La tecnología amplifica la emoción en las bodas

¿Quién dijo que la tecnología no puede ser emocional? Sólo hay que asistir a una boda para darse cuenta de cómo la innovación ha llegado para quedarse y amplificar las emociones en uno de los días más especiales de una pareja. Y si una imagen vale más que mil palabras, pocas escenas lo ilustran mejor que la entrada de la novia, captada por 40 o 50 móviles alzados al mismo tiempo, describe el fotógrafo de bodas Javier Mariscal Ariza.Todo comienza incluso antes del gran día, cuando muchas parejas optan por enviar invitaciones virtuales o interactivas , que no solo informan, sino que permiten elegir el menú, indicar alergias, e incluso sugerir canciones para la fiesta. Estas invitaciones suelen ir acompañadas de códigos QR personalizados, que conectan con mapas interactivos, listas de regalos, álbumes previos o una playlist compartida. También se integran sistemas de RSVP automáticos, que permiten confirmar asistencia con un solo clic, optimizando la organización del evento desde el primer momento.Como explica Sandra Escurza, directora académica de Mindway y ELLE Education en la Universidad Camilo José Cela, «estamos viviendo una transformación silenciosa, pero profunda, en el mundo de las bodas . El uso de la tecnología está redefiniendo todo el proceso de planificación». Desde lo más visual, como las pistas LED o los drones, hasta herramientas funcionales como los mapas interactivos o las confirmaciones automáticas. Esta evolución no solo busca belleza, sino también eficiencia. «Muchas parejas no solo quieren una boda bonita, sino una experiencia fluida, visual e inmersiva , y eso empieza antes incluso del gran día». Desde MaryMe destacan cómo su ‘wedding planner’ virtual basado en inteligencia artificial puede guíar a las parejas paso a paso, con herramientas para gestionar el presupuesto, diseñar el ‘seating plan’ o personalizar la decoración. Su herramienta estrella, el Decorador, permite visualizar en tiempo real cómo quedará el espacio, aportando seguridad y libertad creativa a los novios.Noticia Relacionada ARTE estandar Si Alicia Framis: Sí, quiero (casarme con una inteligencia artificial) Javier Díaz-Guardiola El 9 de noviembre, la creadora española contraerá matrimonio con su actual parejaEso sí, no todas las parejas utilizan todas las herramientas disponibles. «Cada una elige libremente las funcionalidades que encajan con su estilo, sus prioridades y su forma de celebrar. Algunas prefieren una organización 100% digital, mientras que otras combinan lo clásico con lo moderno de forma muy personal. La clave está en ofrecer opciones flexibles que se adapten a cada historia de amor».Las generaciones más jóvenes, millennials y Z, son quienes más abrazan estas tendencias por su alta afinidad digital y buscan integrar la tecnología de forma natural y creativa en su boda, indican los expertos. «Están acostumbradas a la inmediatez, la personalización y la integración digital. Lo que más nos piden son experiencias inmersivas como cabinas 360º , apps personalizadas, códigos QR que acceden a vídeos o álbumes digitales, e invitaciones en formato reel o con animación en realidad aumentada », indica Escurza. En cambio, las parejas más adultas tienden a preferir un equilibrio entre tecnología y tradición, priorizando herramientas que aporten eficiencia como la visualización 3D del espacio o la gestión digital de invitados, sin renunciar al encanto de lo clásico.Tecnología con pielEn España, a pese a todo, las bodas siguen siendo bastante tradicionales, asegura Mariscal. «Las nuevas generaciones tienden a ser más disruptivas, pero de momento seguimos buscando ese equilibrio entre lo humano y lo tecnológico». La clave está en que la tecnología no reemplace la emoción, sino que la potencie. Una boda no deja de ser un acto simbólico , cargado de emociones, y cualquier innovación debe respetar esa esencia. Para ello desde MaryMe indican que es importante conservar rituales familiares o religiosos, pero integrando soluciones digitales que hagan todo más fluido y personalizado, combinando tradición y tecnología de forma armónica.Durante la ceremonia y la celebración, la presencia