Unos 150 conservadores exigen a los políticos alejarse del debate técnico sobre las pinturas de Sijena: “No es una bandera”

Acabe como acabe, el caso de la disputa por las pinturas románicas de Sijena puede convertirse en un antes y un después en el mundo de la restauración y la conservación del patrimonio histórico de España. El ruido suscitado hasta ahora ha logrado que unos 150 especialistas en la materia hayan decidido romper su silencio y firmar un manifiesto que reclama a los dirigentes políticos que se abstraigan de entrometerse en un debate que, a su parecer, “debe abordarse únicamente desde el plano técnico y científico”: “la obra en litigio no es un símbolo ni una bandera que pueda agitarse según convenga, sino un bien cultural cuya integridad debe preservarse en beneficio de toda la sociedad, dada su importancia patrimonial“. Y rechazan todo tipo de ”coacción» sobre los especialistas que deben hallar una solución, por lo que exigen que les dejen trabajar “con tranquilidad e independencia” para alcanzar una “solución óptima”.

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 Un manifiesto rechaza cualquier tipo de “coacción” sobre los especialistas y reclama tiempo y tranquilidad para buscar la solución óptima  

patrimonio cultural

Un manifiesto rechaza cualquier tipo de “coacción” sobre los especialistas y reclama tiempo y tranquilidad para buscar la solución óptima

Pinturas de la sala capitular del monasterio de Sijena expuestas en el Museo Nacional de Arte de Cataluña.
Dani Cordero

Acabe como acabe, el caso de la disputa por las pinturas románicas de Sijena puede convertirse en un antes y un después en el mundo de la restauración y la conservación del patrimonio histórico de España. El ruido suscitado hasta ahora ha logrado que unos 150 especialistas en la materia hayan decidido romper su silencio y firmar un manifiesto que reclama a los dirigentes políticos que se abstraigan de entrometerse en un debate que, a su parecer, “debe abordarse únicamente desde el plano técnico y científico”: “la obra en litigio no es un símbolo ni una bandera que pueda agitarse según convenga, sino un bien cultural cuya integridad debe preservarse en beneficio de toda la sociedad, dada su importancia patrimonial“. Y rechazan todo tipo de ”coacción» sobre los especialistas que deben hallar una solución, por lo que exigen que les dejen trabajar “con tranquilidad e independencia” para alcanzar una “solución óptima”.

El texto llega tres semanas después de que el Tribunal Supremo dictara una sentencia que obliga a restituir los antiguos murales del siglo XIII al monasterio de Sijena. La decisión judicial choca con la incapacidad técnica declarada por el MNAC para realizar esos trabajos sin deteriorar más un bien cultural considerado por múltiples expertos como muy frágil. Una comisión con técnicos de la Generalitat, el Ministerio de Cultura, el Ayuntamiento de Barcelona —los tres son patronos del museo—, además de uno del MNAC y dos nombrados por el Gobierno de Aragón se ha puesto en marcha esta semana. Pero ya ha habido quien ha denunciado injerencias políticas, como es el caso del exconservador Alberto Velasco, que ha decidido dimitir de su cargo en el Museo de Lleida en señal de protesta por la supuesta actuación del Govern de Salvador Illa presionando para alcanzar un acuerdo con el Ejecutivo aragonés.

El manifiesto, titulado El patrimonio no es una bandera, no acaba de posicionarse claramente sobre la conveniencia o no de trasladar las obras en litigio, aunque sí afirma acatar y respetar los aspectos judiciales y también asume que el traslado debe dar garantías de que no comprometerá su integridad. Pero lamenta, aun siendo una herramienta esencial en la construcción de las identidades colectivas, la utilización “con fines políticos del patrimonio cultural, que se convierte en un instrumento ocasional al servicio de intereses espurios: manoseando cuando conviene, ignorado casi siempre”. En su opinión, la obra de Sijena “no es un símbolo ni una bandera que pueda agitarse según convenga, sino un bien cultural cuya integridad debe preservarse en beneficio de toda la sociedad, dada su importancia patrimonial». Y ateniéndose a los precedentes sobre el interés político en el patrimonio, llegan los firmantes a la conclusión que “esta sobreactuación nos parece simplemente demagógica”.

Fernando Carrera, exdirector de la Escola Superior de Conservación e Restauración de Bens Culturais de Galicia, y Jorge Otero, profesor de conservación de patrimonio en la Universitat de Barcelona, están detrás de la redacción del manifiesto, claramente crítico con el proceder de los políticos en lo que respecta a patrimonio histórico. Por ello, consideran que el debate acerca de las pinturas de Sijena debe “abordarse únicamente desde el plano técnico y científico” y que la intervención, que tiene “grandes incertidumbres”, merece “una actuación serena y exquisita”. En el texto se defiende que el método utilizado en 1936 para arrancar las pinturas se tiene que mirar con los ojos de aquella época y que su situación actual forma parte “de un proceso histórico que incrementa su valor documental” y ahora reposa en el MNAC, «donde actualmente se conserva en condiciones estables“.

Soluciones con sosiego

“Entendemos que esos riesgos [de desmontaje, traslado y reposición] deben ser ponderados detenidamente y por eso reclamamos un debate sosegado, alejado de la actual presión mediática”, señala el escrito, que fía una solución de consenso a los técnicos del MNAC y del Gobierno de Aragón, siempre y cuando puedan trabajar “con el tiempo y la seguridad requeridas”. Asimismo, confían en el hecho de que en España trabajan profesionales cualificados que pueden dar “sin titubeos, adecuada respuesta a cualquier reto de carácter técnico”.

Una de las cuestiones que queda en el aire, dicen los conservadores firmantes del manifiesto, es si la solución técnica salida del consenso podría “sería asumida y respetada por todas las partes”. Rechazan cualquier “coacción” hacia los profesionales e insisten en centrar la solución en “consensos técnicos y éticos y no a intereses políticos”. Recuerdan asimismo la existencia de un código ético elaborado por la Confederación Europea de Organizaciones de Conservadores-Restauradores (ECCO, por sus siglas en inglés) que obliga “a anteponer la integridad de los bienes culturales a cualquier tipo de presión externa, ya sea política, institucional o económica”.

El manifiesto está firmado por especialistas de buena parte de la geografía española. También ha hallado el apoyo de tres trabajadores del Museo Nacional de Arte de Cataluña.

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Sobre la firma

Dani Cordero

Es integrante de la redacción de EL PAÍS en Barcelona, donde ha desempeñado diferentes roles durante más de diez años. Licenciado en Periodismo por la Universidad Ramon Llull, ha cursado el programa de desarrollo directivo del IESE y ha pasado por las redacciones de ‘Ara’, ‘Público’, ‘El Mundo’ y ‘Expansión’. 

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Aspecto de la sala donde el MNAC expone las pinturas murales de la sala capitular de Sijena.
Exterior del monasterio de Santa María de Sijena, este jueves.

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