El PSOE conjura sus demonios por la trama de Cerdán y Ábalos en otro comité federal de alta intensidad

Los universos paralelos que coexisten en el PSOE, desde el de los más incondicionales a los más críticos con Pedro Sánchez pasando por el sector creciente que no se siente cómodo con ninguna etiqueta, convergerán el próximo sábado a las 10.30 de la mañana en Ferraz en un comité federal que, por primera vez en año y medio, no será de trámite. Salvo una nueva revelación de la Unidad Central Operativa (UCO) que ponga al Gobierno en la picota, el principal órgano de decisión de los socialistas no será sencillo para el presidente pero tampoco el réquiem de su mandato en La Moncloa. Aunque cada vez sean más los dirigentes que piensen que Sánchez ha gastado sus siete vidas políticas.

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 El discurso de apertura de Sánchez y los cambios en la dirección condicionarán la reacción de los barones en la peor crisis interna desde que es presidente  

Los universos paralelos que coexisten en el PSOE, desde el de los más incondicionales a los más críticos con Pedro Sánchez pasando por el sector creciente que no se siente cómodo con ninguna etiqueta, convergerán el próximo sábado a las 10.30 de la mañana en Ferraz en un comité federal que, por primera vez en año y medio, no será de trámite. Salvo una nueva revelación de la Unidad Central Operativa (UCO) que ponga al Gobierno en la picota, el principal órgano de decisión de los socialistas no será sencillo para el presidente pero tampoco el réquiem de su mandato en La Moncloa. Aunque cada vez sean más los dirigentes que piensen que Sánchez ha gastado sus siete vidas políticas.

La dirección del PSOE está convocada ese día una hora antes para aprobar su reestructuración. Eso son seis meses después de que fuera elegida en el Congreso Federal de Sevilla, tras la crisis desatada por la presunta participación de Santos Cerdán, secretario de Organización los últimos cuatro años, en la presunta trama corrupta junto a José Luis Ábalos, el anterior número tres de Sánchez, y Koldo García. El principal enigma por resolver es quién sucederá a Cerdán, que el lunes declara en el Tribunal Supremo. Lo único que está claro es que será una mujer, como demandaban los territorios, para paliar el daño de los audios denigrantes de Ábalos y García para un partido que se define como feminista y que tiene su mayor electorado en las mujeres.

Sánchez no ha dado ninguna pista, mientras los socialistas piensan en que sea Montse Mínguez, una de las integrantes de la dirección transitoria en Organización hasta el comité federal, aunque abundan quienes la descartan por ser del PSC y no tener un conocimiento profundo del partido. Otro nombre que suena es el de Pilar Bernabé, secretaria de Igualdad, delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana y candidata al Ayuntamiento de Valencia en 2027: en su contra para ser elegida juega paradójicamente su proyección creciente en la cuarta autonomía más poblada, en un partido donde no abundan los liderazgos naturales. “El partido es muy grande y el presidente está hablando con mucha gente”, piden calma en Ferraz.

Otros de los puntos del día de la ejecutiva, que deberá ratificar después el comité federal, es la elección de la comisión federal de listas, la vacante en la comisión federal de ética y garantías y la aprobación definitiva de las cuentas de 2024 y del presupuesto de este año. Toda una señal por parte de Sánchez de que el PSOE no se lucró de forma ilícita.

Como ya sucedió a finales de 2023 en otro momento a cara o cruz para el presidente del Gobierno, cuando reconoció ante el sanedrín socialista que hacía “de la necesidad virtud” con la amnistía para poder ser investido con los votos necesarios de Junts, la cita estará condicionada por la reacción de las baronías al discurso de apertura del secretario general. “El discurso es clave, va a marcar los términos del debate que se produzca”, entiende un secretario provincial. La remodelación de la cúpula del PSOE será el otro elemento que medirá la satisfacción o el desagrado con la respuesta de Sánchez a la catástrofe a la que han abocado al partido sus dos últimos secretarios de Organización. Sobre todo Cerdán, que ha dejado en shock al PSOE tras la publicación de los audios. “Las rosas tienen espinas y a veces te pinchas y sangras un poco. Esa es mi percepción de lo que va a pasar en el comité federal a no ser que nos caiga otra bomba nuclear de la UCO”, pronostica un líder territorial.

La opinión extendida en el PSOE es que Sánchez no se puede permitir una reforma de la ejecutiva timoratay mucho menos gatopardiana en la que sobrevivanlos afines a Cerdán en la dirección federal y la de los grupos parlamentarios―ni anuncios para combatir la corrupción vacíos de concreción mientras gana tiempo pendiente del calendario. El Gobierno calcula que los próximos informes de la UCO, que revelarán la magnitud del entramado corrupto, no se conocerán hasta el último trimestre del año. El miedo de los socialistas, tan perdidos que Cerdán formó parte del gabinete de crisis que Sánchez montó con su núcleo duro sin saber la calamidad que se le venía encima, es que haya ministros o altas personalidades del Estado que se vean implicadas. “El mazazo ético y moral sería letal. Nuestro game over”, piensa un ministro.

