Donald Trump ha anunciado este miércoles desde La Haya (Países Bajos) que EE.UU. entablará conversaciones con Irán la semana que viene. El presidente de EE.UU. buscará así cerrar su gestión de su intervención en la guerra entre Israel e Irán, mientras defiende que sus ataques contra instalaciones nucleares iraníes fueron un éxito total y en medio de la intención de su Gobierno de investigar a quienes han filtrado informes de inteligencia que ponen en cuestión esa narrativa.Trump no dio detalles sobre el formato o el contenido de esas negociaciones con el régimen iraní. Pero dio muestras de que es consciente de que firmar un acuerdo con Irán que ponga en negro sobre blanco que Teherán renuncia su programa nuclear es algo muy complicado.«Podríamos firmar un acuerdo», dijo el presidente de EE.UU. durante la rueda de prensa que cerró su participación en la cumbre anual de la OTAN. «Pero, no sé. Para mí, no creo que eso sea necesario. A ver, acaban de pelear una guerra. Ahora vuelven a su mundo. No importa si obtengo un acuerdo o no».Noticia Relacionada estandar Si La diáspora iraní, entre la espada y la pared: «Necesitamos un cambio de régimen, pero no así» José Ignacio de la Torre Los familiares en el extranjero se mueven en una fina línea entre el rechazo al régimen y la condena a EE.UU. e IsraelJunto a él estaba el secretario de Estado, Marco Rubio , que explicó que Trump «ha mostrado voluntad para encontrarse y hablar con todo el mundo que esté interesado en la paz». Sobre esas conversaciones con Irán, «dependerán de la voluntad de Irán de no solo hablar de paz, sino de negociar de forma directa, no a través de un tercer o cuatro país».Antes de que Israel atacara a Irán el pasado 13 de junio, EE.UU. ya había participado en negociaciones con Teherán sobre su programa nuclear: Trump envió a su emisario principal para negociaciones internacionales, Steve Witkoff , a Omán, donde hubo conversaciones indirectas que no dieron resultado.La prioridad para Trump siempre ha sido que Irán no obtenga armas nucleares y cualquier negociación debería servir para cimentar ese objetivo y reforzar la narrativa de que el presidente de EE.UU. lo ha conseguido. Las declaraciones por parte de Trump de que no necesita firmar un acuerdo con Irán es también una forma de reafirmar algo en lo que el presidente de EE.UU. insiste desde el momento en el que anunció los ataques a las tres instalaciones nucleares de Irán: que las «destrozaron por completo».Desde La Haya volvió a atacar cualquier duda al respecto, como las que ha provocado la filtración de un análisi preliminar de la Agencia de Inteligencia de Defensa, que depende del Pentágono, que contradice esas conclusiones de Trump: el daño a las instalaciones nucleares fue limitado, la estructura subterránea de algunas de ellas podría no haber colapsado, Teherán podría haber trasladado uranio enriquecido y equipamiento a otros lugares antes de los ataques y la operación militar podría haber retrasado el programa nuclear iraní en solo unos meses.Junto a Trump también estaba el líder del Pentágono, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, que anunció que ha comenzado una investigación a esa filtración, que monopolizó buena parte de la atención de la prensa estadounidense en la víspera.«Estamos investigando la filtración con el FBI ahora mismo, porque esta información es para fines internos», dijo Hegseth. El jefe del Pentágono defendió que es una filtración política que los medios están utilizando «para hacer quedar mal al presidente cuando eso fue un éxito abrumador». El primer mandato de Trump como presidente de EE.UU., entre 2017 y 2021, estuvo atenazado por constantes filtraciones a la prensa. Hasta ahora, su Gobierno las había controlado más.Hegseth defendió que ese análisis de inteligencia es de los llamados «de baja confianza», en medio de la opinión mayoritaria de los expertos de que todavía hay que esperar para saber cuál es el daño exacto sufrido por