Doctora Jun Yu, experta del estómago: «Tomar más nueces y reducir la sal previene el cáncer al reducir la inflamación»

Se trata del tercer tumor que más muertes causa en todo el mundo, y modular el microbioma estomacal es esencial para prevenirlo.
Más información: Así se manifiesta el cáncer de estómago en España: estos son los primeros síntomas a los que debes prestar atención Se trata del tercer tumor que más muertes causa en todo el mundo, y modular el microbioma estomacal es esencial para prevenirlo.
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El cáncer gástrico o cáncer de estómago es el quinto en incidencia en todo el mundo. Se le atribuyen 784.000 muertes globales al año, lo que lo convierte en el tercer cáncer más mortal. Aunque se sigue considerando más prevalente entre mayores de 65 años, los casos en personas jóvenes están aumentando en los países desarrollados. Esto ha llevado a los investigadores a concentrarse en los factores de riesgo que pueden ser prevenidos mediante hábitos de vida saludables.

Uno de las principales culpables es la bacteria Helicobacter pylori, que infecta a cerca del 50% de la población mundial. Sin embargo, únicamente un 3% de las personas que albergan la H. pylori en su organismo acaba desarrollando cáncer. A la hora de determinar dónde puede estar la diferencia, los investigadores apuntan a la microbiota, la compleja comunidad de microorganismos que reside en nuestro tracto gastrointestinal.

Dada la importancia de la dieta para modularlo, nuestra alimentación emerge como un factor clave para la prevención. El equipo de la doctora Jun Yu del Laboratorio State Key de Enfermedades Digestivas de la Universidad China de Hong Kong ha realizado un análisis en profundidad de cómo la dieta, los microorganismos gástricos y los compuestos químicos producidos por sus interacciones pueden modular el riesgo de cáncer de estómago. Sus conclusiones se publican en la revista Research.

Los investigadores pudieron comprobar que ciertos patrones alimentarios contribuyen a crear un microbioma estomacal favorable al cáncer gástrico. Esto ocurre en particular con los alimentos preservados en salazón o salmuera, según la tradición gastronómica de varios países asiáticos. La sal daña el recubrimiento natural de las paredes del estómago, indica Yu, y predispone a la colonización por parte de bacterias perniciosas.

Las carnes procesadas también se relacionan con el incremento de tumores gástricos, ya que generan compuestos carcinogénicos, concretamente las aminas heterocíclicas (AMC) y los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), cuando se cocinan a altas temperaturas. Finalmente, el consumo de alcohol es el tercer factor principal de riesgo, ya que produce metabolitos tóxicos que dañan las estructuras celulares del estómago, mientras que la dieta rica en grasas fomenta la inflamación y acelera la tumorogénesis.

Sin embargo, las nuevas tecnologías de diagnóstico permiten entender cómo los microorganismos determinan la producción de células cancerosas, explica Yu. «La posibilidad de realizar perfiles microbianos ha facilitado la investigación de las comunidades de microorganismos que residen en la mucosa gástrica, y cada vez hay mayores evidencias del papel que tienen las bacterias más allá de la Helicobacter pylori«. Así, los pacientes de cáncer gástrico muestran una mayor floración de Streptococcus anginosus y Fusobacterium nucleatum entre otras.

Estas bacterias no son meras inquilinas, advierte la investigadora, sino que participan activamente en el desarrollo del cáncer al producir compuestos químicos tóxicos, provocando inflamación, y ayudando a las células cancerígenas a escapar de la respuesta inmune. S. anginosus, por ejemplo, agota las existencias de los aminoácidos esenciales para el funcionamiento de las células inmunitarias, desarmando al organismo frente al cáncer.

El reverso de la moneda son las bacterias beneficiosas como laAkkermansia muciniphila y el resto de productoras de butirato, que refuerzan la respuesta inmune contra el cáncer y fomentan un microbioma estomacal saludable. «Las dietas ricas en frutas y verduras, y bajas en carnes procesadas y sal, pueden reducir sustancialmente el riesgo de sufrir cáncer de estómago», mantiene Yu. Aumentar el consumo de nueces tiene efecto anticáncer, añade, al reducir la inflamación y mejorar la capacidad de defensa de las células.

Además, prosigue la investigadora, el brócoli ha demostrado capacidad para reducir la proliferación deH. pylori. Todas estas indicaciones alimentarias pueden ayudar a marcar objetivos de intervención que mejoren los hábitos alimentarios y a modular el microbioma gástrico para hacer frente al aumento de la incidencia del cáncer gástrico, concluye la especialista.

 elespanol – Salud

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