La financiación ilegal del PSOE es el otro miedo que carcome al PSOE, pero en Ferraz insisten que no hay nada. Sánchez ha dado su palabra, en las conversaciones que ha mantenido con los secretarios generales de las federaciones socialistas, que no ha habido financiación irregular. Los interlocutores consultados explican que en esas charlas el presidente no desveló sus cartas pero sí les llamó la atención que sacase, por iniciativa propia, el tema de la financiación. “Reconoció que no sabía lo que podía salir [de las investigaciones de la UCO], pero me dio su garantía de que no hubo financiación ilegal, que lo habían comprobado. Me lo aseguró de forma activa pese a que yo ni le había preguntado”, recuerda un líder autonómico.

La conclusión es que el mensaje fue premeditado y poco conciso, ya que otros barones preguntados tuvieron una charla similar. Dentro de esa ronda del presidente con el poder territorial, hubo quienes acudieron a La Moncloa como el president catalán, Salvador Illa, y el líder de los socialistas vascos, Eneko Andueza. Otros dirigentes conversaron telefónicamente con Sánchez. Y los hay que aún no han hablado con él.

Emiliano García-Page recibió el pasado domingo una llamada de María Jesús Montero. La número dos del PSOE y del Gobierno fue la encargada de ponerse en contacto con el presidente de Castilla-La Mancha, que según fuentes de su entorno esperaba haber abordado la crisis directamente con Sánchez. El único presidente socialista con mayoría absoluta y espolón del sector crítico esperaba el mismo trato que el resto de líderes territoriales. La plática fue rápida, de apenas cinco minutos, lo que da una idea del estado de la relación.

A la espera de comprobar si García-Page predica en el desierto o activa en el comité federal a quienes callan en público y le respaldan en privado, una preocupación que acucia en los territorios es el embotamiento del partido. “No hay Ferraz. No hay nadie al frente y quienes están ahora de forma interina tampoco tienen mucho margen”, opina un barón alineado con Sánchez. “Pero las críticas de Felipe [González] le han venido de perlas a Pedro para el cierre de filas”, alega otro. El rechazo de Sánchez a un superdomingo electoral es otro factor que ha contribuido a calmar las aguas más allá de la M-30. También ha actuado de pegamento la carta de una treintena de exdirigentes, entre ellos José Barrionuevo y Rafael Vera, condenados por los GAL, para “restituir el honor” de la formación.

Entretanto, la dirección colegiada nombrada el 16 de junio que ha suplido el vacío causado en Organización por la dimisión de Cerdán, y que integran Cristina Narbona (presidenta del PSOE), Borja Cabezón (responsable de calidad democrática y transparencia), Mínguez (al frente de Trabajo en la ejecutiva y secretaria general en el Congreso) y la gerente Ana Fuentes, finaliza su encargo el sábado. El día 20 enviaron una circular a los secretarios generales y de organización autonómicos y provinciales, que también firmaba Montero, en la que transmitieron su “plena voluntad de servicio” y “el propósito de ser útiles al conjunto del partido en esta etapa tan delicada como decisiva”.

“Vivimos un momento excepcional que nos interpela a todos, y que nos exige la mayor corresponsabilidad, unidad y generosidad desde cada rincón de nuestra organización. Es tiempo de estar más cerca que nunca, de cuidarnos políticamente y de sostenernos con firmeza y afecto colectivo”, arrancaba la misiva a la que ha tenido acceso EL PAÍS. “Queremos que sepáis que estamos aquí para acompañaros, para atender cualquier necesidad o dificultad que podáis encontrar en vuestro trabajo. No dudéis en recurrir a nosotros para resolver dudas, compartir inquietudes o proponer mejoras (…) La coordinación, la escucha activa y la información compartida serán nuestras herramientas más valiosas. Os rogamos por ello que reforcemos la comunicación permanente y el trabajo en común. Solo así podremos responder con altura a los retos que tenemos por delante”, recogía la carta, que para varios cargos que la recibieron deja claro el poder limitado y provisional que hay en la sala de máquinas de Ferraz.

Desde entonces la dirección transitoria ha organizado una reunión, esta semana, con las responsables de igualdad del partido. Y poco más. Mientras, en el PSOE cunde la inquietud de que Ferraz se convierta el sábado “en un espectáculo” por la afluencia de militantes de distintas partes de España, en una reedición desangelada del comité federal de abril del año pasado en el que el PSOE imploró a Sánchez que no renunciara. Dirigentes de distintas federaciones esperan que la dirección momentánea del partido envíe una circular a las agrupaciones para que las bases no se movilicen. “Podría ser hasta contraproducente. Ese día tiene que haber un debate sereno, no estamos para verbenas”, zanja un peso pesado de Ferraz.

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