Feijóo culmina un PP a su medida y en estado de euforia

“¡Paco Salazar nos ha hecho el congreso!”. A primera hora del sábado, recién llegados al plenario del congreso del PP, algunos dirigentes del núcleo duro popular no podían disimular su entusiasmo por la renuncia del estrecho colaborador de Pedro Sánchez a entrar en su ejecutiva acusado de acosar a mujeres. No se lo podían ni creer. “Lo de las mujeres les hace polvo, mucho más que la corrupción”, se felicitaba un presidente autonómico del PP sobre el PSOE. Los populares no cabían en sí de gozo. La euforia se contagió en un PP que cree que tiene muy cerca el poder. “Pedro Sánchez está herido de muerte”, proclamó el presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, antes de avisar a sus compañeros: “¡Id calentando, que pronto llegaremos al Gobierno!”.

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 El partido se une detrás de Feijóo para propulsarle hacia La Moncloa mientras endurece su discurso para taponar a Vox  

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en el congreso del partido.

“¡Paco Salazar nos ha hecho el congreso!”. A primera hora del sábado, recién llegados al plenario del congreso del PP, algunos dirigentes del núcleo duro popular no podían disimular su entusiasmo por la renuncia del estrecho colaborador de Pedro Sánchez a entrar en su ejecutiva acusado de acosar a mujeres. No se lo podían ni creer. “Lo de las mujeres les hace polvo, mucho más que la corrupción”, se felicitaba un presidente autonómico del PP sobre el PSOE. Los populares no cabían en sí de gozo. La euforia se contagió en un PP que cree que tiene muy cerca el poder. “Pedro Sánchez está herido de muerte”, proclamó el presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, antes de avisar a sus compañeros: “¡Id calentando, que pronto llegaremos al Gobierno!”.

A Feijóo se le ha quitado ya el miedo del cuerpo por el trauma de las elecciones del 23-J, cuando se quedó a las puertas de convertirse en presidente. “Estoy seguro de que vamos a llegar”, confesó este sábado desde el escenario del congreso, en su discurso como candidato a la presidencia del partido, en la que fue refrendado con el 99,24% de los votos. “En 2023 nos faltaron cuatro escaños para hacerte presidente. No se va a repetir”, se había disculpado antes, desde la tribuna del plenario, Miguel Tellado, el todopoderoso recién elegido secretario general, a cargo de aquella fatídica campaña que les dejó en la orilla.

Pero Feijóo y todo el PP cree que, tras el estallido del caso Cerdán, ya no volverá a pasar. “Todo el mundo ve a Feijóo como presidente. No sabemos cómo, si con Vox o sin Vox, pero presidente”, enfatiza un barón popular.

El político gallego querría que fuera sin Vox, y por eso dijo en su discurso ante toda la plana mayor del PP que su objetivo es alcanzar los 10 millones de votos. “No estoy aquí para esperar un turno”, subrayó en referencia velada al ala dura, que cree que le falta colmillo. “Sé que hay gente de buena fe que duda de que pueda cumplir mis compromisos”, reflexionó, antes de prometer una transformación de calado del país si llega a gobernar. “No pretendo un cambio de siglas en La Moncloa”, clamó Feijóo ante los suyos, “pretendo un cambio de raíz en España”.

El líder del PP nunca lo ha tenido más fácil, según las encuestas. El escándalo de corrupción que ha estallado en el corazón del PSOE golpea de forma grave sus expectativas electorales, según el último barómetro del instituto 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER. Los socialistas están en su peor dato (27%) desde las elecciones del 23-J. El PP alcanza el 33,3% y con la mayor ventaja sobre el PSOE desde las generales.

El único dato que preocupa al PP es el de Vox. La extrema derecha sigue al alza, y sube hasta el 15,2%, su mejor valor desde las elecciones del 2023.

“Para mí la gran pregunta es”, reflexiona el politólogo y profesor de la Universidad Carlos III de Madrid Pablo Simón: “¿Cuánto del malestar de la izquierda por el caso Cerdán va a desembocar en el PP, o cuánto va a terminar en opciones más extremas, como Vox o Se Acabó la Fiesta?”.

Con el mismo temor, Feijóo se ha movido para tratar de taponar a Vox. El PP que sale de este 21º congreso es un partido comandado por perfiles más duros y que ha endurecido su discurso. “Ahora pelear por atraer a votantes socialistas no tiene mucho sentido, la gente es cada vez más fanática, y tenemos un rival fuerte por la derecha”, analiza un barón del PP. “Si a eso le sumas que el Gobierno hace barbaridades”, opina, “tienes que endurecer el discurso”.