tecnológica se vuelve aún más perceptible. Las transmisiones en vivo permiten que amigos y familiares que no han podido asistir lo vivan desde cualquier parte del mundo. Las pantallas táctiles ayudan a los invitados a encontrar su mesa o interactuar con contenidos personalizados, mientras que las proyecciones visuales, el mapping o los juegos de luces transforman los espacios en escenarios inmersivos. Los drones sobrevolando el evento capturan perspectivas aéreas espectaculares, y las pistas LED interactúan con la música, elevando el ambiente a otro nivel. Incluso los robots camareros hacen su aparición en algunas bodas, sirviendo bebidas o dando un toque de espectáculo. Sin olvidar la visión más ‘trenddy’ y amable combinada de las tendencias que aportan las cámarasPero entre tanta tecnología de última generación, hay un detalle que destaca por su sencillez y encanto y son las cámaras instantáneas, nos cuenta Marisacal. Las clásicas cámaras, distribuidas por las mesas o en rincones decorativos, siguen siendo una de las propuestas favoritas de los novios por su estética ‘vintage’, su inmediatez tangible y ese toque trendy y amable que combina nostalgia con modernidad. Además, los invitados pueden llevarse la foto o dejarla en un álbum improvisado, como parte de un ritual espontáneo que mezcla emoción, diversión y recuerdo físico.En este panorama, la inteligencia artificial también comienza a hacerse un hueco. A los ‘wedding planner’ les ayuda a ser más eficientes y creativos. Se pueden generar ‘moodboards’ personalizados en segundos, encontrar paletas cromáticas ideales, sugerencias florales o incluso diseñar decoraciones según los gustos de los novios y la estación del año. «Incluso se está empezando a usar para escribir votos, redactar discursos o elegir playlists personalizadas, e incluso hay asistentes virtuales que acompañan a los invitados antes y durante la boda, resolviendo dudas o guiando itinerarios», continúa explicando Escurza. Pero la IA también ha transformado por completo la forma en que los fotógrafos trabajan, editan y entregan sus reportajes. «Gracias a ella y a los software de edición, puedo tener un catálogo de mil fotos editado en diez minutos», comenta Mariscal. Programas como Lightroom, con sistemas de IA, permiten crear coherencia visual, aplicar ajustes masivos y liberar tiempo para la parte creativa del trabajo. Sin embargo, matiza, la tecnología es una herramienta, no un sustituto : «Yo sigo revisando todo porque el reportaje que entrego tiene que tener alma. No puede estar editado por una máquina que no entiende que ese gesto, esa luz, esa lágrima, tiene un peso emocional concreto».DemocratizaciónPero, ¿es realmente accesible toda esta tecnología? Los expertos coinciden en que, hasta hace apenas unos años, hablar de drones, apps personalizadas o experiencias interactivas era sinónimo de lujo pero hoy en día, muchas de estas herramientas se han democratizado y permiten incorporar innovación sin disparar los costes . Uno de los aportes de plataformas como MaryMe es justamente ese, acercar la tecnología al gran público, facilitar el acceso a recursos profesionales de planificación y digitalización sin necesidad de grandes inversiones. Eso sí, una pista LED coreografiada o una experiencia inmersiva completa siguen siendo opciones premium . La clave está en elegir lo que realmente aporta valor, no usar tecnología porque está de moda, concluyen. En todo caso, el equilibrio entre lo digital y lo humano sigue siendo esencial. Lo que hace única a una boda no es una aplicación sino cómo ayuda a que todo fluya y los novios puedan disfrutar sin preocupaciones.Por otra parte, no podemos ignorar la tendencia emergente a ser más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente. En este sentido, la tecnología también está ayudando a organizar bodas más conscientes con aplicaciones que calculan el impacto ambiental, menús de bajo desperdicio , o realidad aumentada que evita montajes físicos innecesarios. En un futuro, veremos más bodas híbridas y el uso del metaverso en prebodas o despedidas virtuales. «El futuro ya está aquí y no es frío ni robótico, es emocional, personalizado y con