Además, esta experta explica que las personas que cenan más tarde se levantan con más hambre que quienes cenan temprano.
Más información: El peligro que esconden las cenas típicas en España del que advierte la Universidad de Harvard Además, esta experta explica que las personas que cenan más tarde se levantan con más hambre que quienes cenan temprano.
Más información: El peligro que esconden las cenas típicas en España del que advierte la Universidad de Harvard
Si nos comparamos con nuestros vecinos europeos, los españoles siempre comemos algo más tarde de lo que lo hacen ellos. En España estamos sirviendo desayunos hasta mediodía, cuando ellos ya están almorzando.
Eso sí, la comida que ocurre más tarde en España comparado con el resto de países es la cena. Si bien en otras regiones parece impensable, la mayoría de hogares de nuestro país cenan más tarde de las nueve de la noche.
Pero lo peor es que la ciencia parece haber dado la razón a nuestros vecinos: cenar tarde se relaciona con peores consecuencias para la salud. Por lo que los españoles haríamos bien al adelantar nuestros horarios y, en especial, el de la cena.
«Si estás cenando tarde, después de las ocho o de las nueve de la noche, te vas a levantar al día siguiente con más hambre», explica la profesora de Nutrición del King’s College de Londres, Sarah Berry.
«Sí, es muy contraintuitivo», reconoce en un vídeo para sus redes sociales. Pero «está asociado con una peor salud metabólica: con niveles de colesterol más altos, con más circunferencia de cintura…».
De hecho, estos hallazgos llegan al mismo tiempo que la popularización de los ayunos y el ayuno intermitente. Las personas que los realizan limitan la ingesta a un intervalo de horas al día que no deben traspasar.
«No tienes que hacer dietas extremas. Estamos viendo a personas que hacen ese tipo de dietas, que comen dentro de una horquilla de seis horas«, explica Berry. En las 18 horas restantes del día, no comen nada.
Es decir, que si te pones a desayunar a las nueve de la mañana «terminas tu horquilla a las tres de la tarde» y, a partir de ahí, no puedes comer nada sólido. Berry no es partidaria de este modelo por una sencilla razón.
«Eso le puede funcionar a algunas personas, pero yo quiero salir fuera por la noche. Con esos horarios no vas a poder tener una vida social», explica sencillamente. Seguramente, en España muchos compartimos su opinión.
Antes de las nueve
Vamos, que no es que sea perjudicial comer en ese corto período de tiempo, pero es una estrategia alimentaria difícil de sostener en el tiempo. Nuestro día a día admitiría muy poca flexibilidad si pudiéramos mantenerlo durante años.
En este sentido, John Scharffenberg, que es médico en Estados Unidos y tiene 102 años, explica que él mismo tiene un horario de comidas muy similar a este y que se ha regido por él durante muchos años.
«Desayuno sobre las seis y media de la mañana, me despierto a las cuatro. Y luego la comida la hago entre las doce y media y la una del mediodía, así que puedo comer con otras personas a esas horas», explica.
Scharffenberg, por tanto, hace todas sus comidas del día en una horquilla de seis horas o seis horas y media. A partir de entonces no come y explica que si siente hambre, bebe un vaso de agua para calmar la sensación.
En cualquier caso, asegura que no pasa hambre: «Sólo tienes hambre las dos o tres primeras semanas después de empezar a comer sólo dos veces al día». Ahora bien, Berry explica que no es necesario llegar a este nivel.
Si comenzamos a cenar antes de las nueve ya es un gran progreso. Tal y como explica el nutricionista Luis Zamora en este artículo de EL ESPAÑOL, «Cenar más allá de las nueve de la noche se asocia con un 28% más de riesgo cardiovascular».
elespanol – Salud