetivos en todo Irán, donde volvieron a demostrar la importancia de la superioridad aérea. Unos 30 aviones atacaron decenas de objetivos y los lugares más castigados fueron Isfahán y Yazd, en el centro del país, y Bushehr, en el sur, según informó el Ejército israelí en un comunicado. Entre los objetivos se encontraban bases de almacenamiento y lanzamiento de misiles, un almacén de drones y una fábrica de baterías de defensa aérea, según el comunicado. La guerra sigue su curso y, además del programa nuclear, los israelíes desgastan al régimen desde el aire. Noticia Relacionada Editorial opinion No Un mundo en guerra y sin reglas Editorial Washington ha dado el paso de entrar en guerra con Irán al lado de Israel. Es una acción que rompe la promesa fundacional de paz de Trump y que lleva a una escalada imprevisibleAl caer la tarde, Netanyahu acudió a rezar al Muro de los Lamentos de Jerusalén, algo que ya hizo también el día que ordenó de manera sorpresiva el ataque contra Irán. Los medios israelíes destacaron que el dirigente del Likud colocó una nota manuscrita en las grietas de las piedras que decía: «El pueblo se ha levantado, el pueblo de Israel vive». Nada más conocer el ataque de Estados Unidos a las instalaciones nucleares de Irán, todos los ojos se fijaron en la respuesta de la república islámica. A falta de escuchar al Líder Supremo, Alí Jamenei, protegido en un refugio de alta seguridad, el ministro de Exteriores, Abbas Araqchi, declaró que Irán «se reserva todas las opciones para defender sus intereses de seguridad y a su pueblo».A la espera de respuestaEs una incógnita conocer la respuesta que ordenará Jamenei, pero de ella dependerá la futura implicación de Estados Unidos en el conflicto. En 2020, cuando Donald Trump dio luz verde al asesinato del general Suleimani en Bagdad, los iraníes lanzaron misiles contra varias bases estadounidenses en Irak. Fue un ataque medido y puntual en el que no hubo víctimas mortales. Los estadounidenses cuentan con una veintena de bases y unos 40.000 hombres en la región, todos ellos desplegados en las fronteras de Irán. La decisión de Trump de entrar en la guerra expande el conflicto a otros países y acerca los objetivos a los iraníes, que hasta ahora sólo disparaban a Israel. Además de un ataque contra bases, voces ultraconservadoras de Irán como la del analista Ali Akbar Raefipour pidieron la retirada del Tratado de No Proliferación (TNP). «Dado que el TNP no nos ha aportado ningún beneficio ni disuasión, retírense de él». En opinión de Raefipour es momento de «construir 20 bombas tácticas con 400 kilogramos» de uranio enriquecido.Otra de las opciones que se pusieron sobre la mesa fue el cierre del estrecho de Ormuz, por donde circula en buques un tercio del petróleo que se consume en el mundo Benjamín Netanyahu vivió un día con el que soñaba desde hace décadas y aplaudió a Donald Trump por haber tomado una decisión «audaz». Después de una semana de guerra contra Irán en solitario, Estados Unidos se unió a su aliado con el bombardeo de tres instalaciones nucleares y, en palabras del primer ministro, esto servirá para «traer la paz a través de la fuerza». Netanyahu, muy cuestionado a nivel interno por su gestión de la guerra en Gaza y sus escándalos de corrupción, dirigió un mensaje a la nación en el que dijo que «recuerdan que desde el principio de la operación les prometí que las instalaciones nucleares de Irán serían destruidas, de una forma u otra. Esa promesa se ha cumplido». La lucha contra el régimen iraní, considerado una amenaza existencial, ha unido a Israel. El líder de la oposición y una de las voces más críticas con el primer ministro, Yair Lapid, declaró que «no me molesta que disfrute de este momento. Este es un éxito para Netanyahu, un éxito para Trump y un éxito para el mundo libre. Esto es lo que tenía que suceder». El presidente, Isaac Herzog, aseguró que el paso dado por Trump «es una decisión histórica, una decisión excepcional que claramente puede cambiar el rumbo de Oriente Próximo hacia un futuro mucho mejor». En opinión del presidente, el «cambio de régimen» no es uno de los «objetivos oficiales de esta guerra», pero sería un «efecto secundario bendito».El jefe de Estado Mayor, general Eyal Zamir , señaló que «hemos llegado a un punto de inflexión en la campaña. El Ejército de Estados Unidos ha atacado las instalaciones nucleares centrales de forma letal, muy precisa e impresionante. Consideramos la