el programa nuclear iraní. «¿Y por qué es de baja confianza? Porque todas las pruebas han sido bombardeadas por doce bombas de 15.000 kilos cada una, está todo enterrado en una montaña, destrozado. Así que, si quieres hacer un análisis de lo que ocurrió en Fordo (la principal planta de enriquecimiento de uranio, subterránea), coge una pala y empieza a cavar muy profundo, porque el programa nuclear iraní está destrozado».Retraso del programa nuclear durante añosPor su parte, Rubio mantuvo que, contra la opinión de esa análisis de inteligencia, el retraso del programa nuclear iraní será de «años», como también lo ha defendido la Comisión de Energía Atómica de Israel. Y lo sostuvo en el impacto en otro de los objetivos militares del ataque estadounidense, las instalaciones de conversión de Isfahan. Allí es donde el uranio enriquecido se convierte en materiales sólidos que después se usan para crear armas nucleares.«No puedes fabricar armas nucleares sin una instalación de conversión», dijo el jefe de la diplomacia de EE.UU. Y sobre la de Isfahan, aseguró que «no podemos ni encontrarla donde estaba antes en el mapa, está desaparecida, barrida».Trump se mostró ambivalente sobre la posibilidad de que el conflicto entre Israel e Irán vuelva a estallar. «Los dos están cansados, exhaustos. Han peleado mucho, con mucha violencia, y ambos están satisfechos con quedarse en casa», dijo, pero también admitió que «podría volver a empezar pronto». Donald Trump ha anunciado este miércoles desde La Haya (Países Bajos) que EE.UU. entablará conversaciones con Irán la semana que viene. El presidente de EE.UU. buscará así cerrar su gestión de su intervención en la guerra entre Israel e Irán, mientras defiende que sus ataques contra instalaciones nucleares iraníes fueron un éxito total y en medio de la intención de su Gobierno de investigar a quienes han filtrado informes de inteligencia que ponen en cuestión esa narrativa.Trump no dio detalles sobre el formato o el contenido de esas negociaciones con el régimen iraní. Pero dio muestras de que es consciente de que firmar un acuerdo con Irán que ponga en negro sobre blanco que Teherán renuncia su programa nuclear es algo muy complicado.«Podríamos firmar un acuerdo», dijo el presidente de EE.UU. durante la rueda de prensa que cerró su participación en la cumbre anual de la OTAN. «Pero, no sé. Para mí, no creo que eso sea necesario. A ver, acaban de pelear una guerra. Ahora vuelven a su mundo. No importa si obtengo un acuerdo o no».Noticia Relacionada estandar Si La diáspora iraní, entre la espada y la pared: «Necesitamos un cambio de régimen, pero no así» José Ignacio de la Torre Los familiares en el extranjero se mueven en una fina línea entre el rechazo al régimen y la condena a EE.UU. e IsraelJunto a él estaba el secretario de Estado, Marco Rubio , que explicó que Trump «ha mostrado voluntad para encontrarse y hablar con todo el mundo que esté interesado en la paz». Sobre esas conversaciones con Irán, «dependerán de la voluntad de Irán de no solo hablar de paz, sino de negociar de forma directa, no a través de un tercer o cuatro país».Antes de que Israel atacara a Irán el pasado 13 de junio, EE.UU. ya había participado en negociaciones con Teherán sobre su programa nuclear: Trump envió a su emisario principal para negociaciones internacionales, Steve Witkoff , a Omán, donde hubo conversaciones indirectas que no dieron resultado.La prioridad para Trump siempre ha sido que Irán no obtenga armas nucleares y cualquier negociación debería servir para cimentar ese objetivo y reforzar la narrativa de que el presidente de EE.UU. lo ha conseguido. Las declaraciones por parte de Trump de que no necesita firmar un acuerdo con Irán es también una forma de reafirmar algo en lo que el presidente de EE.UU. insiste desde el momento en el que anunció los ataques a las tres instalaciones nucleares de Irán: que las «destrozaron por completo».Desde La Haya volvió a atacar cualquier