Theresa Miskimen, presidenta de los psiquiatras de EEUU: «Es normal tener estrés y no siempre se necesita ayuda»

«El hipotiroidismo puede confundirse con una depresión» / «En Estados Unidos hay menos estigma con las enfermedades mentales» / «Se necesitan más estudios sobre el problema de las pantallas».
Más información: Por qué el nuevo plan de Salud Mental de Sanidad sí convence ahora a psicólogos y psiquiatras: «Nuestra oposición ha decaído» «El hipotiroidismo puede confundirse con una depresión» / «En Estados Unidos hay menos estigma con las enfermedades mentales» / «Se necesitan más estudios sobre el problema de las pantallas».
Más información: Por qué el nuevo plan de Salud Mental de Sanidad sí convence ahora a psicólogos y psiquiatras: «Nuestra oposición ha decaído»  

El aumento de los casos de ansiedad y depresión se ha disparado en todo el mundo con el paso de las décadas. Y esto ha hecho que dos tipos de sistemas sanitarios diferentes, como España y Estados Unidos, enfrenten retos muy similares.

Uno de ellos es dar respuesta a esa enorme demanda de salud mental que los pacientes de ambas regiones están generando. Precisamente, dar acceso a todos esos pacientes es uno de los grandes retos de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA).

Y este también es el objetivo al que su nueva presidenta ha dedicado buena parte de su carrera médica. Theresa Miskimen Rivera ha sido elegida este mismo año para ponerse al frente de esta institución con influencia en todo el mundo.

Miskimen ha visitado España para asistir al 27º Congreso de la Sociedad Española de Patología Dual en Madrid para, además de presentar, «observar y enseñar lo que estamos haciendo al otro lado del charco», explica.

A pesar de ser la presidenta de los psiquiatras de Estados Unidos, esta médica se muestra sencilla y amable hablando un perfecto español, debido a que nació en Puerto Rico.

Ha estado muy centrada en el acceso de la Psiquiatría a comunidades bilingües, ¿su elección tiene una intención ante la llegada de Donald Trump y su visión social?

En realidad son cosas distintas, la salud mental no tiene partido. La salud mental afecta a todo el mundo, no sólo cuando uno tiene estrés, sino también una enfermedad mental. Esto no tiene política y no importa quién está o quién no está. 

Lo importante es que las personas que sabemos de enfermedades mentales y de ciencias del comportamiento, no importa lo que pase en el entorno, las pongamos siempre como lo más importante. No hay salud sin salud mental.

Pero, ¿cree que hacer accesible la salud mental en Estados Unidos se ha vuelto más desafiante bajo esta presidencia?

No, más bien después de la pandemia. Descubrimos que había necesidad de acceso, las personas empezaron a estar concienciadas. Vivimos un aumento de depresión, ansiedad y uso de sustancias y, aunque ha bajado, no estamos en un nivel bueno.

O sea, la pandemia simplemente tiró de la manta para mostrar un problema que ya existía.

Sí, eso estaba ahí. En Estados Unidos tenemos menos estigma hacia las enfermedades mentales, en la APA hemos intentado disminuirlo. Son como cualquier otra enfermedad. 

Si hay acceso a medicamentos para la diabetes, por ejemplo, también debería haberlo para las enfermedades mentales, y de calidad. 

¿Y por dónde se empieza a combatir ese aumento de ansiedad y depresión, que es mundial?

Definitivamente hay que eliminar el estigma. Hay que normalizar que tenemos estrés y, a partir de ahí, cada uno puede determinar cuándo es necesaria la ayuda médica. No todo el mundo que tiene estrés necesita ayuda médica.

En Estados Unidos recomendamos que, cuando alguien no puede dormir o se siente deprimido, empiece a buscar ayuda con su médico de Atención Primaria (AP). Puede determinar si necesitamos un tratamiento o una terapia de habla… 

Pero lo importante es que la gente hable, que no se aíslen. Que no piensen “no, no tengo suficientes síntomas como para pedir ayuda”.

¿Está preocupada la APA por el uso abusivo de las pantallas y su posible conexión con ese auge de la ansiedad y la depresión?

Lo estamos estudiando en todo el país. Una cosa que hemos visto es que el uso de las pantallas y las redes sociales aísla a la gente y el aislamiento es una de nuestras grandes preocupaciones de salud pública. 

El problema de las pantallas necesita más estudios, pero sí que hay una correlación con el aislamiento y hay que darle esa información al paciente.

Ahora mismo está muy en boga el ‘lifestyle psychiatry’, observar al paciente en su contexto completo: cómo es su dieta, su sueño, sus conexiones sociales… Todo esto influye en su salud mental.

