John Scharffenberg es un conocido médico y nutricionista formado en la Universidad de Harvard. A sus 102 años, sigue compartiendo su amplia sabiduría alrededor de la longevidad.
Más información: La receta exacta de la longevidad: qué comer y cuánto ejercicio hacer para vivir más y mejor John Scharffenberg es un conocido médico y nutricionista formado en la Universidad de Harvard. A sus 102 años, sigue compartiendo su amplia sabiduría alrededor de la longevidad.
Más información: La receta exacta de la longevidad: qué comer y cuánto ejercicio hacer para vivir más y mejor
La ciencia de la longevidad no ha dejado de acaparar evidencia durante los últimos años, y parte de dicha evidencia viene precisamente de la mano de conocidos expertos que han superado la barrera de los 100 años, como el Dr. Tucker, o el Dr. Scharffenberg, ambos reconocidos expertos en sus campos, además de sus conocimientos alrededor de la longevidad.
John Scharffenberg en particular es un conocido médico y nutricionista estadounidense, conocido precisamente por su enfoque en la salud pública y el envejecimiento, además de por sus estudios sobre la influencia de la alimentación en la salud.
Actualmente es profesor emérito en la Universidad de Loma Linda en California, y posee una maestría en Salud Pública en la Universidad de Harvard. Tras llegar a los 102 años, ha recogido información acerca de varias «reglas de la longevidad», más allá de la genética, para poder lograr superar el siglo de vida.
Scharffenberg también es autor de las conocidas como 7 reglas de la longevidad, donde habla sobre su propia experiencia más allá de la genética, sobre cómo alargar y mejorar la vida. Además, no se trata solo de datos subjetivos, sino de conocimientos avalados por la evidencia científica y por sus propios estudios.
De hecho, según el mismo Scharffenberg, ni la infancia ni la vejez serían las épocas más importantes para fomentar hábitos como el ejercicio, sino más bien la mediana edad, donde la mayoría de la población tiende a relajarse y descuidarse.
«Cuando más importante es el ejercicio no es en la infancia o la vejez, sino en la mediana edad» explica el propio Scharffenberg . Se sabe que, a partir de los 35 años, el organismo empieza a perder masa muscular, masa ósea, flexibilidad y rendimiento metabólico si no hacemos nada al respecto. Una de las formas de contrarrestar este declive sería precisamente la actividad física regular, la cual se debería priorizar más si cabe con el paso del tiempo, y no acabar en el descuido y el olvido.
Por otro lado, Scharffenberg también nos recuerda que el consumo de tóxicos está totalmente desaconsejado, por salud y por longevidad.
Él mismo afirma que no ha encendido un cigarrillo en su vida, y que la evidencia científica acumulada durante las últimas décadas sostiene que el consumo de tabaco está lleno de perjuicios no solo para la salud pulmonar, sino para la salud general: «Fumar es la forma más rápida y predecible de acortar la vida. No hay un solo órgano del cuerpo que no se vea afectado».
Respecto al alcohol, este experto centenario sostiene que ninguna cuantía de alcohol es saludable, y que su consumo solo provoca daños en el organismo a nivel físico, pero también mental: «Cada copa es un obstáculo entre tú y tu mejor versión. No hay necesidad fisiológica ni emocional que el alcohol resuelva mejor que el autocuidado».
Por otro lado, respecto a la búsqueda del peso saludable, Scharffenberg sostiene y puntualiza que no se trata de buscar un ideal corporal, sino de cuidar el organismo para que funcione de forma adecuada hasta los 90 o 100 años: «Lo importante no es vivir más años, sino llegar bien», según sostiene continuamente en sus charlas. El exceso de peso, según explica, sobrecarga tanto nuestro corazón como el resto de nuestros órganos vitales.
Finalmente, pero no por ello menos importante, está la dieta. Scharffenberg es un firme defensor de la dieta basada en plantas, y de hecho él no consume carne desde los 20 años. Su plato típico habitual se compone de verdura, fruta, legumbres, frutos secos, cereales integrales y ocasionalmente huevos y lácteos. A su criterio, este tipo de dieta lo ha mantenido tanto física como mentalmente saludable.
Además, este experto también aboga por evitar siempre que sea posible el consumo de grasas saturadas: «Una mala circulación no distingue entre órganos. Si tu sangre no fluye bien, tu cerebro tampoco lo hará» según suele explicar.
Scharffenberg se refiere a que los estudios no dejan de sugerir que el consumo excesivo de grasas saturadas no solo aumentan el riesgo cardio y cerebrovascular, sino que también empeoran el estado de ánimo y favorecen enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer.
Asimismo, el nutricionista explica que reducir el azúcar ha sido una de las mejores decisiones de su vida, dado que el azúcar añadido es el principal causante de enfermedades crónicas, junto a las mencionadas grasas saturadas.
elespanol – Salud