duda al respecto, como las que ha provocado la filtración de un análisi preliminar de la Agencia de Inteligencia de Defensa, que depende del Pentágono, que contradice esas conclusiones de Trump: el daño a las instalaciones nucleares fue limitado, la estructura subterránea de algunas de ellas podría no haber colapsado, Teherán podría haber trasladado uranio enriquecido y equipamiento a otros lugares antes de los ataques y la operación militar podría haber retrasado el programa nuclear iraní en solo unos meses.Junto a Trump también estaba el líder del Pentágono, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, que anunció que ha comenzado una investigación a esa filtración, que monopolizó buena parte de la atención de la prensa estadounidense en la víspera.«Estamos investigando la filtración con el FBI ahora mismo, porque esta información es para fines internos», dijo Hegseth. El jefe del Pentágono defendió que es una filtración política que los medios están utilizando «para hacer quedar mal al presidente cuando eso fue un éxito abrumador». El primer mandato de Trump como presidente de EE.UU., entre 2017 y 2021, estuvo atenazado por constantes filtraciones a la prensa. Hasta ahora, su Gobierno las había controlado más.Hegseth defendió que ese análisis de inteligencia es de los llamados «de baja confianza», en medio de la opinión mayoritaria de los expertos de que todavía hay que esperar para saber cuál es el daño exacto sufrido por el programa nuclear iraní. «¿Y por qué es de baja confianza? Porque todas las pruebas han sido bombardeadas por doce bombas de 15.000 kilos cada una, está todo enterrado en una montaña, destrozado. Así que, si quieres hacer un análisis de lo que ocurrió en Fordo (la principal planta de enriquecimiento de uranio, subterránea), coge una pala y empieza a cavar muy profundo, porque el programa nuclear iraní está destrozado».Retraso del programa nuclear durante añosPor su parte, Rubio mantuvo que, contra la opinión de esa análisis de inteligencia, el retraso del programa nuclear iraní será de «años», como también lo ha defendido la Comisión de Energía Atómica de Israel. Y lo sostuvo en el impacto en otro de los objetivos militares del ataque estadounidense, las instalaciones de conversión de Isfahan. Allí es donde el uranio enriquecido se convierte en materiales sólidos que después se usan para crear armas nucleares.«No puedes fabricar armas nucleares sin una instalación de conversión», dijo el jefe de la diplomacia de EE.UU. Y sobre la de Isfahan, aseguró que «no podemos ni encontrarla donde estaba antes en el mapa, está desaparecida, barrida».Trump se mostró ambivalente sobre la posibilidad de que el conflicto entre Israel e Irán vuelva a estallar. «Los dos están cansados, exhaustos. Han peleado mucho, con mucha violencia, y ambos están satisfechos con quedarse en casa», dijo, pero también admitió que «podría volver a empezar pronto».
Donald Trump ha anunciado este miércoles desde La Haya (Países Bajos) que EE.UU. entablará conversaciones con Irán la semana que viene. El presidente de EE.UU. buscará así cerrar su gestión de su intervención en la guerra entre Israel e Irán, mientras defiende … que sus ataques contra instalaciones nucleares iraníes fueron un éxito total y en medio de la intención de su Gobierno de investigar a quienes han filtrado informes de inteligencia que ponen en cuestión esa narrativa.
Trump no dio detalles sobre el formato o el contenido de esas negociaciones con el régimen iraní. Pero dio muestras de que es consciente de que firmar un acuerdo con Irán que ponga en negro sobre blanco que Teherán renuncia su programa nuclear es algo muy complicado.
«Podríamos firmar un acuerdo», dijo el presidente de EE.UU. durante la rueda de prensa que cerró su participación en la cumbre anual de la OTAN. «Pero, no sé. Para mí, no creo que eso sea necesario. A ver, acaban de pelear una guerra. Ahora vuelven a su mundo. No importa si obtengo un acuerdo o no».
