Los médicos alertan: basta un refresco ‘cero’ diario para acelerar el envejecimiento del cerebro y perder memoria

Los edulcorantes artificiales han ganado popularidad como sustitutos «seguros» frente al exceso de azúcar, pero su consumo no es inocuo.
Más información: El edulcorante sin calorías muy común que se relaciona con un aumento de infartos e ictus Los edulcorantes artificiales han ganado popularidad como sustitutos «seguros» frente al exceso de azúcar, pero su consumo no es inocuo.
Más información: El edulcorante sin calorías muy común que se relaciona con un aumento de infartos e ictus  

El uso de edulcorantes artificiales se ha ido popularizando desde que cesó la «guerra» contra las grasas y empezó la contienda contra los azúcares añadidos. Los edulcorantes sin calorías se han posicionado como una alternativa segura frente a la obesidad y la diabetes. Sin embargo, ni todos son iguales, ni su consumo a lo largo del tiempo sería inocuo.

Un estudio publicado en la revista Neurology advierte sobre un nuevo perjuicio asociado al consumo de edulcorantes a largo plazo. Tomar una mayor cantidad de alimentos como refrescos, bebidas energéticas, yogures y postres bajos en calorías edulcorados con estos compuestos aumentaría el riesgo de deterioro cognitivo a medio y largo plazo.

El nuevo estudio analizó el consumo de siete tipos de edulcorantes bajos en calorías o sin calorías a largo plazo, los más usados hoy en día por la industria, y su potencial relación con el deterioro cognitivo. Hablamos del aspartamo, sacarina, acesulfamo-K, eritritol, xilitol, sorbitol y tagatosa.

«Los edulcorantes bajos en calorías o sin calorías suelen considerarse una alternativa saludable al azúcar. Pero nuestros hallazgos sugieren que ciertos edulcorantes pueden tener efectos negativos en la salud cerebral con el tiempo», explica Claudia Kimie Suemoto, de la Universidad Sao Paulo de Brasil.

Para el estudio se analizaron los datos de 12.772 adultos de todo Brasil, con una edad promedio de 52 años y un seguimiento medio de ocho años. Todos los participantes completaron cuestionarios sobre alimentación al inicio del estudio. Posteriormente se dividieron en tres grupos, dependiendo de la cantidad total de edulcorantes artificiales que consumían.

Así, el grupo de menor consumo no sobrepasaba los 20 mg/día, mientras que el mayor alcanzaba los 191 mg/día totales. En el caso del aspartamo, esta cantidad equivale a una lata de refresco ‘cero’. Por su parte, el sorbitol fue el edulcorante más consumido, con un promedio de 64 mg/día.

Todos los participantes realizaron pruebas cognitivas al inicio, a la mitad y al final del estudio para evaluar su memoria, lenguaje y habilidades de pensamiento. Estas pruebas evaluaron áreas como la fluidez verbal, la memoria de trabajo, la evocación de palabras y la velocidad del pensamiento.

Tras realizar ajustes según edad, sexo y diagnóstico de hipertensión y enfermedad cardiovasculares, se llegó a las siguientes conclusiones:

– Los participantes que consumían una mayor cantidad de edulcorantes presentaban un deterioro más veloz en sus habilidades de pensamiento y memoria, un 62% más rápido o el equivalente a 1,6 años más de envejecimiento.

– Los participantes que consumían una cantidad media de edulcorantes experimentaron un deterioro un 35% más rápido que quienes realizaban el consumo más bajo, o el equivalente a 1,3 años más de envejecimiento.

– Las personas menores de 60 años que consumían más edulcorantes presentaban un deterioro más rápido en fluidez verbal y cognición general en comparación con quienes consumían menores cantidades.

– No se detectaron relaciones en las personas mayores de 60 años.

– Las personas que sufrían diabetes y consumían edulcorantes experimentaban un deterioro cognitivo más rápido que aquellos que no sufrían diabetes.

Respecto a los edulcorantes estudiados, el aspartamo, sacarina, acesulfamo-K, eritritol, sorbitol y xilitol se asociaron con un deterioro más rápido de la cognición general, especialmente de la memoria. No hubo relación entre la tagatosa y el deterioro cognitivo.

«Si bien encontramos vínculos con el deterioro cognitivo en personas de mediana edad, tanto con como sin diabetes, las personas con diabetes son más propensas a usar edulcorantes artificiales como sustitutos del azúcar», apunta Suemoto.

«Se necesita más investigación para confirmar nuestros hallazgos y para investigar si otras alternativas al azúcar refinado, como el puré de manzana, la miel o el jarabe de arce o el azúcar de coco, podrían ser eficaces», añade.

Como limitación del estudio, los investigadores destacan que no pudieron estudiar todos los edulcorantes artificiales disponibles en el mercado. Además, las encuestas fueron autoinformadas, algo que expone el estudio a sesgos de precisión y memoria.

 elespanol – Salud

Noticias Relacionadas