“Me han partido el alma”. Medio millar de personas exige explicaciones y que se recupere la imagen original de la Macarena

“Me han partido el alma. Esta no es mi virgen”. Natalia Redondo, hermana de la Macarena de 56 años, se enjuaga las lágrimas que no paran de brotar de sus ojos. Es una de las 500 personas que se han concentrado frente a la basílica de la Hermandad de la Macarena a las siete de la tarde para protestar por la restauración ―que en realidad han sido tres― que se ha llevado a cabo sobre la talla del siglo XVII y que ha cambiado sustancialmente la expresión de la imagen.

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 Hermanos y devotos reclaman la dimisión de la Junta de Gobierno de la hermandad y la acusan de falta de transparencia. “La virgen no es de ellos”  

Hermandad de la Macarena

Hermanos y devotos reclaman la dimisión de la Junta de Gobierno de la hermandad y la acusan de falta de transparencia. “La virgen no es de ellos”

Hermanos y devotos durante la concentración en protesta por la restauración de la Macarena.
Eva Saiz

“Me han partido el alma. Esta no es mi virgen”. Natalia Redondo, hermana de la Macarena de 56 años, se enjuaga las lágrimas que no paran de brotar de sus ojos. Es una de las 500 personas que se han concentrado frente a la basílica de la Hermandad de la Macarena a las siete de la tarde para protestar por la restauración ―que en realidad han sido tres― que se ha llevado a cabo sobre la talla del siglo XVII y que ha cambiado sustancialmente la expresión de la imagen.

Los congregados han sacado la rabia acumulada desde que el sábado amanecieron con un rostro de la virgen que no respondía a la promesa de unos trabajos de mantenimiento mínimos que la hermandad les trasladó el pasado mes de noviembre. La estupefacción fue en aumento cuando en menos de 24 horas, la talla volvió a ser retocada dos veces ―primero para recortarle las pestañas y después para devolverle parte del tono rojizo que rodea sus ojos― y tratar de recuperar la apariencia de un rostro que es un símbolo no solo para los sevillanos, sino para los miles de devotos que tiene fuera de la ciudad.

Pero muchos de los manifestantes lamentaban más que el cambio físico, la falta de transparencia de la hermandad en todo este proceso. “Se ha ocultado a los hermanos, a los devotos, lo que se ha hecho a la Virgen y a esta hora no sabemos todavía quiénes han realizado las intervenciones del sábado por la tarde y por la noche”, explica Antonio Gravito, hermano de 20 años.

Esa demanda de explicaciones estaba incluida dentro del manifiesto que se ha leído poco después de las siete de la tarde. “Pedimos y exigimos un informe pormenorizado con detalle del trabajo de mantenimiento que se ha realizado en nuestra sagrada imagen”, decía el documento. A la petición de transparencia también se ha sumado la de la dimisión del hermano mayor, José Antonio Fernández Cabrero, y de su junta de gobierno que precisamente estaba reunida a esa misma hora en la sede de la hermandad, junto a la basílica, en una reunión extraordinaria convocada el día anterior para abordar la crisis. “Van a aferrarse al sillón porque solo quedan cinco meses para las elecciones para hermano mayor, pero se han olvidado de que la virgen no es suya. La Macarena no es una estatua, es una estatua, es algo muy grande que se les escapa”, sostenía Álvaro García, otro hermano, de 25 años.

Pero por encima de la petición de explicaciones y de la dimisión de los responsables de la hermandad, entre los congregados subyacía el anhelo ―la esperanza, nunca mejor dicho― de que la virgen pudiera recuperar su rostro anterior. “Ahora se parece un poco más a nuestra virgen, pero ha perdido totalmente la expresión de sus ojos, de su mirada. Ahora tiene una mirada triste, el ojo como más cerrado y queremos que vuelva nuestra Esperanza”, señalaba Carmen Lencina después de entonar el himno de la Esperanza Macarena, que se canta cada vez que el paso de palio entra en la basílica tras la Madrugá. Algunos expertos aseguran que es posible. Pero Natalia, aún entre lágrimas, lo duda. “Creo que la hemos perdido para siempre”.

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Sobre la firma

Eva Saiz

Redactora jefa en Andalucía. Ha desarrollado su carrera profesional en el diario como responsable de la edición impresa y de contenidos y producción digital. Formó parte de la corresponsalía en Washington y ha estado en las secciones de España y Deportes. Licenciada en Derecho por Universidad Pontificia Comillas ICAI- ICADE y Máster de EL PAÍS.

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