Junto a él estaba el secretario de Estado, Marco Rubio, que explicó que Trump «ha mostrado voluntad para encontrarse y hablar con todo el mundo que esté interesado en la paz». Sobre esas conversaciones con Irán, «dependerán de la voluntad de Irán de no solo hablar de paz, sino de negociar de forma directa, no a través de un tercer o cuatro país».
Antes de que Israel atacara a Irán el pasado 13 de junio, EE.UU. ya había participado en negociaciones con Teherán sobre su programa nuclear: Trump envió a su emisario principal para negociaciones internacionales, Steve Witkoff, a Omán, donde hubo conversaciones indirectas que no dieron resultado.
La prioridad para Trump siempre ha sido que Irán no obtenga armas nucleares y cualquier negociación debería servir para cimentar ese objetivo y reforzar la narrativa de que el presidente de EE.UU. lo ha conseguido. Las declaraciones por parte de Trump de que no necesita firmar un acuerdo con Irán es también una forma de reafirmar algo en lo que el presidente de EE.UU. insiste desde el momento en el que anunció los ataques a las tres instalaciones nucleares de Irán: que las «destrozaron por completo».
Desde La Haya volvió a atacar cualquier duda al respecto, como las que ha provocado la filtración de un análisi preliminar de la Agencia de Inteligencia de Defensa, que depende del Pentágono, que contradice esas conclusiones de Trump: el daño a las instalaciones nucleares fue limitado, la estructura subterránea de algunas de ellas podría no haber colapsado, Teherán podría haber trasladado uranio enriquecido y equipamiento a otros lugares antes de los ataques y la operación militar podría haber retrasado el programa nuclear iraní en solo unos meses.
Junto a Trump también estaba el líder del Pentágono, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, que anunció que ha comenzado una investigación a esa filtración, que monopolizó buena parte de la atención de la prensa estadounidense en la víspera.
«Estamos investigando la filtración con el FBI ahora mismo, porque esta información es para fines internos», dijo Hegseth. El jefe del Pentágono defendió que es una filtración política que los medios están utilizando «para hacer quedar mal al presidente cuando eso fue un éxito abrumador». El primer mandato de Trump como presidente de EE.UU., entre 2017 y 2021, estuvo atenazado por constantes filtraciones a la prensa. Hasta ahora, su Gobierno las había controlado más.
Hegseth defendió que ese análisis de inteligencia es de los llamados «de baja confianza», en medio de la opinión mayoritaria de los expertos de que todavía hay que esperar para saber cuál es el daño exacto sufrido por el programa nuclear iraní. «¿Y por qué es de baja confianza? Porque todas las pruebas han sido bombardeadas por doce bombas de 15.000 kilos cada una, está todo enterrado en una montaña, destrozado. Así que, si quieres hacer un análisis de lo que ocurrió en Fordo (la principal planta de enriquecimiento de uranio, subterránea), coge una pala y empieza a cavar muy profundo, porque el programa nuclear iraní está destrozado».
Retraso del programa nuclear durante años
Por su parte, Rubio mantuvo que, contra la opinión de esa análisis de inteligencia, el retraso del programa nuclear iraní será de «años», como también lo ha defendido la Comisión de Energía Atómica de Israel. Y lo sostuvo en el impacto en otro de los objetivos militares del ataque estadounidense, las instalaciones de conversión de Isfahan. Allí es donde el uranio enriquecido se convierte en materiales sólidos que después se usan para crear armas nucleares.
«No puedes fabricar armas nucleares sin una instalación de conversión», dijo el jefe de la diplomacia de EE.UU. Y sobre la de Isfahan, aseguró que «no podemos ni encontrarla donde estaba antes en el mapa, está desaparecida, barrida».
Trump se mostró ambivalente sobre la posibilidad de que el conflicto entre Israel e Irán vuelva a estallar. «Los dos están cansados, exhaustos. Han peleado mucho, con mucha violencia, y ambos están satisfechos con quedarse en casa», dijo, pero también admitió que «podría volver a empezar pronto».
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