coordinación entre los ejércitos como un activo estratégico importante». Israel despertó con las alarmas por la llegada de decenas de misiles lanzados por el enemigo, algunos de ellos impactaron en Tel Aviv y Haifa y dejaron decenas de heridos y una importante destrucción, pero el ánimo estaba más alto que nunca al conocer los bombardeos de Estados Unidos en Fordo, Isfahán y Natanz. «En el país hay una enorme cohesión, todos están unidos con una especie de silencio cómplice. Hay un consenso en que había que enfrentarse a la amenaza iraní tarde o temprano y este es el momento», opina el analista argentino Ezequiel Kopel, autor de libros como ‘La disputa por el control de Medio Oriente’, a quien la guerra sorprendió en Tel Aviv.Nuevos bombardeosLos israelíes bombardearon un día más objetivos en todo Irán, donde volvieron a demostrar la importancia de la superioridad aérea. Unos 30 aviones atacaron decenas de objetivos y los lugares más castigados fueron Isfahán y Yazd, en el centro del país, y Bushehr, en el sur, según informó el Ejército israelí en un comunicado. Entre los objetivos se encontraban bases de almacenamiento y lanzamiento de misiles, un almacén de drones y una fábrica de baterías de defensa aérea, según el comunicado. La guerra sigue su curso y, además del programa nuclear, los israelíes desgastan al régimen desde el aire. Noticia Relacionada Editorial opinion No Un mundo en guerra y sin reglas Editorial Washington ha dado el paso de entrar en guerra con Irán al lado de Israel. Es una acción que rompe la promesa fundacional de paz de Trump y que lleva a una escalada imprevisibleAl caer la tarde, Netanyahu acudió a rezar al Muro de los Lamentos de Jerusalén, algo que ya hizo también el día que ordenó de manera sorpresiva el ataque contra Irán. Los medios israelíes destacaron que el dirigente del Likud colocó una nota manuscrita en las grietas de las piedras que decía: «El pueblo se ha levantado, el pueblo de Israel vive». Nada más conocer el ataque de Estados Unidos a las instalaciones nucleares de Irán, todos los ojos se fijaron en la respuesta de la república islámica. A falta de escuchar al Líder Supremo, Alí Jamenei, protegido en un refugio de alta seguridad, el ministro de Exteriores, Abbas Araqchi, declaró que Irán «se reserva todas las opciones para defender sus intereses de seguridad y a su pueblo».A la espera de respuestaEs una incógnita conocer la respuesta que ordenará Jamenei, pero de ella dependerá la futura implicación de Estados Unidos en el conflicto. En 2020, cuando Donald Trump dio luz verde al asesinato del general Suleimani en Bagdad, los iraníes lanzaron misiles contra varias bases estadounidenses en Irak. Fue un ataque medido y puntual en el que no hubo víctimas mortales. Los estadounidenses cuentan con una veintena de bases y unos 40.000 hombres en la región, todos ellos desplegados en las fronteras de Irán. La decisión de Trump de entrar en la guerra expande el conflicto a otros países y acerca los objetivos a los iraníes, que hasta ahora sólo disparaban a Israel. Además de un ataque contra bases, voces ultraconservadoras de Irán como la del analista Ali Akbar Raefipour pidieron la retirada del Tratado de No Proliferación (TNP). «Dado que el TNP no nos ha aportado ningún beneficio ni disuasión, retírense de él». En opinión de Raefipour es momento de «construir 20 bombas tácticas con 400 kilogramos» de uranio enriquecido.Otra de las opciones que se pusieron sobre la mesa fue el cierre del estrecho de Ormuz, por donde circula en buques un tercio del petróleo que se consume en el mundo
El primer ministro israelí aplaude la decisión «audaz» de Trump de atacar las infraestructuras militares iraníes y Teherán responde con decenas de misiles sobre Tel Aviv y Haifa
Benjamín Netanyahu vivió un día con el que soñaba desde hace décadas y aplaudió a Donald Trump por haber tomado una decisión «audaz». Después de una semana de guerra contra Irán en solitario, Estados Unidos se unió a su aliado con el bombardeo de tres instalaciones nucleares y, en palabras del primer ministro, esto servirá para «traer la paz a través de la fuerza». Netanyahu, muy cuestionado a nivel interno por su gestión de la guerra en Gaza y sus escándalos de corrupción, dirigió un mensaje a la nación en el que dijo que «recuerdan que desde el principio de la operación les prometí que las instalaciones nucleares de Irán serían destruidas, de una forma u otra. Esa promesa se ha cumplido».