propósito», puntualiza Escurza. ¿Quién dijo que la tecnología no puede ser emocional? Sólo hay que asistir a una boda para darse cuenta de cómo la innovación ha llegado para quedarse y amplificar las emociones en uno de los días más especiales de una pareja. Y si una imagen vale más que mil palabras, pocas escenas lo ilustran mejor que la entrada de la novia, captada por 40 o 50 móviles alzados al mismo tiempo, describe el fotógrafo de bodas Javier Mariscal Ariza.Todo comienza incluso antes del gran día, cuando muchas parejas optan por enviar invitaciones virtuales o interactivas , que no solo informan, sino que permiten elegir el menú, indicar alergias, e incluso sugerir canciones para la fiesta. Estas invitaciones suelen ir acompañadas de códigos QR personalizados, que conectan con mapas interactivos, listas de regalos, álbumes previos o una playlist compartida. También se integran sistemas de RSVP automáticos, que permiten confirmar asistencia con un solo clic, optimizando la organización del evento desde el primer momento.Como explica Sandra Escurza, directora académica de Mindway y ELLE Education en la Universidad Camilo José Cela, «estamos viviendo una transformación silenciosa, pero profunda, en el mundo de las bodas . El uso de la tecnología está redefiniendo todo el proceso de planificación». Desde lo más visual, como las pistas LED o los drones, hasta herramientas funcionales como los mapas interactivos o las confirmaciones automáticas. Esta evolución no solo busca belleza, sino también eficiencia. «Muchas parejas no solo quieren una boda bonita, sino una experiencia fluida, visual e inmersiva , y eso empieza antes incluso del gran día». Desde MaryMe destacan cómo su ‘wedding planner’ virtual basado en inteligencia artificial puede guíar a las parejas paso a paso, con herramientas para gestionar el presupuesto, diseñar el ‘seating plan’ o personalizar la decoración. Su herramienta estrella, el Decorador, permite visualizar en tiempo real cómo quedará el espacio, aportando seguridad y libertad creativa a los novios.Noticia Relacionada ARTE estandar Si Alicia Framis: Sí, quiero (casarme con una inteligencia artificial) Javier Díaz-Guardiola El 9 de noviembre, la creadora española contraerá matrimonio con su actual parejaEso sí, no todas las parejas utilizan todas las herramientas disponibles. «Cada una elige libremente las funcionalidades que encajan con su estilo, sus prioridades y su forma de celebrar. Algunas prefieren una organización 100% digital, mientras que otras combinan lo clásico con lo moderno de forma muy personal. La clave está en ofrecer opciones flexibles que se adapten a cada historia de amor».Las generaciones más jóvenes, millennials y Z, son quienes más abrazan estas tendencias por su alta afinidad digital y buscan integrar la tecnología de forma natural y creativa en su boda, indican los expertos. «Están acostumbradas a la inmediatez, la personalización y la integración digital. Lo que más nos piden son experiencias inmersivas como cabinas 360º , apps personalizadas, códigos QR que acceden a vídeos o álbumes digitales, e invitaciones en formato reel o con animación en realidad aumentada », indica Escurza. En cambio, las parejas más adultas tienden a preferir un equilibrio entre tecnología y tradición, priorizando herramientas que aporten eficiencia como la visualización 3D del espacio o la gestión digital de invitados, sin renunciar al encanto de lo clásico.Tecnología con pielEn España, a pese a todo, las bodas siguen siendo bastante tradicionales, asegura Mariscal. «Las nuevas generaciones tienden a ser más disruptivas, pero de momento seguimos buscando ese equilibrio entre lo humano y lo tecnológico». La clave está en que la tecnología no reemplace la emoción, sino que la potencie. Una boda no deja de ser un acto simbólico , cargado de emociones, y cualquier innovación debe respetar esa esencia. Para ello desde MaryMe indican que es importante conservar rituales familiares o religiosos, pero integrando soluciones digitales que hagan todo más fluido y personalizado, combinando tradición y tecnología de forma armónica.Durante la ceremonia y la celebración, la presencia tecnológica se vuelve aún