La OCU analiza varias hamburguesas del súper y lanza la advertencia: escaso sabor, frescura dudosa y una calidad que deja mucho que desear.
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El auge de la comida rápida ha convertido a las hamburguesas en uno de los productos estrella del supermercado. Sin embargo, no todas cumplen con lo que prometen. La OCU ha analizado 16 hamburguesas frescas, y los resultados son preocupantes.
El análisis abarca tanto hamburguesas de carne como opciones vegetales, y deja en evidencia importantes diferencias en calidad, sabor y frescura. Algunas ni siquiera pueden considerarse carne real, según la propia OCU.
Entre todas, la peor valorada fue la hamburguesa Lidl Raza Frisona, con bajo contenido en proteína y exceso de colágeno. Aun así, la OCU lanza una advertencia general que va más allá de una marca concreta: muchas hamburguesas no son lo que parecen.
Una de las cadenas más populares en España ha sido señalada directamente por ofrecer hamburguesas secas, con sabor pobre y una textura que deja mucho que desear. Su contenido en carne también está por debajo de lo esperado.
La OCU advierte que muchas marcas añaden almidones, azúcares, féculas y proteínas vegetales para abaratar el producto. Esto rebaja la calidad y engaña al consumidor que cree estar comprando carne auténtica.
Además del etiquetado dudoso, se ha detectado una preocupante falta de frescura. Algunas hamburguesas presentaban olores extraños antes de cocinarlas y un color apagado que no inspira confianza.
Lo más alarmante es que estos problemas no se limitan a las hamburguesas. Si un supermercado no cuida este producto básico, ¿qué ocurre con el resto de su carne fresca? La OCU lanza una advertencia que va más allá del envase.
La organización recomienda revisar siempre la etiqueta, desconfiar de ingredientes añadidos y priorizar aquellas hamburguesas que super en el 90% de carne real. Menos procesado y más transparencia, ese debería ser el objetivo.
Este informe sirve de recordatorio: lo barato puede salir caro. Y en alimentación, lo que parece carne puede no serlo. Elegir bien no es solo una cuestión de sabor, también lo es de salud y seguridad alimentaria.
Hamburguesas del súper bajo lupa
La OCU ha puesto bajo la lupa las hamburguesas que se venden como carne fresca en los supermercados, y el resultado no deja indiferente. Muchas de ellas no son carne real, sino lo que se conoce como «preparados de carne».
Esto implica que, además de carne picada, contienen almidones, especias, aditivos, conservantes y otros ingredientes que rebajan tanto la calidad nutricional como el sabor del producto final. El consumidor cree comprar carne, pero en realidad lleva mucho más.
El informe no se limitó a las hamburguesas de vacuno. También se analizaron versiones vegetales, que suelen presentarse como saludables, y en las que se detectaron azúcares añadidos y una alta presencia de aditivos artificiales.
El equipo evaluó el etiquetado, la higiene durante la fabricación y, sobre todo, la calidad de los ingredientes. Además, se realizó una cata experta en la que se valoró la textura, jugosidad y sabor de cada muestra.
La conclusión fue clara: solo unas pocas hamburguesas del supermercado ofrecen carne picada auténtica, sin añadidos que alteren su composición. La mayoría son productos ultraprocesados que se alejan de lo que entendemos por carne fresca.
El informe invita a revisar bien las etiquetas y a desconfiar de productos que no indiquen claramente el porcentaje de carne o que incluyan ingredientes como féculas, aromas o potenciadores del sabor. Elegir bien, en este caso, es clave para tu salud.
Las mejores y peores hamburguesas
El estudio de la OCU no solo ha señalado los problemas en las hamburguesas de supermercado, sino que también ha destacado cuáles son las mejores y peores opciones disponibles para los consumidores.
Entre las mejor valoradas se encuentra la Roler hamburguesa estilo americano XXL, muy popular en supermercados como Alcampo y Consum. Su sabor, textura y calidad general la colocan en el podio.
También destaca la hamburguesa ecológica de El Encinar de Humienta, con carne de calidad, sin aditivos innecesarios y un perfil nutricional muy equilibrado. Su precio ronda los 8,19 €/kg, o 3,99 euros por un pack de dos.
Este producto se puede encontrar en Carrefour y otras grandes superficies, y ha sido reconocida por su frescura, autenticidad y respeto por el producto original: carne, y solo carne.
En el otro extremo, la hamburguesa Lidl Raza Frisona fue la peor valorada del análisis. Su bajo contenido en proteína y el alto porcentaje de colágeno penalizan seriamente su valor nutricional.
El colágeno, aunque presente de forma natural en ciertos cortes, en exceso indica menor calidad en la selección de la carne usada. Es un ingrediente barato que no aporta el mismo valor que la proteína muscular.
Entre las opciones intermedias aparece la Bosque Verde de Mercadona, que no destaca por ser la mejor ni la peor, pero se sitúa en un punto medio aceptable dentro del estudio.
En resumen, elegir una buena hamburguesa no es cuestión de suerte: es cuestión de leer, comparar y no dejarse llevar solo por el precio. Porque si buscas calidad real, hay que mirar mucho más allá del envase.
elespanol – Sociedad