Los populares han desdibujado las fronteras ideológicas con la extrema derecha sobre todo en inmigración y políticas climáticas. Lejos queda el escarceo social de Feijóo de hace unos meses, cuando propuso concentrar la jornada laboran en cuatro días y soliviantó a la patronal y al PP de Madrid. La dirigencia quiere mordiente, como demostró el largo aplauso que recibió la diputada Cayetana Álvarez de Toledo cuando Feijóo anunció que la incluiría en el comité ejecutivo nacional.

Nadie citó a Vox en el congreso de Madrid, pero el fantasma de la extrema derecha sobrevolaba en el ambiente. La coordinadora de la ponencia política y figura al alza como nueva vicesecretaria de Acción Sectorial, Alma Ezcurra, se refirió de forma velada al desafío que plantean los ultras al PP. “¿Tenéis claro cuál es el propósito del PP?“, preguntó al plenario. ”Tengo un poco la sensación de que de alguna manera nos hemos olvidado. Del por qué de las cosas: de quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos. Y el problema es que, donde hay olvido, el vacío entre lo que pensamos y lo que decimos acaban llenándolo otros”.

El propio Feijóo ha tenido que ayusizarse y promover una reafirmación ideológica para cortar el flujo hacia la extrema derecha. Organizó una manifestación bajo el lema “mafia o democracia” y, hace solo unos días, sembró sospechas sobre el escrutinio del 23-J. Muy lejos queda el político que prometió una oposición moderada que tendiera la mano a pactos de Estado cuando fue elegido por primera vez líder del PP, en Sevilla hace ahora tres años.

El nuevo PP ha metido una marcha más al antisanchismo. “Ferraz es un velatorio”, se gustó Tellado, el nuevo hombre fuerte. “Hoy celebran un comité funeral. Un funeral político de un sanchismo que está más muerto que vivo”. Y desafió a quienes critican su estilo: “Dicen que hemos hechos una oposición dura. Que somos entre fachas y muy fachas. Lo que es duro es ver a un Gobierno robar”.

El PP se ha unido detrás de su líder para ayudarlo a llegar a La Moncloa, así que no se ha movido ni una sola hoja en el congreso. Los más veteranos no recuerdan un cónclave tan pacífico como este, en el que no ha llegado ni una sola enmienda viva en la ponencia política. La presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha aceptado quedar desdibujada y el valenciano Carlos Mazón, su principal problema orgánico, cumplió con el perfil bajo.

Algunas voces populares advierten a sus compañeros de que tengan cuidado con el exceso de triunfalismo. “Algunos están corriendo como para un sprint de 400 metros; pero como la carrera sea de 1.200, llegamos desfondados. ¿Quién ha dicho que las elecciones van a ser pasado mañana?“, alerta un dirigente. FAES, la fundación de José María Aznar, escribe en su último editorial: “Hay que apartar la creencia de que Feijóo no tiene más que empujar el balón, porque es falso”. El think tank de Aznar avisa de que la batalla todavía hay que ganarla: “La movilización antisanchista, por definición, se agotará con Sánchez, y no sabemos contra qué socialista habrá que competir”.

Al final de la mañana, este sábado, unos cánticos en gallego irrumpieron a toda voz en la plaza central del congreso del PP. “¡Ondiñas veñen, Ondiñas veñen, Ondiñas veñen e van. Non te vaias rianxeira, Que te vas a marear! (¡Olas vienen, olas vienen, olas vienen y van. No te vayas, rianxeira, que te vas a marear!)”. Feijóo cantaba sonriente, con un leve balanceo, acompañado del presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, y de su general secretario, Miguel Tellado, rodeados de 300 compromisarios de la delegación gallega. No era el grupo más numeroso del congreso del PP, pero sí el más sonoro, y el más relevante.

El poder gallego ha vuelto a tomar el PP como nunca, dicen en el partido: Feijóo ha ungido a un secretario general con un poder sin precedentes, Tellado, que en realidad “es una extensión de sí mismo”. Tres años después, el líder del PP ha culminado un partido a su medida y se ha emancipado de la confederación de barones que lo aupó. Le queda una oportunidad, y ahora se la juega él.

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