Una batalla tras otra triunfa en los Gotham y se coloca en cabeza en la carrera hacia los Oscar

<p>La película <i><strong>Una batalla tras otra</strong></i>, del director <strong>Paul Thomas Anderson</strong>, se ha alzado la noche del martes con el galardón a mejor película en los <strong>premios Gotham</strong>, que celebraron su 35 edición en Nueva York, impulsando la carrera de la cinta hacia los <strong>Oscar</strong>. Con este premio, <i><strong>Una batalla tras otra</strong></i> se une a otras ganadoras de los Gotham que luego optaron a los Oscar, como <i><strong>Spotlight</strong></i> (2015) y <i><strong>Todo a la vez en todas partes</strong></i> (2022).</p>

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 La película de Paul Thomas Anderson se ha alzado la noche del martes con el galardón a mejor película en los premios que suponen el pistolezado de salida hacia la temporada de galardones previa a los Oscar  

La película Una batalla tras otra, del director Paul Thomas Anderson, se ha alzado la noche del martes con el galardón a mejor película en los premios Gotham, que celebraron su 35 edición en Nueva York, impulsando la carrera de la cinta hacia los Oscar. Con este premio, Una batalla tras otra se une a otras ganadoras de los Gotham que luego optaron a los Oscar, como Spotlight (2015) y Todo a la vez en todas partes (2022).

La película, protagonizada por Leonardo DiCaprio, es un drama que combina acción con un retrato íntimo de la ambición y la rivalidad y se ha convertido en una de las favoritas este año de la crítica. En The New Yorker, el crítico Justin Chang ha señalado que la cinta se sostiene como «un épico de padre e hija, con una descarga inusualmente personal de sentimientos», destacando que la conexión emocional entre los personajes principales «une al filme y sus partes frenéticas» aunque muchas subtramas y secuencias sean «viscerales, violentas y políticamente cargadas».

La historia, ambientada en una versión alternativa de Estados Unidos, sigue a un grupo de revolucionarios que llevan a cabo ataques contra instituciones del Estado, mientras retrata la persecución gubernamental y los efectos a largo plazo de la rebelión.

Otra crítica de Richard Brody en The New Yorker destaca que, aunque la película no profundiza en la logística política de los actos revolucionarios, su fuerza reside en «la intensidad emocional y en la riqueza visual de sus escenas», así como en la «inventiva de Anderson al componer cada toma y detalle dramático».

El otro gran vencedor de la noche fue el cineasta iraní Jafar Panahi, quien logró un triplete con su película It Was Just an Accident, al imponerse como mejor película internacional, mejor guion original y mejor dirección.

La velada, que se celebró en Cipriani Wall Street, marcó el tercer año desde que el Gotham Film & Media Institute eliminó los límites de presupuesto para las películas elegibles, antes fijados en 35 millones de dólares, recoge la revista Variety.

Los tres premios actorales recayeron en Sopé Dìrísù, que ganó mejor interpretación principal por La sombra de mi padre; Wunmi Mosaku, que se llevó el galardón a mejor interpretación secundaria por Los pecadores; y Abou Sangaré, que obtuvo el premio a mejor debut por La historia de Souleymane.

Otras películas destacadas fueron My Undesirable Friends: Part I – Last Air in Moscow, dirigida por Julia Loktev, y Pillion, de A24, que obtuvo el premio a mejor guión adaptado gracias al trabajo de Harry Lighton.

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