más perceptible. Las transmisiones en vivo permiten que amigos y familiares que no han podido asistir lo vivan desde cualquier parte del mundo. Las pantallas táctiles ayudan a los invitados a encontrar su mesa o interactuar con contenidos personalizados, mientras que las proyecciones visuales, el mapping o los juegos de luces transforman los espacios en escenarios inmersivos. Los drones sobrevolando el evento capturan perspectivas aéreas espectaculares, y las pistas LED interactúan con la música, elevando el ambiente a otro nivel. Incluso los robots camareros hacen su aparición en algunas bodas, sirviendo bebidas o dando un toque de espectáculo. Sin olvidar la visión más ‘trenddy’ y amable combinada de las tendencias que aportan las cámarasPero entre tanta tecnología de última generación, hay un detalle que destaca por su sencillez y encanto y son las cámaras instantáneas, nos cuenta Marisacal. Las clásicas cámaras, distribuidas por las mesas o en rincones decorativos, siguen siendo una de las propuestas favoritas de los novios por su estética ‘vintage’, su inmediatez tangible y ese toque trendy y amable que combina nostalgia con modernidad. Además, los invitados pueden llevarse la foto o dejarla en un álbum improvisado, como parte de un ritual espontáneo que mezcla emoción, diversión y recuerdo físico.En este panorama, la inteligencia artificial también comienza a hacerse un hueco. A los ‘wedding planner’ les ayuda a ser más eficientes y creativos. Se pueden generar ‘moodboards’ personalizados en segundos, encontrar paletas cromáticas ideales, sugerencias florales o incluso diseñar decoraciones según los gustos de los novios y la estación del año. «Incluso se está empezando a usar para escribir votos, redactar discursos o elegir playlists personalizadas, e incluso hay asistentes virtuales que acompañan a los invitados antes y durante la boda, resolviendo dudas o guiando itinerarios», continúa explicando Escurza. Pero la IA también ha transformado por completo la forma en que los fotógrafos trabajan, editan y entregan sus reportajes. «Gracias a ella y a los software de edición, puedo tener un catálogo de mil fotos editado en diez minutos», comenta Mariscal. Programas como Lightroom, con sistemas de IA, permiten crear coherencia visual, aplicar ajustes masivos y liberar tiempo para la parte creativa del trabajo. Sin embargo, matiza, la tecnología es una herramienta, no un sustituto : «Yo sigo revisando todo porque el reportaje que entrego tiene que tener alma. No puede estar editado por una máquina que no entiende que ese gesto, esa luz, esa lágrima, tiene un peso emocional concreto».DemocratizaciónPero, ¿es realmente accesible toda esta tecnología? Los expertos coinciden en que, hasta hace apenas unos años, hablar de drones, apps personalizadas o experiencias interactivas era sinónimo de lujo pero hoy en día, muchas de estas herramientas se han democratizado y permiten incorporar innovación sin disparar los costes . Uno de los aportes de plataformas como MaryMe es justamente ese, acercar la tecnología al gran público, facilitar el acceso a recursos profesionales de planificación y digitalización sin necesidad de grandes inversiones. Eso sí, una pista LED coreografiada o una experiencia inmersiva completa siguen siendo opciones premium . La clave está en elegir lo que realmente aporta valor, no usar tecnología porque está de moda, concluyen. En todo caso, el equilibrio entre lo digital y lo humano sigue siendo esencial. Lo que hace única a una boda no es una aplicación sino cómo ayuda a que todo fluya y los novios puedan disfrutar sin preocupaciones.Por otra parte, no podemos ignorar la tendencia emergente a ser más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente. En este sentido, la tecnología también está ayudando a organizar bodas más conscientes con aplicaciones que calculan el impacto ambiental, menús de bajo desperdicio , o realidad aumentada que evita montajes físicos innecesarios. En un futuro, veremos más bodas híbridas y el uso del metaverso en prebodas o despedidas virtuales. «El futuro ya está aquí y no es frío ni robótico, es emocional, personalizado y con propósito», puntualiza Escurza.  

