Lorena es una tatuadora profesional con su propio estudio, con el que puede llegar a facturar hasta 18.000 euros al mes.
Más información: Un trabajador no se muerde la lengua ante la situación actual de España: «Voy más ahogado que cuando ganaba menos» Lorena es una tatuadora profesional con su propio estudio, con el que puede llegar a facturar hasta 18.000 euros al mes.
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Dentro de las profesiones que más han crecido durante las últimas décadas está sin lugar a dudas la de tatuador. El hecho de tatuarse ha perdido poco a poco ese estigma negativo y hoy en día es un accesorio más en el cuerpo de muchos jóvenes y adultos.
Así, si bien para muchos puede ser considerado un arte, lo cierto es que no deja de ser un negocio y su principal objetivo será buscar beneficio. Por ello, con el auge de tantos estudios de tatuajes, resulta interesante y curioso conocer cómo funciona esta industria.
Por ello, la tatuadora Lorena ha contado cuánto genera con su estudio de tatuaje, los gastos que tiene y lo máximo que han llegado a pagarle por un tatuaje.
El negocio del tatuaje
Aunque el tatuaje se percibe como algo moderno, lo cierto es que hay evidencias de civilizaciones centenarias que veían el tatuaje una manera de representar y celebrar su cultura a través de técnicas rudimentarias.
Al finales del siglo XIX llegaría la máquina de tatuar que abría infinidad de posibilidades para poder marcar y dibujar en el cuerpo humano. De tal manera, pese a que antaño se le daba una connotación negativa a este arte, poco a poco ha ido ganando lugar dentro de la sociedad.
Hoy en día los tatuajes no conocen de clase social, etnia o creencias. Se pueden encontrar en todo tipo de personas alrededor del mundo, teniendo un crecimiento significativo dentro de la industria del tatuaje, haciéndolo cada vez más seguro, asequible y personalizado.
Para conocer cómo funciona esta industria desde dentro, el youtuber Adrián G. Martín visitó Lady Tattoo, un estudio de tatuaje en Mallorca donde Lorena ofrece todo tipo de diseños y para todo tipo de clientes.
La gran duda era acerca de cuánto puede generar un estudio de tatuaje y la tatuadora lo tuvo muy claro con su respuesta: «Depende del mes, pero entre 14.000 y 18.000 euros al mes. Luego hay que restarle todo. Siendo tatuador puedes vivir muy bien».
Eso sí, no pudo negar que hay mucho intrusismo laboral y gente que busca un entretenimiento en lugar de una profesión. «Hay gente que se lo toma como un hobby, pero yo no: esto es mi vida. Lo mínimo que se puede ganar son 1.500 euros en temporada baja, y en temporada alta, de media, unos 4.000 euros«, indicaba.
El presentador no dudó en cuestionarle acerca de sus condiciones laborales y si cree que está bien pagada. «Sí y no. Ahora hay mucha gente con ofertas que están tirando los precios por los suelos y se está faltando un poco al respeto a lo que es esta profesión. La gente nueva, para llegar a más clientes, lo ve más como un tema de dinero. Yo lo veo más como un tema de diseño, lo considero mi pasión», afirmó.
Conociendo lo que puede facturar un estudio de tatuaje, resulta llamativo saber cómo se marcan los precios. ¿Qué hace que un tatuaje tenga un valor u otro?
«Hay gente que se basa en horas; a lo mejor te cobra 100 euros la hora. Yo tengo mi mínimo, que está entre 50 y 60 euros. Luego, toda una mañana puedo estar contigo por 250, y si es un tatuaje grande puedo estar todo el día por 500 euros. Pero no quiere decir que lo acabe ese día: estamos hasta que aguante el cuerpo», apuntaba Lorena.
Sin embargo, la gran duda llegaba acerca del tatuaje más caro que ha llegado a realizar y, frente a todo pronóstico, no fue por un diseño grande y detallado sino todo lo contrario.
«Lo hice hace dos años. Nos contactaron para ir a tatuar a una casa, y la verdad me daba mucha pereza porque tenía que llevarme todo. Así que dije: ‘Mira, lo hago por 500 euros’, y era solo una palabra. Nos dijeron que sí, así que fuimos. Al final se animó uno más y, si no me equivoco, cobré 600 o 700 euros por nada, cuatro palabras que aquí cobraría, como mucho, 60 euros«, señalaba la tatuadora.
Eso sí, tiempo después Lorena se dio cuenta de que podría haber cobrado más por el servicio «no por lo que hicimos, sino por quiénes eran. No nos dejaron ni compartirlo en redes sociales».
De tal manera, en el caso de la rentabilidad, Lorena fue muy sincera: «De un tatuaje mini que cuesta 60-70 euros, yo me gasto unos 10 euros, y entre los impuestos y demás, al final te quedas con 20 euros por tatuaje mini. Es una rentabilidad alta, está bien pagado.»
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