La lucha contra el régimen iraní, considerado una amenaza existencial, ha unido a Israel. El líder de la oposición y una de las voces más críticas con el primer ministro, Yair Lapid, declaró que «no me molesta que disfrute de este momento. Este es un éxito para Netanyahu, un éxito para Trump y un éxito para el mundo libre. Esto es lo que tenía que suceder». El presidente, Isaac Herzog, aseguró que el paso dado por Trump «es una decisión histórica, una decisión excepcional que claramente puede cambiar el rumbo de Oriente Próximo hacia un futuro mucho mejor». En opinión del presidente, el «cambio de régimen» no es uno de los «objetivos oficiales de esta guerra», pero sería un «efecto secundario bendito».
El jefe de Estado Mayor, general Eyal Zamir, señaló que «hemos llegado a un punto de inflexión en la campaña. El Ejército de Estados Unidos ha atacado las instalaciones nucleares centrales de forma letal, muy precisa e impresionante. Consideramos la coordinación entre los ejércitos como un activo estratégico importante».
Israel despertó con las alarmas por la llegada de decenas de misiles lanzados por el enemigo, algunos de ellos impactaron en Tel Aviv y Haifa y dejaron decenas de heridos y una importante destrucción, pero el ánimo estaba más alto que nunca al conocer los bombardeos de Estados Unidos en Fordo, Isfahán y Natanz.
«En el país hay una enorme cohesión, todos están unidos con una especie de silencio cómplice. Hay un consenso en que había que enfrentarse a la amenaza iraní tarde o temprano y este es el momento», opina el analista argentino Ezequiel Kopel, autor de libros como ‘La disputa por el control de Medio Oriente’, a quien la guerra sorprendió en Tel Aviv.
Nuevos bombardeos
Los israelíes bombardearon un día más objetivos en todo Irán, donde volvieron a demostrar la importancia de la superioridad aérea. Unos 30 aviones atacaron decenas de objetivos y los lugares más castigados fueron Isfahán y Yazd, en el centro del país, y Bushehr, en el sur, según informó el Ejército israelí en un comunicado. Entre los objetivos se encontraban bases de almacenamiento y lanzamiento de misiles, un almacén de drones y una fábrica de baterías de defensa aérea, según el comunicado. La guerra sigue su curso y, además del programa nuclear, los israelíes desgastan al régimen desde el aire.
Al caer la tarde, Netanyahu acudió a rezar al Muro de los Lamentos de Jerusalén, algo que ya hizo también el día que ordenó de manera sorpresiva el ataque contra Irán. Los medios israelíes destacaron que el dirigente del Likud colocó una nota manuscrita en las grietas de las piedras que decía: «El pueblo se ha levantado, el pueblo de Israel vive».
Nada más conocer el ataque de Estados Unidos a las instalaciones nucleares de Irán, todos los ojos se fijaron en la respuesta de la república islámica. A falta de escuchar al Líder Supremo, Alí Jamenei, protegido en un refugio de alta seguridad, el ministro de Exteriores, Abbas Araqchi, declaró que Irán «se reserva todas las opciones para defender sus intereses de seguridad y a su pueblo».
A la espera de respuesta
Es una incógnita conocer la respuesta que ordenará Jamenei, pero de ella dependerá la futura implicación de Estados Unidos en el conflicto. En 2020, cuando Donald Trump dio luz verde al asesinato del general Suleimani en Bagdad, los iraníes lanzaron misiles contra varias bases estadounidenses en Irak. Fue un ataque medido y puntual en el que no hubo víctimas mortales.
Los estadounidenses cuentan con una veintena de bases y unos 40.000 hombres en la región, todos ellos desplegados en las fronteras de Irán. La decisión de Trump de entrar en la guerra expande el conflicto a otros países y acerca los objetivos a los iraníes, que hasta ahora sólo disparaban a Israel. Además de un ataque contra bases, voces ultraconservadoras de Irán como la del analista Ali Akbar Raefipour pidieron la retirada del Tratado de No Proliferación (TNP). «Dado que el TNP no nos ha aportado ningún beneficio ni disuasión, retírense de él». En opinión de Raefipour es momento de «construir 20 bombas tácticas con 400 kilogramos» de uranio enriquecido.
Otra de las opciones que se pusieron sobre la mesa fue el cierre del estrecho de Ormuz, por donde circula en buques un tercio del petróleo que se consume en el mundo
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