¿Quién dijo que la tecnología no puede ser emocional? Sólo hay que asistir a una boda para darse cuenta de cómo la innovación ha llegado para quedarse y amplificar las emociones en uno de los días más especiales de una pareja. Y si una imagen vale más que mil palabras, pocas escenas lo ilustran mejor que la entrada de la novia, captada por 40 o 50 móviles alzados al mismo tiempo, describe el fotógrafo de bodas Javier Mariscal Ariza.

Todo comienza incluso antes del gran día, cuando muchas parejas optan por enviar invitaciones virtuales o interactivas, que no solo informan, sino que permiten elegir el menú, indicar alergias, e incluso sugerir canciones para la fiesta. Estas invitaciones suelen ir acompañadas de códigos QR personalizados, que conectan con mapas interactivos, listas de regalos, álbumes previos o una playlist compartida. También se integran sistemas de RSVP automáticos, que permiten confirmar asistencia con un solo clic, optimizando la organización del evento desde el primer momento.

Como explica Sandra Escurza, directora académica de Mindway y ELLE Education en la Universidad Camilo José Cela, «estamos viviendo una transformación silenciosa, pero profunda, en el mundo de las bodas. El uso de la tecnología está redefiniendo todo el proceso de planificación». Desde lo más visual, como las pistas LED o los drones, hasta herramientas funcionales como los mapas interactivos o las confirmaciones automáticas. Esta evolución no solo busca belleza, sino también eficiencia. «Muchas parejas no solo quieren una boda bonita, sino una experiencia fluida, visual e inmersiva, y eso empieza antes incluso del gran día». Desde MaryMe destacan cómo su ‘wedding planner’ virtual basado en inteligencia artificial puede guíar a las parejas paso a paso, con herramientas para gestionar el presupuesto, diseñar el ‘seating plan’ o personalizar la decoración. Su herramienta estrella, el Decorador, permite visualizar en tiempo real cómo quedará el espacio, aportando seguridad y libertad creativa a los novios.

Eso sí, no todas las parejas utilizan todas las herramientas disponibles. «Cada una elige libremente las funcionalidades que encajan con su estilo, sus prioridades y su forma de celebrar. Algunas prefieren una organización 100% digital, mientras que otras combinan lo clásico con lo moderno de forma muy personal. La clave está en ofrecer opciones flexibles que se adapten a cada historia de amor».

Las generaciones más jóvenes, millennials y Z, son quienes más abrazan estas tendencias por su alta afinidad digital y buscan integrar la tecnología de forma natural y creativa en su boda, indican los expertos. «Están acostumbradas a la inmediatez, la personalización y la integración digital. Lo que más nos piden son experiencias inmersivas como cabinas 360º, apps personalizadas, códigos QR que acceden a vídeos o álbumes digitales, e invitaciones en formato reel o con animación en realidad aumentada», indica Escurza. En cambio, las parejas más adultas tienden a preferir un equilibrio entre tecnología y tradición, priorizando herramientas que aporten eficiencia como la visualización 3D del espacio o la gestión digital de invitados, sin renunciar al encanto de lo clásico.

Tecnología con piel

En España, a pese a todo, las bodas siguen siendo bastante tradicionales, asegura Mariscal. «Las nuevas generaciones tienden a ser más disruptivas, pero de momento seguimos buscando ese equilibrio entre lo humano y lo tecnológico». La clave está en que la tecnología no reemplace la emoción, sino que la potencie. Una boda no deja de ser un acto simbólico, cargado de emociones, y cualquier innovación debe respetar esa esencia. Para ello desde MaryMe indican que es importante conservar rituales familiares o religiosos, pero integrando soluciones digitales que hagan todo más fluido y personalizado, combinando tradición y tecnología de forma armónica.

