El PP se recrea en la crisis socialista: “No hay prisa”

La imagen de agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil entrando en la sede del PSOE de la calle de Ferraz y el Ministerio de Transportes, el viernes, acredita para Alberto Núñez Feijóo que el Gobierno y el partido socialista tienen “la causa de corrupción” más grave de la democracia española. Este sábado repitió ese argumentario Cuca Gamarra desde Pamplona. El PP se permite hacer estas afirmaciones a pesar de su pasado y las causas pendientes con la justicia de ex responsables populares, pero ni las grandes declaraciones ni la presión de quienes desde dentro del Partido Popular demandan una moción de censura mueven por el momento al jefe de la oposición. En el entorno del líder del PP se confiesan “muy tranquilos”, “sin ansiedad” y aseguran que continuarán deleitándose mientas Pedro Sánchez lidia con el trance de sus dos ex secretarios de Organización imputados, Santos Cerdán y José Luis Ábalos, por un supuesto caso corrupción.

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 La euforia en el gabinete de Feijóo, que descarta la moción de censura, convive con quienes temen un aumento de Vox bajo el discurso de la antipolítica  

La imagen de agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil entrando en la sede del PSOE de la calle de Ferraz y el Ministerio de Transportes, el viernes, acredita para Alberto Núñez Feijóo que el Gobierno y el partido socialista tienen “la causa de corrupción” más grave de la democracia española. Este sábado repitió ese argumentario Cuca Gamarra desde Pamplona. El PP se permite hacer estas afirmaciones a pesar de su pasado y las causas pendientes con la justicia de ex responsables populares, pero ni las grandes declaraciones ni la presión de quienes desde dentro del Partido Popular demandan una moción de censura mueven por el momento al jefe de la oposición. En el entorno del líder del PP se confiesan “muy tranquilos”, “sin ansiedad” y aseguran que continuarán deleitándose mientas Pedro Sánchez lidia con el trance de sus dos ex secretarios de Organización imputados, Santos Cerdán y José Luis Ábalos, por un supuesto caso corrupción.

—¿Esto refuerza la presión para presentar una moción?

—Esto refuerza mi posición de hacer lo que estoy haciendo y de hacer las cosas cuando las considere oportunas.

En esos términos respondió Feijóo a los periodistas pasadas las 13.00 horas del viernes mientras los agentes de la UCO todavía clonaban el correo electrónico de Santos Cerdán. Nada ha cambiado en la estrategia del cuartel general de Génova pese a la escalada, durante esta semana, del caso tutelado por el magistrado Leopoldo Puente del Tribunal Supremo. La consigna es esperar y “comer palomitas”, dicen fuentes populares, ante la situación del PSOE. “No hay ninguna prisa”, indican fuentes del gabinete del líder del PP sobre una eventual moción de censura. “No tengo constancia de que estemos más cerca” de la herramienta parlamentaria para echar abajo el Gobierno, añade un miembro del comité de dirección. “Estamos mirando y esperando desde la distancia”, añade otro integrante de la cúpula popular, apuntando a que dejarán que el presidente caiga por su propio peso.

Mientras la tormenta se ceba con el PSOE, Feijóo intenta adoptar un discurso más institucional, un tono menos hiperbólico incluso que el que utilizaba antes de que que se conociera el informe de la UCO que señala a Santos Cerdán, cuando el PP azuzaba a los suyos para que asistieran a la última manifestación de Madrid bajo el lema Mafia o democracia. En los últimos días, el líder del PP ha llenado su agenda, repleta de intervenciones en foros de distinta índole en los que reitera a los ciudadanos que no pierdan la fe en la clase política, que no se sumen en la desafección, que no todos los políticos son iguales. Porque, en medio del regocijo que reina en los pasillos de Génova, también hay quienes piensan en el partido que la crisis puede tener un efecto rebote en el propio PP. “No estoy contento, con esto suben los extremos”, aupados por el discurso de la antipolítica, aprecia otro miembro del comité de dirección del PP, partido también afectado por casos de corrupción en el pasado, con los que martillean Sánchez y Vox estos días.

Una encuesta publicada por el diario El Periódico, el miércoles pasado, y elaborada del 10 al 12 de junio (el 12 se publicó el informe de Cerdán), dispara los escaños de Vox. Según el sondeo realizado por Gabinete de Estudios Sociales y Opinión Pública (GESOP), la formación de Santiago Abascal se situaría entre 57 y 61 diputados (en el 23-J se quedó en 33). El PP se quedaría entre 131 y 135 (en las pasadas elecciones generales consiguió 137). Vox sigue presionando a Feijóo para que presente la moción de censura, ya que no disponen de los números para poder registrarla motu propio. “Siempre hemos querido crecer por el centro y por eso nunca hemos entrado al combate con Vox. Nuestra batalla es por el centro político en España”, aseguran fuentes próximas al líder del PP. Génova se aferra a otra reciente encuesta interna que, si bien no les sitúa en la mayoría absoluta, quedan muy por encima de los números de GESOP. Vox también aumenta, pero en menor medida.

Eso sí, los datos funcionan de momento como guía para trazar la táctica de los populares, toda vez que Sánchez descartó el lunes de plano la convocatoria anticipada de elecciones. Varios miembros de la ejecutiva del PP asumen que los comicios no serán antes de 2026, aunque ponen en solfa ese eventual escenario si la presunta red toca de lleno al presidente del Gobierno.

Se reduce el margen de maniobra de Ayuso

La vorágine judicial del caso Koldo ha opacado la publicación, el martes y el miércoles pasados, de sendas ponencias política y estatutaria del PP en la carrera al congreso nacional del partido de los próximos 4, 5 y 6 de julio. Precisamente, el primero de los textos, de carácter ideológico, deja la puerta abierta a los pactos con Vox a escala nacional. El segundo desveló la incógnita del sistema de primarias que Feijóo pretende instalar en la formación para cuando el actual líder del Partido Popular se retire. En el PP de Madrid no están conformes con el modelo planteado: en cada provincia, los militantes votan primero a los compromisarios, pero estos han de adherirse a la lista de un candidato concreto. Luego, quien haya logrado el mayor número de papeletas en cada provincia se lleva todos los compromisarios de ese candidato. Y, por último, ya en el congreso, esos compromisarios confirman al aspirante con una nueva votación.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ya ha anunciado que dará la batalla porque no comparte ese modelo y presentará enmiendas a la ponencia (tiene margen hasta el miércoles), pero en Génova están convencidos ahora de que la baronesa popular no puede permitirse el lujo de entrar al choque total, ante el congreso nacional de julio, cuando el viento sopla a favor de los populares por las revelaciones del caso Koldo. Nadie entendería una guerra abierta en canal en el seno del PP con Sánchez en la picota. El cónclave de los populares coincidirá además, en fecha y ubicación —el mismo fin de semana en Madrid— con el Comité Federal del PSOE que acometerá la remodelación de la ejecutiva socialista.

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