Y la inteligencia artificial, ¿es un problema o una oportunidad?

La APA está buscando maneras para que sea algo positivo. La inteligencia artificial probablemente nos ayude a los psiquiatras a documentarnos mejor, eso es algo positivo. Lo estamos viendo ahora y hay que seguir.

Sí, pero ¿podrá llegar una inteligencia artificial a ser nuestra terapeuta?

Bueno, habrá que investigarlo. Pero es que la comunicación de humano a humano es muy importante, así que te diría que no. No es lo mismo. En el momento en el que estamos ahora, no es lo mismo. 

Ahora, como profesionales sanitarios tenemos que ver cómo puede ser beneficioso: mejorar los registros, las investigaciones… Mi recomendación es que, si tienes problemas de salud mental, busques a una persona real y que esté cualificada.

Junio es el mes internacional del Orgullo LGTB. Con la actual ley, las personas trans no necesitan un papel firmado por su psiquiatra para cambiar su género de manera oficial e iniciar una transición. Algunos psiquiatras se han manifestado en contra sobre todo cuando los demandantes son menores. ¿La APA considera necesario el papel del psiquiatra en la transición de una persona trans?

Deja que te hable de mi propia experiencia en Estados Unidos. En Psiquiatría no importan los pronombres ni cómo cada uno se identifica, tener depresión y ansiedad es algo universal. 

Los psiquiatras estamos ahí para dar tratamiento a quien tenga un problema psiquiátrico que inhiba su capacidad para hacer las tareas del día a día y sea la persona como quiera ser. 

¿Considera interesante formar a otros profesionales sanitarios, como médicos de Primaria o enfermeras, en salud mental para poder dar respuesta a ese aumento de casos de ansiedad y depresión?

Definitivamente en Estados Unidos no hay suficientes psiquiatras para dar abasto a la demanda de estos servicios. Para intentar dar solución a este problema en la APA estamos impulsando el collaborative care model (modelo de cuidado en colaboración). 

Son equipos compuestos por un psiquiatra y un clínico de atención primaria, pero habilitado para hacer terapia de habla. 

Se acaba haciendo una multiplicación de la fuerza de trabajo. Un psiquiatra en su clínica en una hora igual puede ver a tres pacientes, pero en el collaborative care model puede ver a 20 porque hace de consultor de los casos que ve el clínico.

El clínico puede decir “este paciente necesita terapia de habla”, y el clínico lo hace con la supervisión del psiquiatra. Si dice “este paciente necesita medicación”, ahí está el psiquiatra para decidir cuál y en qué cantidad, cómo darla. Y así el psiquiatra llega a más pacientes.

Es una medida inmediata de dar acceso a cuidado de calidad. Ya tenemos este modelo y hay más de 100 estudios de control que avalan que los resultados de salud son mejores. 

Y esto pasa porque en Estados Unidos los que tienen síntomas psiquiátricos suelen ir primero al médico de primaria. 

Si estamos en esa puerta de entrada como consultores podemos tomar decisiones más rápidas sobre si el paciente necesita psicoterapia, medicación o ningún tratamiento. Es un buen modelo y tenemos la investigación que lo apoya.

¿Se dan más medicamentos psiquiátricos en Estados Unidos de los que son necesarios?

En la APA defendemos que todas las personas que tengan un problema de salud mental deben recibir una evaluación completa. Una vez realizada, se sabrá si la persona necesita medicación o no. No todo el que viene a consulta necesita un fármaco. 

Es muy importante que la evaluación sea de calidad psiquiátrica y si no es así, es un problema. Hay personas con síntomas de depresión y ansiedad, pero responden a una prediabetes.

Una hipoglucemia se puede parecer a la ansiedad, pero no es ansiedad. Le tratas entonces la prediabetes y ¡mano de santo! No todo el mundo que tiene síntomas psiquiátricos va a tener una enfermedad psiquiátrica.

Lo mismo con el hipotiroidismo. Puede parecer en algunos casos que la persona está deprimida, pero en realidad lo que tiene es un problema de tiroides. Le das la medicación y desaparece la depresión.

¿Cuál es el gran avance en Psiquiatría que vamos a ver en los próximos años?

Definitivamente, el collaborative care model. Esto va a aumentar mucho el número de personas que tengan acceso a terapia de calidad. Para mí esto es lo más importante: tener acceso al mejor tratamiento posible.

Y quiero terminar recomendando nuestra página web lasaludmental.org, que es de la APA pero está en español. Tiene información universal sobre salud mental que creo que es muy importante poner al alcance de las personas.

 elespanol – Salud

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