Durante la ceremonia y la celebración, la presencia tecnológica se vuelve aún más perceptible. Las transmisiones en vivo permiten que amigos y familiares que no han podido asistir lo vivan desde cualquier parte del mundo. Las pantallas táctiles ayudan a los invitados a encontrar su mesa o interactuar con contenidos personalizados, mientras que las proyecciones visuales, el mapping o los juegos de luces transforman los espacios en escenarios inmersivos. Los drones sobrevolando el evento capturan perspectivas aéreas espectaculares, y las pistas LED interactúan con la música, elevando el ambiente a otro nivel. Incluso los robots camareros hacen su aparición en algunas bodas, sirviendo bebidas o dando un toque de espectáculo. Sin olvidar la visión más ‘trenddy’ y amable combinada de las tendencias que aportan las cámaras

Pero entre tanta tecnología de última generación, hay un detalle que destaca por su sencillez y encanto y son las cámaras instantáneas, nos cuenta Marisacal. Las clásicas cámaras, distribuidas por las mesas o en rincones decorativos, siguen siendo una de las propuestas favoritas de los novios por su estética ‘vintage’, su inmediatez tangible y ese toque trendy y amable que combina nostalgia con modernidad. Además, los invitados pueden llevarse la foto o dejarla en un álbum improvisado, como parte de un ritual espontáneo que mezcla emoción, diversión y recuerdo físico.

En este panorama, la inteligencia artificial también comienza a hacerse un hueco. A los ‘wedding planner’ les ayuda a ser más eficientes y creativos. Se pueden generar ‘moodboards’ personalizados en segundos, encontrar paletas cromáticas ideales, sugerencias florales o incluso diseñar decoraciones según los gustos de los novios y la estación del año. «Incluso se está empezando a usar para escribir votos, redactar discursos o elegir playlists personalizadas, e incluso hay asistentes virtuales que acompañan a los invitados antes y durante la boda, resolviendo dudas o guiando itinerarios», continúa explicando Escurza.

Pero la IA también ha transformado por completo la forma en que los fotógrafos trabajan, editan y entregan sus reportajes. «Gracias a ella y a los software de edición, puedo tener un catálogo de mil fotos editado en diez minutos», comenta Mariscal. Programas como Lightroom, con sistemas de IA, permiten crear coherencia visual, aplicar ajustes masivos y liberar tiempo para la parte creativa del trabajo. Sin embargo, matiza, la tecnología es una herramienta, no un sustituto: «Yo sigo revisando todo porque el reportaje que entrego tiene que tener alma. No puede estar editado por una máquina que no entiende que ese gesto, esa luz, esa lágrima, tiene un peso emocional concreto».

Democratización

Pero, ¿es realmente accesible toda esta tecnología? Los expertos coinciden en que, hasta hace apenas unos años, hablar de drones, apps personalizadas o experiencias interactivas era sinónimo de lujo pero hoy en día, muchas de estas herramientas se han democratizado y permiten incorporar innovación sin disparar los costes. Uno de los aportes de plataformas como MaryMe es justamente ese, acercar la tecnología al gran público, facilitar el acceso a recursos profesionales de planificación y digitalización sin necesidad de grandes inversiones. Eso sí, una pista LED coreografiada o una experiencia inmersiva completa siguen siendo opciones premium. La clave está en elegir lo que realmente aporta valor, no usar tecnología porque está de moda, concluyen. En todo caso, el equilibrio entre lo digital y lo humano sigue siendo esencial. Lo que hace única a una boda no es una aplicación sino cómo ayuda a que todo fluya y los novios puedan disfrutar sin preocupaciones.

Por otra parte, no podemos ignorar la tendencia emergente a ser más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente. En este sentido, la tecnología también está ayudando a organizar bodas más conscientes con aplicaciones que calculan el impacto ambiental, menús de bajo desperdicio, o realidad aumentada que evita montajes físicos innecesarios. En un futuro, veremos más bodas híbridas y el uso del metaverso en prebodas o despedidas virtuales. «El futuro ya está aquí y no es frío ni robótico, es emocional, personalizado y con propósito», puntualiza Escurza.

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